Mientras el caballo de Jacob pasaba por las gradas, todas las mujeres nobles respiraron profundamente. El apuesto segundo príncipe sonriente con ojos azul zafiro y cabello rubio como la miel. ¡Incluso estaba soltero!
Que bueno sería recibir su rosa. A medida que Jacob se acercaba más y más, las mujeres nobles temblaban sin saber si la destinataria sería alguna de ellas o no. Por otro lado, la expresión de Bianca se endureció terriblemente. Tuvo una premonición siniestra.
Y tales premoniciones solían ser bastante acertadas.
Como era de esperar, el caballo de Jacob se detuvo frente a Bianca. A primera vista, parecía lo suficientemente sagrado como para parecerse a un paladín, pero Bianca sabía que el diablo acechaba en esa armadura. El cuerpo tenso de Bianca se aferró al respaldo de la silla.
Jacob le entregó a Bianca la rosa limpia e impecable de su pecho, sin siquiera prestar atención a la incomodidad de Bianca.
—Lamento no haber podido mostrarle mi actuación, aún así…. ¿Seguirá aceptando mi rosa, Condesa de Arno?
El título Condesa de Arno, se sintió sarcástico. La rosa que Jacob le dio era más clara y hermosa que cualquier rosa que Bianca hubiera recibido, pero el rostro de Bianca mostraba disgusto.
«¿Por qué Jacob me está dando una rosa? ¿Qué demonios está planeando…?»
Bianca vaciló, incapaz de extender la mano, y Jacob sonrió.
—Condesa, ¿está segura de que quiere rechazar mi rosa?
Si Bianca no lo aceptaba, sería acusada de desacato a la familia real. A eso se sumaba el escándalo de que estaba jugando con su honor de caballero. Los ojos a su alrededor ya eran agudos. Bianca distorsionó su rostro.
Bianca extendió la mano lentamente. Reacia incluso a tocar a Jacob, agarró el cáliz de la rosa con sus manos temblorosas.
Aunque forzada, Bianca recibió la rosa.
Jacob sonrió brillantemente. Era como si pensara que había ganado. La sonrisa en la comisura de su boca que se elevó mientras dibujaba un arco era tan brillante como la luz del sol de verano, pero desde el punto de vista de Bianca, solo era oscura y aterradora, como si hubiera arrojado una sombra sobre su vida.
No le debería haber insistido a Yvonne. Las palabras que le había dicho a Yvonne, que estaba ansiosa, se revirtieron y golpearon a Bianca en la nuca. No debería decir cosas como haz lo que deseas. Bianca se mordió el labio y miró hoscamente la rosa que Jacob le había dado.
Las miradas a su alrededor, que habían estado disimulando hasta el momento, se hicieron más explícitas después de que Jacob le entregara la rosa a Bianca. Fue una mirada que sintió a pesar de que no miró hacia atrás.
Las mujeres de la familia real también miraron a Bianca con ojos curiosos. ¿Fue el malentendido de Bianca que los ojos de la princesa Odelli brillaron? Incluso Bianca podía oírlos susurrar aquí y allá.
—¿Cuál es la relación entre el príncipe Jacob y la condesa?
—La familia Arno es la colaboradora más cercana del príncipe Gautier. Tiene una mala relación con el Príncipe Jacob….
—¿No es sospechoso? ¿Realmente no hay algo ahí?
—Por cierto, la Condesa estaba en el jardín real…
—¿Perdón? ¿Sucedió eso realmente?
—Así es. Hay gente que la vio de primera mano. Además….
—Oh, Dios mío, ¿cómo puede ser tan descarada….?
Ya sea intencional o coincidente, los comentarios fueron amortiguados y difíciles de escuchar. Sin embargo, era algo que podía entender incluso si no lo escuchaba. Habría sido obvio cuál sería el contenido en una situación como esta. Debe ser sobre su virtud. Sabía de antemano que circulaban rumores sobre ella, por lo que se apresuraron a juzgar la situación.
El rostro de Yvonne se sonrojó. En lugar de por vergüenza, parecía que estaba tratando de contener su ira. Bianca chasqueó la lengua.
Si hubiera sabido que esto sucedería, habría dejado que Yvonne lo rechazara cuando recibió su confesión de Gaspard. Es un poco lamentable escuchar algo que arruinará tu día.
—Debería aferrarme a mi esposo. Sería vergonzoso si esa mujer se para a su lado y lo seduce.
—Ni siquiera es bonita… El color de su cabello también es de un color castaño rojizo similar a la corteza de un árbol. Es incomparable al cabello rubio de la familia Sevran. Al menos lleva ropa cara, así que vale la pena echarle un vistazo.
—La ropa cara debe haber sido comprada con el dinero de su esposo, el Conde Arno… ella no tiene vergüenza.
Los chismes no pararon. Había estado confinada en su habitación desde que llegó a la capital, pero sin saber, Bianca parecía haberse convertido en un pastel de arroz*.
(N/T: 떡밥이, es una metáfora para describir que algo es popular, un tema candente.)
¿De qué diablos están hablando? Debería preguntarle a Yvonne. En este punto, ni siquiera se dio cuenta de que estaban hablando de ella misma debido a la brecha.
