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Sobreviviendo en un nuevo mundo – Capitulo 16

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—Tengo que revisarla. Iris, ¿me escuchas? ¿Me das tu permiso para revisarte? —preguntó Jae, mirando el rostro lloroso de Iris.

—Sí, por favor, que… que ya no duela. Ayúdeme —suplicó Iris a Jae, mientras Shuu la abrazaba y trataba de tranquilizarla. “Desearía ser yo quien sufriera todo ese dolor, así podrías estar bien. Me duele verte sufrir así”, pensó Shuu, sosteniendo a Iris y viendo cómo Jae levantaba la falda de Iris y comprobaba su entrepierna. “Mierda, esto es peligroso”, pensó Jae mientras enviaba a llamar a su padre y madre para que lo ayudaran. En poco tiempo, apareció en la madriguera una pareja de piel y cabello blanco, con ojos rojos y cuerpos delgados.

—Hijo, ¿qué sucede? —preguntó el padre de Jae.

—Esta mujer está a días de dar a luz, pero tiene riesgo de aborto —dijo Jae.

Shuu se sorprendió al escuchar las palabras de Jae, mientras los padres de este corrían a por hierbas, paños y agua tibia. “¡Duele! ¡Duele mucho! ¡Por favor, ayúdenme!”, pensaba Iris mientras se aferraba a la mano de Shuu.

—Debemos bajar su temperatura. Tiene una fiebre demasiado alta —dijo la madre de Jae.

—Sí, pero también debemos detener la hemorragia o estará en peligro el embarazo y la vida de la chica —respondió el padre de Jae.

—Papá, el sangrado ya se está deteniendo, pero ahora lo importante es aliviar el dolor. Está sufriendo mucho —dijo Jae.

Shuu vio cómo la familia que los estaba ayudando comenzaba a discutir sobre cómo tratar a Iris. Los tres corrieron a hacer lo que les correspondía. A las pocas horas, Iris ya estaba completamente dormida y su dolor se había detenido, al igual que el sangrado. Fue entonces que Jae pudo hablar tranquilamente con Shuu sobre el estado en que se encontraba Iris.

—Ella está embarazada. Parece estar en el último mes de embarazo, pero por las circunstancias en las que se encuentra, parece haber sufrido un gran estrés emocional y físico, lo que le está provocando una probable pérdida de los bebés que tendrá. ¿Sabes qué le puede haber afectado física o emocionalmente? Sé que no eres su cónyuge, pero tú la trajiste aquí, así que… —dijo Jae.

—Fue atacada por un Yumaf. La rescaté cuando este estaba escapando con ella para alimentarse. Por lo que sé, la aldea de los jaguares queda a más de ciento ochenta kilómetros de este lugar. Después de descansar un poco, comenzamos nuestro viaje hacia allá, pero por culpa de mis heridas nos hemos retrasado demasiado. Además, el camino no es siempre estable y hay varios peligros en el bosque de camino hacia allí, así que nos ha tomado tiempo —explicó Shuu.

—Entiendo. Bueno, si es como dices, es comprensible que ella se encuentre en este estado. Dijiste que uno de los cónyuges de ella era un jaguar, así que seguramente este bebé sea de él. El vientre de ella no es para nada de una embarazada, y los jaguares tienen un proceso de gestación bastante corto en comparación con el otro cónyuge de ella, así que seguramente estos niños sean de él —dijo Jae.

Shuu miró a Iris, que dormía tranquilamente sobre la cama, y asintió con la cabeza. “Ella tendrá un hijo de ese jaguar… Seguramente, en cuanto lleguemos con él, tendré que irme y despedirme para siempre de ella”, pensaba Shuu.

—¿Entonces qué debemos hacer para evitar que esto vuelva a suceder? —preguntó Shuu.

—Lo principal es que tendrán que quedarse aquí por algún tiempo hasta que ella esté mejor. Está en la última etapa de su embarazo, así que tiene que cuidarse mucho más para evitar tener un parto muy complicado —respondió Jae.

