—Aquí es donde nos hospedaremos.
Zachary acompañó a Bianca a su habitación.
El rey cedió la torre a los nobles que acudían al castillo. El número de plantas de la torre y el esplendor de las residencias estaban determinados por el estatus y poder de la nobleza. Como Zachary se está haciendo un nombre como héroe de guerra, Arno pudo conseguir una habitación bastante buena.
Ventanas de arco redondo se alineaban a ambos lados de la chimenea, y no muy lejos de la chimenea había una cama. Sobre el arcón había un cojín, y frente a la chimenea se colocó una silla. Un tapiz colgaba de la pared, e incluso había esculturas que adornaban la chimenea.
El estado de ánimo de Bianca mejoró ya que la habitación en la que tenía que quedarse durante los próximos meses era hermosa.
Mientras Bianca y Zachary visitaban al rey, los sirvientes habían movido los cofres y objetos familiares.
—Veo objetos familiares, así que parece que estamos en nuestro castillo.
Bianca sonrió levemente ante el consuelo de la familiaridad. Se acercó a la ventana y miró la vista. A diferencia de la vista de la propiedad de Arno, el paisaje no le resultaba familiar.
Aunque se arrepintió brevemente de haber venido a la capital debido al asunto con Jacob, el rostro de Bianca se iluminó porque estaba complacida con la habitación.
—Nuestro castillo…. Me alegro de que te sientas de la misma manera.
Zachary murmuró como un diálogo interno. Sin darse cuenta del tono sutil de Zachary mezclado con vacilación, Bianca miró alrededor de la habitación. Era como una mariposa volando entre flores.
—Fue bueno seguirte a la capital.
—También me alegro por eso.
Solo mirar la expresión feliz de Bianca hizo que el pecho de Zachary latiera. Era frustrante que solo pudiera responder de esa forma.
En ese momento, Bianca giró la cabeza y miró a Zachary. Su mirada profunda recorrió a Zachary de arriba a abajo.
El rostro de Zachary se endureció al ver a Bianca observándolo de repente. Debajo de su rostro inexpresivo, había un hombre tímido que temía haber dicho algo que pudiera ofender a Bianca.
Se sintió como una eternidad para Zachary, pero en realidad fue lo suficientemente corto para que Bianca le echara un vistazo a Zachary.
Bianca, que había puesto ansioso a Zachary, dijo a la ligera, como si nada hubiera pasado.
—Supongo que me alegro de haber dejado tu ropa atrás.
—¿Por qué?
—Debido a que estamos en la ciudad capital, te vestí con las prendas más espléndidas que tenías. Si hubieras usado la misma ropa que solías usar, podrías haber sido menospreciado.
Al ver la cara de Zachary que parecía no tener ni idea, Bianca sonrió.
La ropa que está usando Zachary ahora es la mejor ropa que tiene. Se ve un poco tosco porque es todo negro, pero si miras de cerca, el delicado patrón de la tela es lujoso.
Pero no era nada comparado con la ropa que usaban el Príncipe Gautier o el Príncipe Jacob.
Utilizaban en abundancia telas caras y preciosas de color rojo o púrpura, y los botones para abrochar la ropa estaban todos elaborados de oro y piedras preciosas. A diferencia de Zachary, que usaba botas de piel de vaca más resistentes, sus zapatos estaban hechos de suave piel de cordero.
El ceño de Zachary se arrugó y el cabello gris plateado revoloteó sobre sus cejas. Todavía no parecía saber qué estaba mal con su atuendo.
—Me he estado vistiendo así todo este tiempo, y nunca he sido menospreciado.
—Sí, supongo.
Bianca se encogió de hombros como si comprendiera a Zachary.
¿Quién iría en contra del corazón del héroe de guerra?
Sin embargo, como dice el dicho, cuando no está allí, maldigo incluso a mí señor.
—Es porque me importa.
Bianca se acercó a Zachary. La distancia entre los dos se había acortado. Bianca volvió a mirar a Zachary. Definitivamente la ropa negra le conviene. Creo que sería mejor evitar colores llamativos torpes debido a la piel bronceada producto del sol. Más bien, como su cabello es gris plateado, la ropa blanca parecía quedarle bien.
Estaba segura de que podía usar cualquier cosa porque tenía un buen físico. Al igual que la ropa que está usando en este momento, sería mejor excluir las decoraciones tanto como sea posible y usar ropa con patrones sutiles en un color sólido en lugar de un esquema de color llamativo.
Bianca pensó en su cabeza qué ropa le quedaría bien a Zachary. Los hombros y el pecho de Zachary son anchos, por lo que la tela debe ser grande.
