¡No, no voy a morir!
A excepción de su enamorado, todo es perfecto, y el vicecapitán más joven de la Guardia Imperial, Lindell Bodebachne.
Pedí un deseo equivocado y empecé a vomitar sangre.
Era solo una secuela del contrato, pero el problema era que otros lo sorprendían vomitando sangre.
Intenta arreglar la situación, pero por alguna razón empeora cada vez más.
Ahora yo era el niño mimado del siglo, dispuesto a defender al Emperador a riesgo de muerte.
—¿Cuánto tiempo llevas soportado solo?
«No digas que está bien. Nada de eso ha estado bien nunca».
«¡Prefiero llorar! ¡Te ruego que me dejes vivir y quiero que te enojes porque no quiero morir así!»
«… No te mueras, por favor».
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