Incluso después de pasar la primera puerta de la fortaleza, el grupo tuvo que pasar por tres puertas más. El palacio de Lahoz se elevaba como una torre, y la ciudadela de tres capas la protegía firmemente.
Bianca, que se había estado escondiendo en el carruaje mientras atravesaba el bosque, no pudo evitar observar la capital. Bianca quitó suavemente la cortina de la ventana y miró hacia afuera a través del hueco.
Cuanto más se acercaban al palacio, más colorida era la ropa de aquellos que deambulaban por las calles. Como ciudad capital, los gremios están activos y hay muchas personas ricas, por lo que incluso los plebeyos comunes vestían ropas que no se diferenciaban de las de los nobles.
Todos tenían una actitud impaciente, como si estuvieran viviendo una vida diaria ocupada. Incluso su caminar era rápido. Si fueran personas comunes en la finca, habrían quedado hipnotizados por la espléndida procesión de nobles, pero para ellos, fuera normal o no, simplemente lo pasaron de largo.
Sin embargo, cuando algunos de ellos vieron las banderas de su procesión, sus ojos se abrieron y comenzaron a gritar con fuerza.
—¡Arno! ¡Es la cresta de la familia Arno!
—¡El Conde Sangre de Hierro! ¡El dios de la batalla, el caballero invicto!
—¡Conde Arno! ¡Mire hacia aquí!
Desconcertada por la reacción de la gente, Bianca retrocedió sin darse cuenta. Yvonne, que estaba en el carruaje con ella, sonrió levemente.
—Porque el Conde es el héroe de Sevran. Sin él, la gente de aquí no habría podido llevar una vida tan pacífica.
—…….
Los ojos de todos estaban en el frente de la procesión, en Zachary. Como si le fuera familiar, Zachary condujo su caballo sin rodeos. Su cabello gris plateado brillaba a la luz del sol, su capa negra ondeaba en la brisa primaveral y su expresión inquebrantable incluso parecía noble. Para Bianca, Zachary siempre fue solo un esposo que vació su patrimonio, pero para otros era un héroe. La brecha no era familiar.
Para ser honesta, lo que hace que todo esto sea nuevo es que Bianca simplemente no estaba interesada en Zachary.
¿Solo en Zachary?
Tampoco estaba muy interesada en el estado del reino. Solo sabía que Zachary había estado luchando contra el Reino de Aragón, pero no tenía idea de por qué el Reino de Aragón invadió Sevran o qué intereses estaban entrelazados.
Hasta que Zachary murió en la guerra.
Después de ser expulsada de la familia Arno, buscando ganarse la vida y escuchando todo tipo de historias, Bianca se enteró de que las guerras que se habían librado eran el resultado de la relación de sucesión de la familia real de Sevran.
El rey actual consideró a Gautier, el primer príncipe, como el próximo rey, pero Jacob, el segundo príncipe, no renunció al trono. Era un hombre ambicioso e insidioso. Cooperó en secreto con el reino de Aragón, que tenía una relación hostil con Sevran, y sacudió el reino de Sevran, convirtiéndose en un héroe durante la época turbulenta e ideando un plan para lidiar con Gautier en medio de la guerra.
La mayoría de los nobles del lado del príncipe Gautier procedían de funcionarios públicos y ninguno era experto en la guerra. En comparación, Jacob era tan talentoso en la lucha que ganó varias peleas con lanzas. Jacob pensó que si iba a la guerra y sometía a Aragón, el rey lo juzgaría de nuevo.
Pero el deseo confiado de Jacob de convertirse en un héroe de guerra se hizo añicos. Porque Zachary apareció como un cometa.
Zachary, quien apareció de repente, salió victorioso una y otra vez, y recibió el título de barón al lograr un gran logro en la guerra. El título de héroe de guerra se le dio a Zachary, no a Jacob.
Sus planes salieron mal, pero incluso entonces, Jacob estaba relajado. Jacob quería ser un rey, no un héroe. Mientras atrayera a Zachary a su lado, Jacob podría reclamar el trono sin ningún riesgo, por lo que comería faisanes y huevos*.
(N/T: sería nuestro «matar dos pájaros de un tiro».)
El problema, sin embargo, era que para hacer eso, tenía que atraer a Zachary a su lado, y Jacob no era el único que lo sabía.
Sin embargo, hubo alguien que se movió antes que Jacob, fue el subordinado de Gautier, el conde Blanchefort. Inmediatamente le ofreció matrimonio a Zachary y Zachary no lo rechazó. Así Blanchefort tomó a Zachary como su yerno y lo unió a la facción del Príncipe Gautier, y para Jacob, fue una decepción.
«Entonces, incluso si hubiera podido volver a mi infancia, habría terminado casándome con este hombre.»
Zachary estaba en una racha ganadora y una racha invicta. Fue derrotado repetidamente por Zachary, y eso no mejoró la posición del príncipe Jacob, con quien formó una alianza. Desde el punto de vista del reino aragonés, eran cada vez más las voces que dudaban de si era correcto continuar la alianza con Jacob.
