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(Novela)Matrimonio por conveniencia Capítulo 86

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Tan pronto como terminó el grito del portavoz, apareció majestuosamente Zachary sobre un caballo negro.

 

El sol resplandecía contra la armadura de plata grabada con oro fundido,  y la sobrevesta negra que vestía ondeaba elegantemente en el viento.  Encima del casco había una escultura de un lobo con la boca abierta como si fuera a salir corriendo y morder al oponente en cualquier momento.

 

Los espectadores contuvieron la respiración y observaron cada movimiento de Zachary, como si fueran al templo.

 

Fernand alternó varias veces entre Zachary y Bianca.  Bianca dijo que era el turno de su esposo, y el último del torneo fue el Conde de Arno. Eso significa que el esposo de Bianca es el Conde de Arno.  Fernand abrió la boca con incredulidad.

 

Cuando se tiene un romance ardiente con una noble, hay riesgos involucrados.

 

Entre la nobleza, las citas en la corte, en las que tanto la esposa como el esposo tienen amantes, están de moda, pero no todos estaban de acuerdo con esa tendencia.

A menudo, los maridos honestos ni siquiera podían soportar que los caballeros elogiaran a sus esposas.

 

De hecho, quema su lujuria con las mujeres y las disfruta al máximo.Pero si alguna vez el marido descubre que su esposa se está divirtiendo con otro hombre, balancearía un garrote contra su esposa, y también su amante. Si el hombre con el que estaba tratando era un simple juglar, el garrote se convertía en la empuñadura de un hacha.

 

También hubo momentos peligrosos para Fernand, y hasta ahora ha estado viviendo en la cuerda floja.  Sin embargo, si el oponente fuera el Conde Arno, atravesaría el cuello de Fernand con precisión, a diferencia de las hojas del hacha de los nobles obesos con un prominente vientre. Fernand rezaba fervientemente para sí mismo que el Conde de Arno no fuera del tipo «salvaje».

 

Temeroso, Fernand se alejó lentamente de Bianca. Aún así, forzó una sonrisa en su rostro, sin renunciar a su intención de quedar bien con ella.

 

¡Qué mirada más estúpida!

 

Bianca se burló.

 

A juzgar por las emociones de Fernand claramente reveladas en su rostro, parecía no conocer la identidad de Bianca.  Si es así, es posible que no haya planeado acercarse a ella por orden de alguien.

 

Pero eso no significaba que estuviera aliviada. Más bien estaba bastante molesta.  ¿Pensó que ella era una mujer parecida a un hogu* que podía ser seducida por cualquiera?

 

(N/T: 호구, es un modismo. Se refiere a una persona que es tan tonta que todos la utilizan para su propio beneficio.)

 

Fue inesperado que Fernand le tuviera miedo a Zachary, ya que había venido abiertamente a la propiedad de Arno en el pasado y sedujo a Bianca.

 

«Eso es bueno. Espero que ni siquiera pienses en aprovechar esta oportunidad para dar un paso hacia a mí. »

 

Los labios de Bianca se torcieron.

 

Fernand, avergonzado de ser ridiculizado por la mujer a la que había estado seduciendo durante mucho tiempo, se sonrojó. Abrió la boca para disculparse, pero cuando comenzó el partido, el espacio se llenó con el estruendo de los cascos y los vítores de la gente, por lo que no pudo decir nada.

 

 

* * *

 

Zachary permaneció erguido en la entrada de la tienda hasta que la espalda de Bianca desapareció.  Si no hubiera sido por el pañuelo que Bianca había atado alrededor de su antebrazo, podría haber confundido su visita con una ilusión.

 

Así de difícil era creer lo que sucedió hace un momento.

 

Mientras Zachary pensaba en lo que acababa de suceder, uno de los sirvientes le habló con cautela.

 

—Conde… Aún tiene que terminar de prepararse.

 

—…. Sí.

 

Solo entonces Zachary volvió en sí.

 

Regresó a la tienda e inspeccionó cuidadosamente las costuras de la armadura.

 

Cuando un caballero estaba completamente armado, su armadura y casco pesaban casi lo mismo que un saco de trigo.  El peso no era nada ligero, pero Zachary, que había llevado la armadura toda su vida, estaba acostumbrado.

 

Totalmente armado, Zachary se puso lentamente el casco que el sirviente le había dado.  La luz se filtró lentamente a través del largo y estrecho espacio.  La visión bloqueada, el aire incómodamente cargado, el estímulo externo limitado, Zachary respiró hondo en la armadura que lo separaba del exterior. Sus ojos negros brillaban tan azules como los de un lobo en la oscuridad.

 

Originalmente, Zachary rara vez participaba en torneos.  Porque no creía que estuviera al nivel de participar.  Estaba ocupado deambulando por el campo de batalla.

