El Príncipe De Las Maldiciones Y Su Doncella Vidente

Cuando su madre desapareció hace 15 años, le dijo a Giselle que recordara sus palabras. «Nunca abandones el palacio imperial pase lo que pase». Con la esperanza de que su madre regresara algún día, Giselle continuó trabajando como criada en el Palacio de la Luz de la Luna como una marginada solitaria. Un día, le ordenaron trasladarse al Palacio del Sol, donde serviría personalmente al príncipe heredero. Giselle está preocupada, ya que Levan Klonitzsche era un personaje voluble conocido por despedir a sus criadas a menudo. ¿Qué sería de ella una vez despedida? ¿Tendría que abandonar el palacio para siempre perdiendo la oportunidad de reunirse con su madre? Pero para su sorpresa, el príncipe heredero, el hombre al que ve en sus sueños proféticos, se interesa por la chica de pelo púrpura. Giselle no sólo es una chica hermosa que dice lo que piensa, sino que, a diferencia de las anteriores doncellas sumisas, su tacto también parece aliviar mágicamente su dolor, una maldición que le ha estado atormentando toda su vida. ¿Será Giselle quien le libere para siempre de su aflicción?