¿¡El toque del sexo!? La Maestra Ingenua y su alumno Demonio

No tenía idea de que mi vida normal y cotidiana cambiaría tan rápidamente… «Por favor, ¿no enseñarías en nuestra escuela?» Él ya me tenía. Firmé el contrato. ¿Y la escuela donde ahora trabajaba? Era una escuela para demonios, por demonios, donde los demonios aprendían a hacer cosas demoníacas. ¡Un cambio bastante grande, si me preguntas! En la sociedad demoníaca, sin embargo, los humanos son lo más bajo de lo bajo. Mis nuevos alumnos ni siquiera escuchaban mis conferencias. «¡Deja de presionarla!» El que me salvó fue un estudiante… su nombre era Berht. Sin embargo, cuando me acerqué para agradecerle, me gritó. «¡Alejarse de mí!» Lo que terminé tocando fueron sus cálidos labios. Y entonces recordé lo que me había dicho el director… que en este lugar yo era como miel para las moscas… Berht simplemente no para. Sus besos siguen llegando, y las cosas se intensifican a partir de ahí…