Sin darse cuenta, la mano de Bianca tocó el hombro y el pecho de Zachary. Zachary se estremeció, pero permaneció inmóvil, sin moverse, sin evitar la mano de Bianca. Su cuello tembló violentamente. Sin embargo, Bianca no lo notó porque estaba luchando por encontrar el mejor atuendo para Zachary
No habría tiempo para hacer una nueva tela porque tendrían que ajustar la ropa a toda prisa. Como tenían que hacer ropa con la tela que tenían, al final no tenían otra que llamar a un sastre para solucionarlo.
Sin darse cuenta de lo que había hecho inconscientemente, Bianca sonrió y dijo para apaciguar a Zachary.
—Tu eres mi esposo. Solo quiero obtener buenas críticas sobre mi esposo. Tendré que llamar al sastre en un futuro próximo. Porque tu ropa es lo más urgente.
Zachary se quedó sin habla. Sus ojos negros revolotearon como si dijeran algo. Ahora, Bianca cree que puede distinguir bien las expresiones de Zachary, pero desafortunadamente, no tenía el talento para adivinar lo que estaba pensando con solo mirarlo a los ojos.
¿Quiere decir que es molesto llamar a un sastre para que ajuste la ropa? ¿Cree que está haciendo un escándalo?
Mientras Bianca luchaba por leer la expresión de Zachary, Zachary volvió a su habitual indiferencia, como si ni siquiera una aguja pudiera penetrarlo.
—… haz lo que quieras. Pero hoy, te recomendaría que descanses en tu habitación.
—De todos modos, estoy cansada hoy.
Bianca suspiró. Continuó dando vueltas en el carruaje, pero viajar es una forma de consumir energía. Además, se sentía muy nerviosa por la audiencia con el rey, y ahora le dolía la cabeza por los asuntos de Jacob.
Zachary miró con ansiedad el cansancio que colgaba bajo los ojos de Bianca. Sería bueno si pudiera expresar sus emociones.
Zachary dijo con una voz tranquila que no revelaba sus verdaderas intenciones en absoluto.
—Descansa. Volveré después del trabajo.
—Sí.
—Asegúrate de descansar bien.
—Solo te despediré.
A pesar de la insistencia de Zachary de que se detuviera, Bianca inevitablemente empujó su espalda y salió para acompañar a Zachary a la puerta principal. Era imposible rechazar con fuerza su actitud agresiva, por lo que Zachary dejó de resistirse y fue suavemente empujado por su mano.
—… Te veo mañana.
—Está bien.
Bianca se apoyó contra la puerta y vio a Zachary alejarse. Zachary miró hacia atrás una y otra vez, como si despedirse de Bianca fuera incómodo.
Bianca sonrió, ya que parecía un niño que había sido expulsado de la casa.
«Un niño… Supongo que también he desarrollado mis agallas».
Zachary es lo suficientemente conocido en la guerra como para ser llamado el Conde Sangre de Hierro.
Cuando lo conoció por primera vez, lloró tan pronto como hicieron contacto visual, porque el ambiente que lo rodeaba no era muy sereno. Hacía que las personas con las que se encontraba se sintieran intimidadas, hasta el punto de dudar si su vida había quedado arraigada al campo de batalla.
¡Pero ahora, cuando ve a Zachary así, piensa que se ve como un niño!
La propia Bianca se sorprendió por su evolución. Objetivamente, cuidar su ropa no era gran cosa, pero tocar a Zachary era muy significativo.
Principalmente se trataba de la sensación de acostumbrarse y fundirse en su vida.
Al principio se enfocó en seducirlo de alguna manera para tener hijos, pero con el paso del tiempo se sentía muy feliz por esta situación con Zachary. Era bueno.
Seguirán estando juntos en el futuro, así que naturalmente es mejor sentirse cómodos y felices que incómodos el uno con el otro.
Pero sólo era una sensación de placer. Solo era agradable, un sentimiento vago que ni siquiera puede dar una respuesta definitiva. Aún estaba muy lejos del amor de pareja.
Aún así, era un avance en comparación a cuando se paraba frente a él llorando mientras comía mostaza*.
(N/T: Es un proverbio muy utilizado. Se utiliza cuando estás obligado a hacer algo que no querés hacer.)
Mucho ha cambiado en comparación con el invierno pasado, y todo es el resultado de que Bianca no se rindió y coqueteó con Zachary. Bianca se animó elogiándose a sí misma.
Sin embargo, no había nada que pudiera hacer contra el muro de la realidad que le rompía el corazón.
«Es un poco chocante que no utilicemos la misma habitación».
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