—¡Harvey! ¡Harvey, detente, por favor!
—…
Harvey se marchó con una mirada triste y decepcionada, recordando cómo Iris había acariciado el cabello de Bokeer mientras dormía. “No debería molestarme. Al fin y al cabo, ella no es mi pareja, nunca dijo sentir algo por mí ni me ha aceptado como su cónyuge, así que no puedo… no puedo enfadarme con ella, pero…” Harvey caminó hacia una laguna cercana y se sentó en una roca, viendo su reflejo en el agua y preguntándose por qué no era suficiente para ella, por qué no lo escogía a él.
—¡Harvey!
—¡!
Harvey volteó y vio a Iris corriendo hacia él, preocupada.
—Iris, ¿qué sucede?
—Harvey, yo… tú te fuiste sin decir nada. No lo sé, cuando vi que te marchaste así, solo pensé en seguirte —dijo Iris, sintiendo cómo su corazón se agitaba al expresar sus sentimientos. “No sé por qué, pero no quiero que él se moleste conmigo, siento como si me hubiera encontrado siendo infiel, aunque no somos nada,” pensaba Iris mientras mordía su labio inferior, preocupada. Entonces, vio cómo Harvey se acercaba y, mirándola a los ojos, acariciaba su mejilla.
—Iris, vuelve adentro, por favor. Déjame solo, no quiero ser imprudente contigo.
Iris miró a Harvey, agitada, y rápidamente se acercó a él, abrazándolo con fuerza. Luego, lo miró a los ojos y habló con sinceridad.
—Harvey, tú eres muy importante para mí. Por favor, no me alejes —dijo Iris, poniéndose de puntillas y besando a Harvey cálidamente en los labios. “Él ha estado conmigo más de un mes, siempre cuidándome y protegiéndome. Si no fuera por él, quizás ya hubiera muerto en este mundo. Es amable, atento y guapo, siempre dispuesto a ayudarme. Me hace sentir feliz y segura. No quiero perderlo,” pensaba Iris, mientras el beso se hacía cada vez más profundo. Harvey, sorprendido, abrazó a Iris fuertemente y correspondió el beso apasionadamente. “Esto significa que no le soy indiferente. Ella… me acepta” pensó Harvey, pensando en que quizá Iris en el futuro podría tener más cónyuges, pero para él lo más importante era estar en su corazón.
—Iris, tú… ¿Realmente me aceptas?
—Sí, claro que sí, Harvey. Eres un hombre excepcional. Claro que quiero estar contigo —respondió Iris.
Harvey la tomó en sus brazos y se metió en la laguna para consumar su amor. Horas después, Iris y Harvey volvieron a la cueva, donde los esperaba Bokeer, quien había recolectado algo de fruta para que comieran los tres.
—Iris, Harvey, he conseguido algunas frutas. Espero que las disfruten —dijo Bokeer, dándose cuenta de inmediato de lo que había sucedido en la laguna entre Iris y Harvey por las rojas mejillas avergonzadas de Iris y la actitud alegre de Harvey. “Parece que ella al fin lo ha aceptado como su cónyuge,” pensó Bokeer, mirando el cuello de Iris, marcado por Harvey.
—Está delicioso, Bokeer. Gracias —Iris se llevó una fruta a la boca, mientras que Bokeer y Harvey se miraban, pensando en lo que podría suceder luego.
Durante los siguientes días, Bokeer se quedó al lado de Iris y la cortejó abiertamente ante toda la aldea de los jaguares, esperando ser elegido por ella como su segundo cónyuge.
—¿Entonces aceptarás a Bokeer también, Iris? —preguntó Harvey.
—¿Qué? ¿Qué dices, Harvey? Yo te acepté a ti. Tú eres mi pareja. ¿Por qué piensas que aceptaré a Bokeer también? —respondió Iris.
—Es normal, Iris. Puedo entenderlo. No hay mujer que solo tenga un cónyuge en todo el mundo. Por eso puedo entender si quieres a Bokeer. Él es inteligente y leal, así que no me opondría si lo eliges a él también en el futuro —dijo Harvey, mostrándose más confiado ahora que era oficialmente el cónyuge de Iris.
Iris había sido mucho más abierta con él, explicándole que venía de un lugar muy lejano donde las mujeres solían tener un solo marido, la comida siempre estaba disponible y su única preocupación era poder trabajar en lo que le gustaba sin la obstrucción de su padre.
—Entiendo lo que dices, Iris. Entiendo que allí solo tuvieran un esposo, pero aquí es diferente y por esa misma razón no puedo negarte estar con alguien más si así lo deseas.
—Harvey, por favor, detente. ¿Por qué sigues hablando de esto? Sí, no negaré que me atrae Bokeer, pero tú eres mi pareja y te respeto. Así que dime, ¿por qué sigues hablando de aceptarlo como mi segundo cónyuge?
—…
Harvey se quedó en silencio, dándole la espalda a Iris y comenzando a hablar lentamente.
—Iris, esto… no lo saben las demás mujeres de la aldea, pero…
—¿Pero…? —preguntó Iris, expectante.
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