Bianca no sabía cuál había sido la decisión de Jacob en el proceso. En cualquier caso, el Príncipe Gautier muere en la guerra, y Zachary intenta elevar al trono al Príncipe Albert, el hijo del Príncipe Gautier, pero muere en la guerra. Al final, fue Jacob quien se convirtió en rey.
Fue el hermano mayor de Zachary, el vizconde Huegh, quien expulsó a Bianca de la familia Arno con las manos vacías, pero el oponente que robó todas las pertenencias de Bianca no fue más que Jacob. En la guerra que libró por el trono, Bianca perdió a su padre, hermano, esposo y su futuro.
Ahora bien, no pensó ni un momento en eso mientras intentaba establecer su posición dentro de la familia Arno, pero no era que se hubiera olvidado de quién era su enemigo. La ira y la venganza ardían como fuego bajo el pecho de Bianca.
Pero ella es solo una condesa. Una condesa incompetente que no puede liderar el ejército, no puede hacer política y ni siquiera puede proteger su territorio cuando el señor, Zachary, va a la guerra.
Sabe cuál es su posición y era muy consciente de lo peligroso que era como aristócrata mostrar sus emociones en el territorio del otro, la capital.
Por lo que no perdió la razón lo suficiente como para pasar por alto el peligro.
«¿Por qué no le cuento a Zachary? Si supiera las intenciones de Jacob, intentaría activamente deshacerse de él, y eso aliviaría mis preocupaciones.»
Pero pronto Bianca negó con la cabeza. ¿Cómo diablos se lo diría? Bianca acababa de llegar a la capital y no tenía ningún interés en el estado del Reino, por lo que sólo sonaría sospechoso. Más que nada sabiendo que Zachary desconfía de ella por el solo hecho de decir que quiere tener un hijo….
«Sí. Por ahora, concentrémonos en fingir que no sabemos nada.»
Bianca mantuvo la boca cerrada, tratando de controlarse. No fue fácil, pero debía hacerlo.
Los nobles que llegaban a la capital tenían que ir a ver al rey. Bianca también debía asistir como condesa. Como si lo hubiera visitado una y otra vez, Zachary fue a la sala de recepción del castillo. Siguiéndolo, Bianca respiró hondo. Su rostro blanco se endureció como una muñeca de porcelana y sus ojos verde pálido parecían profundamente ansiosos.
Su rostro estaba más pálido que de costumbre. A primera vista, parecía nerviosa. Zachary, que seguía mirando a Bianca, añadió preocupado.
—No estés demasiado nerviosa. No será gran cosa. Su Majestad no te culpará si cometes un error.
Zachary, pensando que Bianca estaba nerviosa por venir a la capital y conocer al rey por primera vez, trató de aliviar la tensión de Bianca.
—Lo sé. Gracias.
No era que estuviera nerviosa, pero no podía decirle qué le preocupaba, así que Bianca dio una respuesta apropiada.
Zachary miró a Bianca con una mirada preocupada, pero no había nada que pudiera hacer por ella.
Zachary volvió a moverse y no pasó mucho tiempo antes de que llegaran a la sala de recepción. El caballero que custodiaba la sala de recepción reconoció a Zachary e inclinó el cuerpo que bloqueaba la puerta. El asombro hacia Zachary era notorio en los ojos del caballero.
La sala de recepción era espaciosa. El techo era tan alto que uno no podía ver el final incluso si elevaba el cuello, y un tapiz bordado con rosas rojas que simbolizaban a la familia real de Sevran colgaba de la pared de piedra blanca. A cada lado de las columnas se encontraban caballeros vestidos con armaduras. Las apariencias cubiertas por un casco eran abrumadoras.
Al final de los caballeros, en medio de la sala de recepción, había un enorme trono tallado en piedra. Sentado en el trono estaba el anciano rey del Reino de Sevran, Victor de Sevran. Aunque su rostro estaba cubierto de arrugas, la línea del rostro esbelto, la nariz recta y las cejas gruesas aún permanecían, sugiriendo la belleza de su juventud.
La razón por la que el símbolo de la familia real de Sevran es la rosa es que el progenitor de la familia real de Sevran fue Owyn Sevran, un hermoso niño rubio llamado el Caballero de las Rosas. Quizás por eso, aquellos que heredaron la sangre de Sevran eran famosos por su brillante cabello rubio y su hermoso rostro que se asemejaba al sol.
A la izquierda y a la derecha del rey estaban dos hombres que se parecían al rey, pero no el uno al otro. Los estados de ánimo de los dos hombres guapos con cabello rubio eran extremadamente diferentes. Especuló que el hombre más gentil pero frágil y más delgado era el Príncipe Gautier, y el hombre más robusto y de rostro frío era el Príncipe Jacob.
Los ojos de todos en la sala de recepción estaban enfocados en Zachary, quien entró al salón con dignidad. Bianca, por otro lado, ocultó relativamente su presencia. El objetivo de Bianca para esta audiencia era terminarlo de la manera más discreta posible y sin intercambiar palabras.
De pie frente al rey, Zachary saludó cortésmente.
—Zachary de Arno, saluda a Su Majestad.
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