—¡Te dije que vuelvas a casa ahora Iris!
—Papá estoy ocupada en este momento, por favor llama más tarde.
—¡No me has contestado las llamadas en días, ven aquí ahora, el señor Joaquín ha estado esperando por ti, vuelve a casa y deja de estar jugando!
—Papá, lo siento, pero no pienso casarme con ese hombre, ni siquiera lo conozco y sé muy bien que me lleva casi veinte años, así que no, no volveré, ahora si me lo permites cortaré la llamada y si quieres conservar a tu única hija será mejor que no me llames más, ya que en este momento estoy a más ciento cincuenta metros de altura.
Iris corto la llamada de su padre guardando el móvil en su mochila mientras seguía escalando con gran entusiasmo “Casarme con ese viejo solo por los negocios de mi padre, ni en sueños, si él necesita salvar la empresa tendrá que buscar otro método porque yo no me venderé ante nadie” pensaba Iris mientras observaba el sol ponerse poco a poco tras las montañas.
—Ya está anocheciendo, será mejor sujetar bien esto y tomarme un pequeño descanso— Pensó en voz alta Iris mientras sacaba una botella de agua y se la bebía viendo el panorama nocturno.
Iris miró hacia abajo y vio lo mucho que había escalado y sonrió satisfecha “Falta poco, solo quedan ochenta metros… Hoy se supone que habría un eclipse lunar, según dijeron en la radio, talvez” Iris se acomodó en las cuerdas y saco de su mochila unas gafas para mirar la luna, esperando disfrutar del espectáculo que se presentaría ante ella en los minutos siguientes.
—Aún faltan unos minutos, al parecer, será mejor asegurar bien el arnés para descansar antes de seguir subiendo.
Iris clavó bien las cuerdas y se acomodó para sentarse y ver el eclipse desde su posición a más de ciento cincuenta metros de altura, fue entonces que se dio cuenta de que unos ruidos se escuchaban desde las cercanías en la misma montaña que ella estaba escalando “¿Qué es ese ruido?” Se preguntó esta cuando vio el cielo cambiar de color por un segundo y saco sus lentes para mirar el eclipse el cual ya se estaba haciendo presente, fue justo en ese momento que el ruido se hizo aún más fuertes y esta miro a un lado viendo varios murciélagos salir de una cueva a lo alto de la montaña, estos volaron desenfrenados saliendo de la cueva y volando hacia ella haciéndola perder el equilibrio.
—¡¡NOOO!!
Iris se aferró a su cuerda mientras caía sin esperar que esta se soltara por completo, dejándola caer de aquella gran altura “Mierda, no, no puede ser” Iris cerro los ojos esperando sentir el impacto que acabaría con su vida, pero este jamás llego, en cambio, solo sintió agua envolviéndola.
—¡¡Hah…! ¡Arghhh!! ¡¿Qué?! ¡¿Qué mierda?!
Iris vio todo oscuro a su alrededor a excepción de algunas luciérnagas que mostraban un frondoso bosque a su alrededor “¿Por qué hay tanta vegetación aquí? ¿Por qué no…? ¿Por qué no estoy muerta? Caí de más de ciento cincuenta metros y…” Iris dio un suspiro y tomo su mochila, la cual aún estaba en su espalda, sacando su linterna y apuntando hacia el bosque.
—¿Dónde estoy? —Se preguntó Iris en voz alta confundida.
Frente a ella se encontraba un frondoso bosque, una cascada y dos lunas en el cielo “Este lugar… ¿Qué es este lugar? No recuerdo que hubiera absolutamente ninguna vegetación en donde me encontraba, ¿entonces que es este sitio?, ¿Por qué no estoy muerta si caí de tal altura? Y ¿Por qué veo dos lunas en el cielo?” Iris, confundida, decidió dejar de hacerse más preguntas y escalo uno de los árboles en el punto para poder dormir, ya que temía que hubiera bestias salvajes en el bosque. A la mañana siguiente, al despertar, Iris saco un poco de carne seca y se la llevo a la boca mientras tomaba una bebida energizante. “Tengo que averiguar bien donde estoy, si no, no podré volver a casa” se dijo esta mientras bajaba del árbol y comenzaba su camino, ella revisó los alrededores, pero no vio la montaña que había estado escalando en ninguna parte por lo que era obvio que estaba en un lugar completamente diferente.
—Hah, ni modo, tendré que seguir caminando, no ganaré nada quedándome aquí lamentándome.
Iris tomó su mochila y siguió caminando sin encontrar a ninguna sola persona en todo el bosque. “Han pasado más de cuatro horas desde que comencé a caminar y aún no he visto a nadie” pensó esta cuando un fuerte gruñido se dejó escuchar en medio del bosque, Iris subió rápidamente a uno de los árboles y con cuidado trato de divisar de donde provenida el ruido que había escuchado, viendo entonces nada más que un jaguar caminando en medio del bosque y perdiéndose detrás de algunos arbustos. “Tengo que salir de aquí, es peligroso” se dijo a sí misma mientras que esperaba unos minutos y salía rápidamente del lugar alejándose lo más que podía de aquella bestia que acababa de ver. Durante el resto del día esta no logro encontrar a absolutamente nadie, y solo se dispuso a seguir adelante hasta que el sol volvió a ocultarse y cayó la noche, los días siguieron pasando de la misma manera mientras que los suministros de alimentos que tenía en su mochila se agotaban. “Solo me quedan tres barras de cereal, una energética y unos tarros en conserva, con esto no lograré mucho, tendré que comer solo uno por día para que pueda durar más” pensó esta cuando repentinamente mientras se encontraba en la cima de uno de los árboles para dormir escucho un extraño chillido, aquel ruido era espeluznante el cual era acompañado por gritos.
—¡Atáquenlo, no dejen que se lleve a ninguna hembra!
—¡Se escapa! ¡Mátenlo!
—¡Está escapando!
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