Bianca se perdió en sus pensamientos, pero tardíamente recuperó el sentido. Los ojos de Bianca y Sauveur se encontraron.
Los ojos de Sauveur miraron a Bianca sin vacilar.
Debe haber una razón por la que él, un subordinado, se atrevió a contar una historia que sería ofensiva para su corazón.
¿Por qué diablos Sauveur dijo eso?
Sin embargo, incapaz de preguntar, los labios de Bianca permanecieron cerrados.
Ante el silencio de Bianca, Sauveur se rió entre dientes.
Mucho ha cambiado realmente. En este momento del año pasado, el propio Sauveur nunca habría soñado que podría contarle a Bianca una historia tan descarada. No por el tema de conversación, sino por el hecho de tener una conversación con ella en primer lugar.
No fue porque tuviera miedo de las atrocidades de la joven señora. Sino porque pensó que no tenía sentido.
El prejuicio de que Bianca no podrá comunicarse, la idea errónea de que Zachary solo siente responsabilidad por Bianca…
—Me agrada la señora. Por eso me arrepiento de haberle dicho eso al Conde en el pasado. Si hubiera sabido que la señora era una persona así, nunca habría dicho nada sobre una amante… Eso no significa que esté pidiendo su perdón. Si la señora quiere castigarme, puede hacerlo.
Sauveur sabía que a Bianca no le agradarían sus palabras.
¿Cómo puedo dar la bienvenida a un subordinado que le solicitó abiertamente a su esposo que consiguiera una amante?
Sabiendo que la relación que había sido buena hasta ahora podría arruinarse, se atrevió a mencionarlo debido a una culpa indescriptible y la preocupación de que Bianca podría haber malinterpretado a Zachary.
En la superficie, Bianca y Zachary parecían ser una buena pareja, intercambiando rosas y pañuelos en el torneo. Pero en realidad, eran una pareja que ni siquiera había consumado su matrimonio, y que podrían romper en cualquier momento si lo quisieran. Sin embargo, el matrimonio se mantuvo porque la unidad política de las dos familias era necesaria.
Independientemente de la política, Sauveur era muy consciente de la precariedad de una relación así.
Además, Bianca solicitó abiertamente un sucesor y Zachary se negó, diciendo que Bianca era joven. Pensó que podría cambiar de opinión cuando llegara a la capital, pero observando de cerca, parecía muy lejos de suceder.
Siempre flotaban a cierta distancia.
Mientras tanto, muchos hombres se acercaron a Bianca. Por ejemplo, el segundo Príncipe Jacob.
Era una suerte que Bianca no tuviera interés en Jacob, pero eso no garantizaba que no se enamoraría de otro hombre. En ese momento, estaba claro cuán precario sería este matrimonio.
Si Bianca se enamorara de otro hombre, Zachary se estremecería sin poder decir una palabra.
Zachary amaba a Bianca más de lo esperado. Si fuera solo un sentido de responsabilidad, no había razón para que el Conde parpadeara para controlar a Jacob u otros.
Pero cuál es el punto de parpadear a otros hombres. Tiene que tranquilizar a Bianca.
A la esposa que ama, diciendo que se siente preocupado porque es demasiado joven… No es de extrañar que Bianca mal interpretara que Zachary tenía una amante.
¿Pero quién podía contar una historia así? ¿El silencioso Gaspard? ¿Yvonne quien argumenta que todo lo que dice su señora es correcto? ¿El propio Zachary?Ni siquiera era necesario tomar a Robert en consideración.
Al final, era algo que solo Sauveur, él mismo, podía hacer, incluso si era maldecido.
Pero la oportunidad nunca llegó. Pensó en cuándo o cómo debería hablar de eso, y finalmente llegó el día.
Afortunadamente Yvonne no estaba presente, sólo ellos dos. Además, se encontraban en un espacio abierto y el momento parecía adecuado.
—Pero sepa que el conde no tiene a nadie más que a la señora. Él realmente se
preocupa por su esposa…
—…Yo también.
Las palabras de Bianca se superpusieron con las de Sauveur. Blanca respiró hondo. Era difícil incluso pronunciar una sola palabra.
—Lo sé.
Sabe que es un hombre recto. Que cuidará de ella ahora, y en el futuro, con un sentido único de responsabilidad. Incluso si Bianca no cumple con sus deberes, no la forzará, y será el único que tenga deberes y responsabilidades….
Bianca no cree en el amor de un hombre. Pero podía confiar en el sentido de responsabilidad de Zachary. Ese fue el resultado de lo que Zachary había demostrado antes de morir.
