—No solo por eso. El segundo príncipe…
Zachary frunció el ceño. Estaba contemplando hasta donde decir. ¿Cuáles fueron las palabras que surgieron y desaparecieron de su boca? Bianca esperó pacientemente a que sus palabras continuaran.
—… Es un hombre astuto. Como no sé qué hará, espero que no te acerques demasiado a él.
No fue hasta después de mucho tiempo que Zachary definió a Jacob como un «hombre astuto». Era una definición resuelta que demostraba que no le importaba en absoluto que Jacob fuera un príncipe.
La voz de Zachary denotaba el disgusto que sentía por Jacob. Zachary, que siempre parecía tranquilo y no mostraba fuertemente sus gustos y disgustos, reaccionó así, por lo que quedó claro cuánto odiaba a Jacob.
No fue solo porque era un enemigo político. Por el tono sutil de Zachary, pudo sentir su renuencia a que Bianca y Jacob se involucraran.
Tal vez malinterpretó el «di lo que te incómoda» de Jacob como un coqueteo hacia Bianca. Con su esposo, Zachary, a un lado, era natural tomarlo como un acto que hiere su orgullo.
No importa cómo Zachary tomara la situación, Bianca asintió ante el consejo de mantenerse alejada de Jacob. Hasta ahora, había tenido muchos conflictos con Zachary, pero Bianca también simpatizaba con él cuando se trataba de Jacob.
Definitivamente era un hombre astuto.
Lo demostró al tomarse de la mano con el Reino de Aragón. Pasaron casi veinte años. Fue solo después de que devoró a Sevran que Jacob se unió a Aragón. Al ascender al trono, Jacob se casó con una princesa de Aragón. Quizás fue con la intención de solidificar la alianza.
Si ese hubiera sido el caso, Bianca no se habría mostrado tan reticente con Jacob. Pero no mucho después de que Jacob se convirtiera en rey, el asunto de la Princesa de Aragón provocó un escándalo. El oponente fue la escolta de la princesa de Aragón. Jacob los encontró durmiendo juntos.
Algunos decían que se debió a la nostalgia y soledad de vivir en el extranjero.
Hubo muchas especulaciones sobre el motivo del asunto. Todos maldijeron a la princesa. Incluso el Reino de Aragón, no pudo levantar la cabeza por esto.
El ímpetu del Reino de Aragón estaba en alza luego de que hubieran ayudado decisivamente a Jacob a ascender al trono, pero después de que se descubrió la aventura de la princesa, solo estaban agradecidos por la misericordia de Jacob al mantenerla como reina sin expulsarla incluso después de cometer una aventura.
Pero Bianca no pudo maldecir a la princesa. Sintió una sensación de vergüenza. ¿A Bianca no la echaron también por eso? Entró en la trampa con sus propios pies. Le horrorizó pensar que a la princesa podría haberle pasado lo mismo.
Jacob era un hombre así.
Bianca recordó los ojos azules que la miraban. La sensación de una serpiente arrastrándose era tan vívida. Incluso si Zachary no hubiera pedido esto, Bianca habría huido primero. Bianca asintió, tratando de calmar la piel de gallina.
—Lo sé.
La voz de Bianca era firme, como si no hubiera lugar para la reconsideración. Pero Zachary aún no podía deshacerse de su ansiedad. Le recordó a Bianca una y otra vez. Para Bianca escucharlo, fue agotador.
—Si alguna vez te encuentras con algo, aléjate incluso con la excusa de estar enferma. Siempre quedate junto a Gaspard.
—No te preocupes. El segundo príncipe debe estar muy ocupado trabajando, ¿podemos encontrarnos tan fácilmente en este espacioso palacio?
Bianca sonrió como si no se preocupara, pero Zachary mantuvo la boca cerrada sin responder. Como si no estuviera de acuerdo con las palabras de Bianca, su frente se arrugó, proyectando una sombra sobre sus ojos.
Había una sensación de querer encerrar a Bianca dentro de la habitación. ¿Era un hombre con tantas preocupaciones en primer lugar? Pensó que sería un poco más audaz, ya que a menudo va y viene entre la vida y la muerte en el campo de batalla….
Bianca se sorprendió ante el inesperado lado de su marido. Para ser honesta, Jacob era un hombre insidioso, pero eso no lo preocupaba tanto. No era muy activa y, a menos que Jacob viniera a visitarla, no se encontraría con ella.
Y Jacob no iría a visitarla. Jacob estaba en medio de un período «agradable», lo que solo le dio al príncipe Gautier una sensación de inseguridad.