Cuando el estado de ánimo de Bianca se deterioró, Fernand se acercó sigilosamente a Bianca. ¿Debería amenazarlo con golpearlo? El estado de ánimo de Bianca se deterioró aún más. No pudo verlo por un tiempo, así que pensó que se había ido y lo borró de su memoria, pero verlo aparecer sigilosamente, fue como una pesadilla.
—He oído hablar de la fama del Príncipe Jacob, pero verlo en persona es verdaderamente admirable… Incluso el apuesto príncipe parece estar enamorado de la señora.
—……..
Las palabras de Fernand fueron suaves, como si hubiera engrasado su lengua. Incluso mientras hablaba, la cabeza de Fernand daba vueltas.
Una abeja no puede obtener néctar de una sola flor. Después de que Bianca se fue, Fernand deambuló en busca de otras presas. Y no pasó mucho tiempo antes de que encontrara una mujer noble. Aunque era baronesa, parecía tener mucho dinero y, sobre todo, era una mujer audaz.
Fernand, que se regodeaba a su lado, finalmente salió del ojo público y tuvo un poderoso intercambio con la mujer.
La baronesa, que estaba muy satisfecha, le dirigió a Fernand una mirada de enamoramiento. Y Fernand escuchó una alucinación auditiva de monedas deslizándose en su bolsa…
La baronesa regresó al dormitorio para arreglarse la ropa y Fernand se dirigió a las gradas para buscar otra presa. Mientras eres joven y fuerte, tienes que aprovechar al máximo.
Justo cuando Fernand estaba a punto de subirse a las gradas mientras arreglaba sus pantalones, vio a Jacob entregando una rosa a Bianca. Y abrió mucho los ojos.
«¿Quieres decir que esa mujer tiene una relación con el segundo príncipe?»
Jacob era un hombre lo suficientemente guapo como para superar incluso a Fernand, quien estaba orgulloso de su apariencia. Si esa mujer tuviera una relación así con Jacob, era obvio que ni siquiera se inmutaría con él rostro de Fernand.
«Es extraño…. Obviamente sabe que el príncipe Jacob no sale con nadie…»
Jacob no era el tipo de persona que se escondería aunque su pareja fuera una mujer casada. Fernand desconcertado, escuchó las voces de las mujeres nobles que hablaban a su lado. La cuestión era que la familia de Bianca era muy rica, estaba acostumbrada a darse lujos con el dinero de su marido, y tenía varios hombres detrás suyo.
«No sé qué tipo de familia es, pero si le gustan tanto los hombres, ¡podría valer la pena intentarlo!»
Fernand se acercó a Bianca con una sonrisa en su rostro. Debido a las miradas agudas que la rodeaban, pensó que mientras fuera su compañero de conversación podría penetrar cálidamente su corazón. No había nada de malo en recibir algo de dinero a cambio.
Fernand, que no pudo averiguar de qué hombres Bianca recibió rosas porque estaba concentrado en la baronesa, estudió cómo agradar a Bianca y dijo con cuidado.
—Es comprensible. ¿Cuál es la belleza de la señora? Disculpe, pero ¿puedo cantar una canción que elogie su belleza? Por supuesto, no sería capaz de expresar ni una milésima parte de la elegancia de la dama, pero…
Por supuesto, los comentarios cautelosos de Fernand no funcionaron muy bien. Para los oídos de Bianca, era solo una serie de palabras sin sentido. La réplica de que se detenga quedó ahogada en la garganta de Bianca.
Era como una mosca, que zumbaba y revoloteaba a su lado. Era desagradable y molesto.
La seducción de Fernand, de 21 años, era insignificante para Bianca.
Era realmente desagradable que se aferrara a ella a pesar de saber que estaba casada.
Ahora que lo piensa, incluso en su vida anterior, aunque sabía que tenía un esposo, coqueteó con ella. En ese momento, pensó que la actitud de Fernand era la inocencia de un hombre que se enamoró y no sabía qué hacer. Era divertido incluso pensar en ello.
No importaba quién estuviera detrás de Fernand, Bianca ya no quería hablar con él.
Podría desenterrar información pretendiendo aceptar su actitud coqueta, pero cada vez que lo miraba, su voluntad desaparecía. Era como una mosca enredada con carne podrida.
Bianca derramó muchas malas palabras por dentro y regañó a Fernand con molestia.
—Pronto será el turno de mi esposo, me está distrayendo. No estoy muy interesada en sus canciones, así que vaya con alguien que le interese.
—Si su esposo está participando en el torneo, debe estar muy preocupada. Su corazón tembloroso, ¿no se calmará un poco si pasa tiempo conmigo? Únase a mí y oremos por la victoria de su esposo.
A pesar de las frías palabras, Fernand se mantuvo firme. Fernand sonrió suavemente y dio un paso más cerca de Bianca. El olor de su repugnante perfume atravesó la nariz de Bianca. En el momento en que Bianca estaba a punto de rechazar nuevamente a Fernand, el portavoz del torneo anunció.
—Gracias a todos por esperar. ¡Finalmente el último partido del torneo! ¡Con ustedes el héroe de Sevran, el Conde Sangre de Hierro, el Lobo del campo de batalla, el Conde Zachary de Arno!
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