«Sabes que podrías sorprenderte con estas palabras, ¿verdad?»
«¿…Qué intentas decir?»
«Me he enamorado de tu alma.»
«¿…Eh?
Lo que se supone que debería estar frente a mí es un hombre loco, protagonista de una historia de cautiverio y sufrimiento. Pero, ¿quién es este hombre, arrodillado con dignidad y sonriendo tímidamente? Al reencarnar, descubrí que mi hermana era la protagonista de una historia de cautiverio.
¡Pobre de mi hermana…!
¡No puedo permitirlo! Ahora que esto ha sucedido, yo me haré cargo de la situación en su lugar.
» Con confianza intentaba cambiar la trama, pero… »
Conozco un anillo que quedaría perfecto en este dedo, ¿puedo regalártelo?»
«No, gracias.»
Un hombre obsesionado con seducir agita su cola como un zorro. Incluso llega a decir:
«Duquesa, ¿le gusta el cautiverio?»
¿Quiere encerrarme con esa actitud tan decidida? Espera un momento. ¡No dije que también me haría cargo del cautiverio de mi hermana! No quiero tener nada que ver contigo. ¡Realmente no quiero!
«En vez de eso…»
«…»
«Pero…»
«Sería mejor si me amaras, duquesa.»
Extrañamente, no me disgusta… ¿Por qué será?
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