“…ummm…”
Las palabras de Hades titubearon, no tenía idea de qué decir. Después de un minuto le sugirió con un tono lo más severo posible pero no demasiado amenazante.
“No sé lo que estás deseando, pero si sigues así, nunca se hará realidad”.
“No espero nada de ti, Hades. Solo quería verte de nuevo.»
“….”
«Eso es.» La voz de la niña estaba tan llena de convicción que incluso Hades estaba inconscientemente convencido.
«Recuerdo que fuiste tú quien salió disparado como un pájaro de montaña». Dijo, recordando la primera vez que la vio.
“No pude evitar sentir que mi pecho estaba a punto de estallar. ¿Que se suponía que debía hacer?»
Sus ojos mirándolo tenían a Hades viendo hacia otro lado. Si ella no hubiera dicho su nombre antes, supuso que no tendría idea de quién era ella. No importa cuál sea la verdad, él siempre fue el que imponía miedo en los demás. Era difícil saber si el abrazo, que se sentía como si fuera de un pequeño bruto, tenía un gran significado para ella, o si solo era una niña desconsiderada.
«¿Qué pasa, Hades…?»
«No tengo idea de qué decir, y no puedo pensar en nada para hablar «, dijo Hades con una expresión preocupada mientras sus manos frotaban sus mejillas. “¿Tienes una meta que estás tratando de alcanzar?”
«No.»
“No tiene sentido deambular sin rumbo fijo. Incluso los vagabundos tienen vagas expectativas de que habrá algo al final de su camino, es lo mismo para un niño en el inframundo”.
«Créeme, estoy diciendo la verdad».
Él solo la miró con incredulidad.
«Sí naturalmente tuviera una razón, sería encontrarte de nuevo, Hades».
«¿Por qué?»
«Dime tú, Hades. ¿Por qué visitaría el río Aqueronte al mismo tiempo que regresas al inframundo?»
Mirando a la chica que empezaba a parecer ingenua o de piel dura, Hades estaba tenso. Cualquiera que sea el propósito de la niña, decidió comprobarlo una vez más.
“Así que estás realmente interesada en mí. Entonces cuéntame tu historia.”
¿Cuál sería el punto de ocultar sus verdaderos pensamientos? La fría oscuridad, la niebla creciente y el viento silbando como los gritos de los muertos eran como de costumbre, la ilusión de un cálido temblor en su pecho era lo único desconocido.
“Después de seguir la orilla del río por un tiempo, terminé de vuelta en el bosque”. Dijo a regañadientes.
“Eso es lo que les sucede a los vagabundos como tú. Pero, escapar de este laberinto a través del río Aqueronte, no lo sugiero”.
«¿Pero por qué?»
Hades comenzó a caminar mientras daba una explicación detallada y miró a la chica que lo seguía a paso de tortuga. Sus pasos emocionados eran ligeros y no tenían señal de miedo al inframundo, pero sus manos se aferraban al borde de su himatión(1), como un niño ansioso por perderse.
«¿Qué es?»
«Es una molestia cuando los vivos vienen hasta aquí para cruzar el río», respondió Hades, quien volvió la cabeza hacia el sendero.
«¿Es eso así?»
«Sí.»
“Esto se siente como un sueño”.
“Aparte de tu propósito, ¿quién te dio instrucciones para llegar al inframundo? La última vez no fue tu primera vez”.
«¿Me has estado siguiendo?»
Hades se echó a reír al ver sus pequeñas orejas erguirse.
“Caronte me lo dijo. ¿No tenías miedo de estar en un lugar donde nadie quiere entrar y todos los que entran quieren salir?”
«El barquero», resopló ella. “Estoy emocionada de ver qué hay más allá del río, pero no me asusta. Es diferente del lugar donde solía vivir, así que todavía no puedo creer que exista un lugar como este. Un mundo invisible…”
«Esto es solo el borde del río Aqueronte, cambiarás de opinión una vez que lo cruces».
«¿Cómo es eso?»
“Solo más allá de este río verás la verdadera naturaleza de los monstruos y los muertos de las historias que podrías haber escuchado mientras crecías”.
“Sé que estás tratando de asustarme, pero no está funcionando”.
«No estoy tratando de asustarte, pero deberías saberlo mejor».
“Hay muchas personas enfermas en este mundo, y todos los días, las personas que toman de otros son libres de caminar. ¿Pero no es este el lugar donde esas personas son castigadas? Entonces, ¿me estás diciendo que debería tener más miedo del lugar de la sentencia que del lugar donde se cometen los actos atroces?”
Él solo parpadeó, sorprendido por sus sabias palabras.
«¿Piensas diferente, Hades?»
Hades esbozó una sonrisa y asintió con la cabeza. No era una señal de estar de acuerdo, pero incluso la lógica más simple tenía sentido. Porque si no eres culpable, no habría razón para tener miedo.
«Pero ¿quieres cruzar el río sabiendo que, si lo haces, no podrás irte hasta que te lo permita?»
«¿No puedo salir de aquí en secreto?»
«Si los muertos fueran como tú, los guardias no tendrían que vagar por el bosque durante tres días seguidos tratando de atrapar las almas que han huido».
Miró a la chica que se frotaba los lóbulos de las orejas como si estuviera avergonzada y se compadeció de ella. Sabía que sería tan hermosa independientemente de si era una criatura viva o no. Al menos así se veían sus ojos. No tenía idea de que era el comienzo de un problema.
***
(1)El himatión fue una vestimenta de la Antigua Grecia. Era un manto amplio y envolvente, una especie de chal. Se envolvía o enrollaba sobre un hombro y no contaba con una atadura o fijación.
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