09. Torneo
Como era de esperar, Bianca se enfermó nuevamente. La cena con la familia Blanchefort también decidió interrumpirse por el momento. Gustave, que se enteró de la situación, accedió a hacer lo mismo.
Mientras Bianca yacía inmóvil en su cama, Yvonne permanecía a su lado. Al principio, Yvonne no era muy habladora, pero hacía todo lo posible por temor a que Bianca, que yacía inmóvil, se aburriera.
Era porque Gaspard, que parecía no tener boca, y Bianca, que no tenía energía, estaban ambos en silencio, por lo que si Yvonne mantenía la boca cerrada, la habitación pronto se llenaba de silencio.
—¿Cómo es que está tan enferma? Creo que el aire de la capital no es adecuado para la señora.
—El aire es igual en todos lados, ¿cómo puede no ser adecuado?
—O tal vez sea el agua el problema. El agua de nuestra finca Arno es famosa por ser clara y limpia.
Yvonne nombró las razones por las cuales Bianca estaba enferma. Al escuchar a Yvonne, Bianca se sintió como una mujer aristocrática que era muy exigente con el agua y el aire.
Por supuesto, no estaba equivocada.
Teniendo en cuenta la poca resistencia actual, solo se preguntaba cómo su yo pasado había vagado descalza de ciudad en ciudad. No puede creer que colapsó porque conoció a alguien a quien no quería ver. Bianca se rió amargamente de su lamentable fuerza física.
—Tal vez es porque estoy en mi habitación todo el tiempo. Cuando estábamos en nuestro castillo, dábamos largos paseos.
— Así es. Puede ser que su salud empeoró porque no ha estado en movimiento. ¿Vamos a dar un paseo después de un rato?
—Hmm…
Bianca gimió suavemente. Un paseo era una propuesta muy atractiva, pero tenía miedo de encontrarse con Jacob o con el vizconde Huegh si salía.
No esperaba verlos ayer.
Aún así, no podía rendirse fácilmente. Ha pasado un tiempo desde que vino a la capital, pero los únicos lugares que visitó Bianca fueron la sala de recepción, el dormitorio y la residencia de la familia Blanchefort. Tenía curiosidad por ver lo hermosos que serían los jardines de la capital, si sigue de esta manera, la primavera pronto llegaría a su fin. Al darse cuenta de la vacilación de Bianca, Yvonne persuadió a Bianca un poco más.
—Aún así, necesitará energía para ver el torneo. Hay cuatro caballeros en nuestro territorio, entonces, ¿cómo podrá la señora inspirar la moral de los caballeros?
—¿Cuatro caballeros? ¿Quién más participará además de los tres comandantes?
—¡Oh, por supuesto que el Conde!
Yvonne, que estaba frustrada por los ojos parpadeantes de Bianca como si nunca lo hubiera esperado, se golpeó el pecho. Después de un rato, Bianca abrió mucho los ojos cuando comprendió lo que había dicho.
—¿El Conde va a participar? ¿Por qué? Ya tiene suficiente honor y gloria. No es necesario que haga cosas tan peligrosas como las justas…
—¡Esta vez no estoy de acuerdo con la señora! El conde debe estar ansioso por entregar la gloria de la victoria a su esposa. Dado que el Conde es un comandante militar invicto, ganar la justa será fácil. El Conde que derrote a todos los caballeros se dirigirá a la señora y… Oh, ya estoy emocionada.
Una mirada de emoción se extendió por el rostro de Yvonne. Sus ojos brillaban como si estuviera soñando. Pero para Bianca, no fue fácil de creer.
A menudo se dice que las justas son una especie de competencia que requiere habilidades, espíritu y energía. Sin embargo, montar un caballo a toda velocidad e insertar una lanza en el escudo de otra persona era lo suficientemente peligroso como para arriesgar tu vida. De hecho, a menudo morían.
¿Está participando en una competencia tan peligrosa? ¿Sólo porque vino Bianca? Bianca miró a Gaspard como para corroborar la declaración de Ivonne sobre la participación de Zachary.
Gaspard asintió en silencio.
Yvonne, que confundió el desconcierto de Bianca con timidez, se rió por lo bajo. Aunque madura y llena de gracia, Bianca era solo una niña de 17 años.
Bianca también debería estar complacida por dentro, Yvonne, quien estaba firmemente equivocada pensando que no podía expresarlo para no perder su dignidad como noble, agregó humildemente.
—Por cierto, un hombre tiende a estar orgulloso de verse bien ante la chica que le gusta. No es diferente para el Conde silencioso.
—¿Le gusto al Conde?
—¿Lo pregunta en serio?
Yvonne se rió a carcajadas. La boca de Bianca se endureció ante su actitud esquiva y sin respuesta.
Zachary, a quien Bianca había visto hasta ahora, no había demostrado tal señal, pero ¿por qué Yvonne lo sintió así?
Sentía muchas ganas de preguntar, pero no era muy digno. Además, ¿no está Gaspard aquí?
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