Jacob la miró fijamente porque era la hija de Blanchefort, y la condesa de Arno, en otras palabras, no valía nada para él. ¿Por qué se molestaría en visitar a Bianca, y no a su padre o a su esposo, Zachary?
Incluso entonces, Bianca tomó el incidente con Jacob a la ligera. Realmente no esperaba lo que se suponía que iba a pasar.
* * *
Bianca y Zachary salieron, y no pasó mucho tiempo antes de que llegara la hora del saneamiento del rey, y Gautier y Jacob también salieron. Frente al rey, sonrieron y actuaron como hermanos, pero sus expresiones se endurecieron tan pronto como salieron de la sala de recepción.
Gautier inmediatamente se volvió hacia Jacob y le preguntó sobre la conversación anterior como si lo estuviera interrogando. Al contrario de su imagen de poeta débil, su impulso fue feroz.
—¿Felicitaciones por el compromiso de Albert? Si hay algo incómodo, ¿puedes decírmelo en cualquier momento? ¿Qué diablos estás haciendo?
—¿Qué quieres decir? Parece como si tuviera alguna intención.
—¿Quieres decir que no?
—Solo pura buena voluntad.
Jacob asintió hábilmente. La guerra de nervios entre las breves conversaciones fue aguda.
Jacob no reveló completamente sus ambiciones, pero no fue tan distraído como para pretender ser un buen hermano para su hermano mayor, Gautier. No encajaba con su personalidad. Era más cómodo demostrar que tenía cierto grado de ambición. Para mentir, mézclalo con la verdad. Si no fuera por eso, habría sido casi imposible ocultar completamente la verdad durante diez años.
Quizás por eso, Gautier solo pensó que Jacob tenía ansias de poder, no que quisiera convertirse en rey. El rey nombró a Gautier como su sucesor, y hubo muchas personas talentosas que creyeron en él y lo siguieron. Había una certeza de que tenía control sobre «algo» de la codicia de Jacob.
Si hubiera sabido cuán grande era la codicia oculta de Jacob y lo que podía hacer por él, no lo habría dejado solo, pero la conclusión fue «no saber», por lo que era una suposición sin sentido.
—De todos modos, Sir Arno es el perro fiel de mi hermano. Estoy seguro de que no es un perro tan complaciente que coquetearía conmigo solo porque estoy allí.
—… para un perro que no es tan complaciente, ¿qué clase de favor es este de repente? Eres el tipo de persona que no hace cosas que no son recompensadas.
No desdibujes el punto con las palabras equivocadas, Jacob
Las conversaciones de este nivel eran frecuentes entre los dos hermanos. A Jacob le estaba yendo bien en el papel de «un segundo hijo codicioso, pero algo incompetente», y Gautier fue completamente engañado por él.
El conde Blanchefort llamó a Jacob un «hombre insidioso e inteligente», pero Gautier negó con la cabeza. Comparado con una persona que esconde una daga detrás de su espalda, un oponente que claramente le apunta con una espada no es muy peligroso. El trono vendría a él de todos modos, pero Gautier no quería molestar a su padre provocando un alboroto, así que dejó solo a Jacob.
Gautier suspiró profundamente y advirtió.
—Sé que tratas al conde Blanchefort y al conde Arno como una espina en el ojo. Si todavía quieres usar a una mujer, entonces detente. No es propio de un caballero, ni de un miembro de la familia real.
—Oh, ¿te diste cuenta de que estaba apuntando a ella?
—¡¡Jacob!!
Gautier gritó ante la réplica en broma de Jacob. Un poderoso sonido que emanaba de su delgado cuerpo resonó por el pasillo. Pero Jacob simplemente se agarró el estómago y se rió. Gautier endureció su rostro, esperando pacientemente que terminara su burla. ¿Cuánto tiempo se rió? Jacob, que se secó el rabillo del ojo con el dedo, se encogió de hombros.
—Honestamente, no pienso en ellos como espinas. Me tratan como una espina en el ojo, así que no puedo evitarlo.
—Jacob.
—Comparado con el hecho de que solo uso bien mi cuerpo, mi hermano mayor es inteligente. Es una pena que lo único que pienses con esa buena cabeza es que solo pueda usar a una mujer.
Jacob rascó las entrañas de Gautier con un tono sarcástico. Gautier miró a Jacob con sus ojos azules como olas, luego agregó: «No seas descuidado», se dio la vuelta y se fue.
Los labios de Jacob, que había estado de pie en el pasillo durante mucho tiempo, se elevaron bruscamente cuando la espalda de Gautier desapareció.
—Eres un tipo aburrido, pero me sorprendes en momentos como este.
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