Tormenta Oscura

«Ojos llenos de confianza infinita, sin ninguna codicia. Normalmente, solo puedes encontrar eso en los animales. ¿No es así, señorita Lian?» El nombre Lian aún le resultaba desconocido en sus oídos. Los años que vivió como Lian fueron más largos que los años que vivió como Gia, pero aún sentía que ese nombre le era ajeno, como si perteneciera a otra persona. «Parece que me estás confundiendo con alguien más», pronunció esa respuesta obvia. Como una máquina, repitió las palabras. No quería volver a interactuar con esa vida nunca más. «Nunca dije que fuera una persona.» «… ¿sí?» Mientras fruncía ligeramente el ceño, los labios de Tristan se curvaron ante sus ojos. Justo cuando pensó que podía escapar. Él continuó con sus palabras, profundizando aún más. «He perdido uno de los animales que estaba criando, pero creo que es posible encontrarlo».