Los ojos determinados de Bianca nunca vacilaron, mostrando cuán fuerte era su confianza en Zachary. Avergonzado por su mirada recta, Sauveur sonrió y bajó la cabeza.
—… Hice una intromisión sin sentido.
Sauveur murmuró tímidamente y se rascó la nuca. Fue divertido ver cómo habló de ello sin saber. Por eso uno no debe entrometerse en las relaciones de los demás. Aún así, no se arrepiente porque si tuviera nuevamente la oportunidad, habría hecho lo mismo.
Sauveur reflexionó un momento sobre lo que había dicho y luego se dio cuenta de que no había pronunciado nada muy importante.
Reflexionó durante un momento si debería decir que el Conde ama a la señora, pero mantuvo la boca cerrada porque pensó que sería una intromisión inútil.
En ese momento, un grito resonó de nuevo.
Finalmente, el clímax del torneo, el partido final había comenzado.
Zachary y el caballero de Castilla entraron en la arena. Cuando se enfrentó a Gaspar antes, no pudo reconocerlo correctamente porque eran del mismo tamaño, pero el tamaño del Caballero de Castilla era realmente enorme. El corazón de Bianca se aceleró terriblemente.
La gran destreza del caballero de Castilla se pudo percibir en el partido contra Gaspard.
No importa cuán capaz fuera Zachary, podría ser peligroso.
Había visto varias personas dejando el torneo lesionados, así que Bianca se sintió aterrorizada de que Zachary pudiera lesionarse.
Era pura preocupación, no un temor sobre qué sucedería con ella si Zachary moría.
El momento hasta que la bandera bajó se sintió tan largo como una eternidad. Bianca apretó inconscientemente su falda con fuerza. La falda estaba empapada de sudor frío.
Bianca contuvo el aliento. Estaba tan nerviosa que ni siquiera podía respirar, sus ojos se abrieron de par en par y los vio chocar.
Pum, pum, pum. A medida que se acercaban, los latidos del corazón de Bianca se hicieron más fuertes, como un tambor.
Fragmentos de madera volaron por el aire con un rugido. La gente se puso de pie como olas y vitoreó. Un grito ensordecedor sonó por todo el estadio. Estaba confundida en cuanto a cuál era la situación. La mirada de Bianca, incapaz de analizar la situación con objetividad, se volvió hacia la espalda de Zachary, quien cabalgó hacia el otro extremo.
Robert corrió a toda prisa esperando a Zachary.
Afortunadamente, Zachary no parecía haber resultado herido. Bianca dejó escapar un pequeño suspiro de alivio. A su lado, Sauveur aplaudía y vitoreaba. Fue entonces cuando Bianca se dio cuenta de que Zachary había ganado.
—Como era de esperar, el Conde ganó. Puedo derrotar a ese caballero de Castilla en una sola batalla…. A diferencia de su apariencia, era un oponente astuto, por lo que movió el escudo fuera del alcance de la punta de lanza, pero en ese corto tiempo, el Conde modificó la trayectoria de la punta de lanza para apuntar al escudo con precisión
—Realmente…
Bianca negó con la cabeza como si estuviera exhausta. Y dijo, mientras se sacudía la falda arrugada.
—Espero que no participe nunca más en un torneo. Siento que mis cordones nerviosos están en llamas.
—El Conde siempre ganará de todos modos.
—Es algo que no puedes saber con seguridad.
Los labios de Bianca se fruncieron ligeramente. Habló más de lo habitual, como si estuviera tratando de ocultar sus emociones mientras hacía un puchero. Su corazón aún latía con fuerza. Los labios de Sauveur se retorcieron como si estuviera luchando por contener la risa.
—¡¡El ganador final del torneo es el Conde Arno!!
Los vítores de la gente continuaron. El Rey de Sevran se levantó de su asiento y saludó al vencedor. Aunque era el resultado esperado, parecía que todos estaban felices. Zachary se acercó a la grada donde estaba el rey, y el mensajero del rey, que había recibido la caja de madera adornada en oro del rey, se detuvo frente a él.
—El premio del vencedor es la rosa dorada que simboliza a Sevran. Vencedor, Conde Arno, quítese el casco, baje del caballo y reciba el premio.
Zachary se bajó de su caballo y se quitó el casco. El sol brillaba intensamente sobre su cabello plateado despeinado. A pesar de la victoria, no había ninguna emoción en su rostro y su expresión era tan fría como el invierno en el norte.
Con un casco en su flanco izquierdo, Zachary se arrodilló frente al mensajero como si estuviera frente al rey, se cubrió el corazón con la mano derecha y dijo en voz baja.
—Que el sol eterno habite en la rosa brillante de Sevran.
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