—¿Qué es esa cosa que está al fondo? —preguntó Bokeer, intrigado al ver por primera vez cómo se hacía la sal marina.
Iris comenzó a explicarles lo que estaba haciendo. Ellos, aún más confundidos, se quedaron para ver cada paso del proceso. Cuatro horas después, la sal que Iris estaba preparando ya estaba completamente lista, a excepción de los recipientes de madera con agua que aún estaban bajo el sol.
—Voy a pasar esto a algunos platos de madera… Harvey, ¿podrías ayudarme, por favor? —pidió Iris.
Harvey corrió hacia ella con dos cuencos de madera para que ella pudiera colocar la sal obtenida del agua en la piedra.
—Aquí Iris, toma. Espero que sirva —dijo Harvey.
—Sí, claro que sirve, gracias —respondió Iris, mientras sacaba la sal de los platos de piedra y la vertía sobre el plato de madera. “Esta sal de mar será perfecta para darle más sabor a los alimentos. Llevo dos meses aquí y ya estoy cansada de comer comida sin sabor”, pensó Iris, suspirando con una sonrisa de alivio.
—Iris, ¿quieres que haga algo con esa otra agua que dejaste en los platos de madera? —preguntó Bokeer, nervioso.
—Déjame revisar cuánto se ha evaporado hasta ahora… Hmmm, aún falta bastante. Creo que sería mejor calentarla en el plato de piedra para acelerar el proceso —dijo Iris, frunciendo el ceño.
Bokeer y Harvey se ofrecieron rápidamente a ayudar. “Apenas saldrá como medio kilo de sal, pero aun así es suficiente. Puedo traer agua regularmente y trabajar en evaporarla aquí”, pensaba Iris, mientras veía cómo Bokeer y Harvey comenzaban a trabajar en evaporar el agua marina. Al cabo de algunas horas, Harvey avisó a Iris que ya habían acabado y ella comprobó de inmediato que habían hecho un proceso perfecto en la creación de más sal marina.
—Es perfecta. Vamos, tenemos que probarla de inmediato. Harvey, ¿podrías traer un poco de carne para cocinarla? —pidió Iris.
Harvey corrió a hacer lo que ella le había pedido. “Es una mujer increíble”, pensaba, sonriendo al ver que él era el hombre más cercano a Iris. Al llegar con la carne, Iris la cocinó y aplicó la sal, dándole un sabor único para Harvey y Bokeer, quienes probaban la sal marina en un alimento por primera vez.
—Esto es… Exquisito —comentó Harvey.
—Maravilloso, está delicioso, Iris —añadió Bokeer, alabando a Iris.
Ella probó un trozo de la carne que había preparado y sintió un leve sabor familiar. “Está bueno, pero no se parece aún a la carne del mundo moderno. Faltan condimentos para que sea perfecto”, pensó, aunque la carne con un poco de sal era mucho más tolerable que solo carne sin nada.
—¿Esto se puede seguir haciendo, Iris? —preguntó Bokeer.
—Sí, claro. La sal marina es fácil de hacer y es muy saludable también. Así que puedes hacerlo las veces que quieras. Aun así, es importante que aprendas a medirte en las cantidades que les pondrás a las comidas —explicó Iris.
Al acabar de comer, Iris se fue a acostar. Bokeer, quien los había acompañado, se quedó con ellos en la cueva. Los tres juntos pasaron la noche en la casa de Harvey mientras conversaban hasta quedarse completamente dormidos. A la mañana siguiente, Iris despertó viendo que Harvey no se encontraba y solo Bokeer estaba a su lado. “Bokeer es bastante atractivo, pero su apariencia es muy imponente. Aunque… su personalidad es amable en comparación a cómo se ve”, pensó Iris, quien sin darse cuenta extendió la mano y acarició el cabello rojizo de Bokeer que dormía a su lado.
[Sonido]
—¡! —Iris levantó la mirada al escuchar algo caer suavemente en la entrada de la cueva y vio claramente la silueta de Harvey mirándola con tristeza. Iris se fijó al costado de él, viendo una corona de flores en el suelo, por lo que pudo entender de inmediato lo que sucedía. “¿Él…? ¿Él traía eso para mí?” Iris se levantó rápidamente de la cama y trató de acercarse a Harvey, pero él volteó decepcionado y salió del lugar, dejándola atrás.
—¡Harvey! ¡Harvey, detente, por favor! —gritó Iris.
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