 

Sin embargo, esta vez, hubo una sutil fricción con la otra parte del compromiso, el Reino de Castilla, y debido a eso, el Rey Sevran, quien pensó que no podía perder el torneo, llamó a Zachary y le pidió un favor especial.

 

El rey le pidió un favor, y al mismo tiempo  Bianca había venido a la capital.

 

Zachary no sabía mucho sobre el mundo social, pero sabía al menos que el acto de un amante o esposo participando en un torneo y repartiendo rosas es muy envidiable. Si gana y los demás tratan favorablemente a Bianca, Zachary estaría dispuesto a participar en torneos una y otra vez.

 

Incluso en ese momento, Zachary solo tenía el pensamiento tibio de que tenía que lidiar con las cosas que se le había ordenado.  Por supuesto, él nunca había tenido nada que ver con la extravagante sensación de falta de atención, y ese también era el caso en los torneos.  En primer lugar, no tenía ninguna intención o razón para perder, por lo que la victoria de Zachary era casi segura.

 

Bianca no tenía que venir a verlo.  Participar en el torneo fue enteramente elección de Zachary, y solo tenía que hacer lo que quisiera hacer.

 

Pero Bianca vino a visitar a Zachary.

 

Caminó hasta el estadio para ver su partido, y de ahí, fue más allá y se acercó a Zachary y le entregó un pañuelo. Zachary no podía creer la situación, ya que nunca había pensado en conseguir un pañuelo.

 

El pañuelo se veía blanco y frágil, como Bianca.

 

Incluso Bianca, ¿no dijo que lo hizo ella misma?

 

El hecho de que Bianca hubiera hecho un trabajo tan problemático para Zachary lo dejó impotente.  Zachary apretó los puños con impaciencia por querer transmitir este sentimiento abrumador a Bianca de alguna manera.

 

Lo que envolvía a Zachary ahora era el espíritu de lucha que lo obligaba a ganar.  Fue un impulso más intenso que cualquier otra guerra difícil que había enfrentado.

 

—Debería agradecer al rey por solicitarme venir al torneo.

 

Si no hubiera sido por el torneo, Bianca no le habría dado un pañuelo.  La punta de los labios de Zachary, que estaba cubierta por el casco, se contrajo y se elevó.  Su corazón palpitante revoloteó como si estuviera a punto de explotar.  Incluso la más mínima estimulación parecía anularlo.  Zachary tiró de las riendas con fuerza para mantenerse centrado.

 

—Conde. Ahora es su turno.

 

—Sí.

 

Zachary salió de la tienda.  Cinco o seis sirvientes se aferraron a él y le sirvieron.  Dos sirvientes levantaron la lanza de ébano negro de Zachary.  Era tan pesada que incluso tropezaron varias veces en el proceso.

 

El caballo de guerra negro de Zachary resopló.  Zachary saltó sobre el caballo y miró directamente al estadio en la distancia.  Solo de imaginar la figura de Bianca esperándolo allí hizo que su garganta se secara.

 

«¿Qué tipo de expresión está haciendo Bianca mientras me espera? Ahora que lo pienso, seguía preocupándose de que pudiera lastimarme. ¿Sigue ansiosa?

¿Se encontrará inclinada hacia adelante en ángulo, y con una mirada oscilante… O intentará permanecer impasible como si no le importara como es habitual?»

 

Esta última era un poco más como Bianca.

 

Zachary se frotó las comisuras de la boca y se filtró una sonrisa.  La sonrisa que ni siquiera él notó estaba cubierta por el casco, por lo que nadie pudo verla.

 

Ya en el caballo, Zachary se posicionó al final de la arena.  El partido anterior fue el partido de Jacob.

 

Para ser honesto, le sorprendió un poco escuchar que Jacob participaría en el torneo.  No importaba lo bueno que fuera en artes marciales, no había nada que pudiera hacer contra Zachary, y la historia decía que inevitablemente perdería, por eso no podía creer que «ese» orgulloso príncipe se hubiera metido en una batalla que podría perder.

 

«¿Cuál es su plan?»

 

Aún así, no pudo descifrar qué era lo que tramaba.

 

Entonces, mientras Zachary miraba a Jacob con una mirada vigilante, el oponente lanzó una abstención.

 

Parecía que el caballero no era lo suficientemente valiente para mostrar sus habilidades contra la familia real. El victorioso Jacob condujo su caballo hacia las gradas.

 

Y la persona a la que le entregó la rosa….

 

El rostro de Zachary se contrajo y su boca se torció. El caballo de Jacob se detuvo frente a Bianca.  Habló con Bianca durante un momento y luego le entregó la rosa en su mano.

 

La vista ágil de Zachary captó el rostro de Bianca cubierto de incomodidad, pero eso no lo consoló.

 

Esta no es la primera vez que Jacob le juega una mala pasada a Bianca. Su cuerpo se enfrió como si la sangre de Zachary se hubiera drenado de su cuerpo a la vez.

 

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