—¿Quedarnos aquí? —preguntó Shuu, mirando el lugar en que se encontraban. “Esto es una madriguera. Odio los lugares tan pequeños y cerrados. Preferiría una cueva o una choza, pero ¿una madriguera? Eso es…”, pensó Shuu, observando a Iris nuevamente. Dando un suspiro nervioso por el sitio en que se encontraban, decidió aceptar.

—Está bien, nos quedaremos. Buscaré alguna cueva cercana y nos mudaremos allí para no incomodarte —dijo Shuu.

—No es necesario. Pueden quedarse aquí el tiempo que quieran. Mis padres están casi todo el tiempo en su madriguera y yo no tengo pareja, por lo que me quedo en este lugar solo. Mis hermanos viven con sus respectivas parejas, así que son libres de descansar aquí. Así estaré más cerca para el día en que ella dé a luz —ofreció Jae.

Jae ofreció su madriguera y atender a Iris él mismo porque era uno de los que tenía más conocimiento médico en toda la aldea de los conejos, por lo que Shuu no tuvo más opción que aceptarlo.

—Bien, entonces nos quedaremos aquí. Gracias por tu apoyo, Jae —dijo Shuu.

—No es nada, es lo menos que puedo hacer por una mujer embarazada —respondió Jae mientras salía de la madriguera por algo de comida y abrigo para los tres.

Al día siguiente, Iris finalmente despertó, sintiéndose algo confundida porque no recordaba bien qué había sucedido después de haberse desmayado hace dos días. “Recuerdo que me sentía algo mareada y cansada, tenía náuseas y vomité. Luego de eso… no recuerdo bien qué sucedió”, pensaba Iris, viendo a Shuu en la entrada de la madriguera haciendo vigilancia.

—Shuu, ¿qué es este lugar? —preguntó Iris.

—¡Iris, al fin despiertas! ¡Qué alivio! ¡Qué alivio que estés bien! Estaba tan asustado… —dijo Shuu, con los ojos llorosos.

Iris vio los ojos llorosos de Shuu y lo abrazó, tratando de tranquilizar la angustia que él le mostraba, sintiendo así el miedo que este había sentido en su cuerpo tembloroso.

—Shuu, ¿qué sucedió? —preguntó Iris, siendo interrumpida por Jae, quien le contó lo que había sucedido y el estado en el que se encontraba.

—¿Embarazada? ¿Yo estoy embarazada? Eso es… —Iris tocó su abdomen, confundida, preguntándose de quién sería el bebé en su vientre y cómo podía ser que estuviera en los últimos meses de embarazo si ni siquiera tenía abdomen de embarazada. “No han pasado aún nueve meses desde que llegué. Entonces, ¿cómo puede ser?” Se preguntó Iris, pero la respuesta que le dieron fue clara.

—El embarazo de los jaguares solo dura cien días, así que es entendible que no sea muy notable en una mujer con buena condición física como tú —explicó Jae.

Iris lo observaba dudosa. “Entonces el bebé que llevo en mi vientre es… de Harvey”, pensó Iris, sonriendo mientras imaginaba el rostro de Harvey al enterarse. Sin embargo, ella deseaba que él estuviera con ella durante el parto.

—Entonces, ¿cuánto tiempo me queda para dar a luz? Me gustaría volver a la aldea de los jaguares antes de que eso suceda, así que… —dijo Iris.

—Me temo que eso es imposible —respondió Jae.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Iris.

—Como dije anteriormente, tu embarazo es de alto riesgo. Si sigues esforzándote de la manera en que lo has hecho hasta ahora, podrías poner en peligro la vida de tu bebé o incluso la tuya. Es mejor que descanses y des a luz aquí, ya que solo te faltan unos días para dar a luz. Después podrás ver si te vas de inmediato o no —explicó Jae.

Jae miró a Iris con una sonrisa tierna y ella asintió con la cabeza al ver la delicada figura de Jae hablarle amablemente. “Este chico parece demasiado joven y frágil. Es increíble que sea quien tiene más conocimiento médico en esta aldea”, pensó Iris. Llevó su mano a su vientre y se volteó para abrazar a Shuu, que se encontraba a su lado.

—Está bien, entiendo. Entonces esperaré hasta que nazca el bebé y luego nos iremos. Gracias por cuidar de nosotros y darnos asilo en tu madriguera, Jae.

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Chapter 16