No importa cuán frío sea el invierno, las estaciones cambian. Incluso si estás temblando de frío en el invierno, cuando llega la primavera, el frío se olvida de tu memoria, y solo la cálida luz del sol envuelve tu cuerpo.
Bianca se acostumbró rápidamente a la ropa de cama llena de plumas y al sabor de las aceitunas maduras y jugosas, y dio por sentado las suaves sedas que envolvían su piel y el calor de la hoguera siempre encendida.
Estaba a un largo camino de antes de su regresión. Ni siquiera podía recordar la textura de la tela barata con agujeros que sobresalían porque era áspera.
La cama, que era como un piso de piedra, y el sabor de la sopa sin ningún ingrediente, habían sido olvidados hacía mucho tiempo.
El dolor físico se olvida fácilmente y el cuerpo está perfectamente acostumbrado al presente tranquilo, pero hay una cosa que nunca se olvidará. Fue la humillación justo antes de su regresión.
La humillación y el dolor que quedaron en su memoria solo grabaron una herida más profunda. Reflexionando sobre el horror que no quiere volver a experimentar, Bianca decidió que no podía vivir así esta vida, y al tener un heredero con Zachary, trató de consolidar su posición en la familia Arno.
Al principio, Zachary parecía tener dificultades para rechazarla, y la primera noche todavía parecía desalentadora.
Pero Bianca no se dio por vencida.
Incluso pensó en seducir a Zachary más explícitamente. Sin embargo, como sus intentos directos continuaron fallando, fue necesario encontrar otra forma. Para ser honestos, ha estado impaciente hasta ahora. ¿Cuál diablos era el problema?
Mientras Bianca luchaba, la respuesta vino de un lugar inesperado.
Recientemente, Bianca reunió a las criadas y les enseñó a tejer encajes. Fue porque Bianca tenía un límite para tejer sola. Al principio, las sirvientas miraron a Bianca y mantuvieron la boca cerrada, pero a medida que continuaba el monótono trabajo manual, comenzaron a abrir la boca una por una. No pasó mucho tiempo antes de que se dieran cuenta de que Bianca era lo suficientemente amable como para tener una conversación, charlaron y bromearon mientras tejían con la aguja.
«Los hombres son realmente extraños. Dicen que quieren que las mujeres asuman un papel activo, pero si te acercas a ellos abiertamente, su pasión se enfriará”.
«Yo sé, verdad. La última vez, el carnicero me miró todo el día, y cuando me acerqué, retrocedió fingiendo no conocerme».
«Oh, es porque el tipo no es muy ambicioso».
«A veces, los hombres tienen mucho miedo. Solo se acercan a una mujer que permanece quieta, y se acurrucan cuando una mujer se les acerca primero».
Solo entonces Bianca comprendió.
Por supuesto, Bianca había considerado hasta ahora la relación de la pareja como un matrimonio político aristocrático, alejado del deseo o el amor. Pensó que si solo le decía a Zachary que estaba lista para tener un heredero, Zachary estaría feliz de aceptarlo reconociendo las ventajas del sucesor, pero eso fue un error.
Eran hombres y mujeres antes de ser socios políticos. Estaba claro que el comportamiento de Bianca, mencionando abiertamente el tema del sucesor y de dormir juntos, en una palabra, «calmaría a Zachary».
Entonces, ¿qué les gusta a los hombres de las mujeres? ¿Una mujer que actúa como si no pudieras alcanzarla? ¿Una mujer que levanta la barbilla con orgullo y en secreto lanza una mirada furiosa si no le prestas atención?
Bianca, que solo había sido vagamente consciente de eso, suspiró. Parecía más probable empezar a crear buenos sentimientos después de reunirse continuamente. Sin embargo, Zachary estaba ocupado, e incluso en el mismo castillo, no era fácil ver su rostro. Bianca sostuvo su cabeza.
Así pasó el tiempo. Un día, cuando la nieve en el campo se derritió, revelando el suelo marrón oscuro, y los brotes brotaron sobre él, Zachary de repente le ordenó a Vincent que llamara a Bianca al jardín.
—¿El Conde…? ¿Sucedió algo de repente?
Bianca preguntó sorprendida. La preocupación brilló en sus ojos. Vincent instó a Bianca con su habitual rostro contundente.
—Si va, lo sabrá.
Las comisuras de la boca de Vincent se torcieron como si estuviera tratando de no reír. Pero Bianca no pudo verlo porque estaba obsesionada con el motivo por el cual Zachary la habría llamado. A pesar de que estaba decidida, todavía no podía aceptar cómodamente la reunión con Zachary. Bianca siguió frenéticamente a Vincent al jardín.
Tan pronto como Bianca llegó al jardín, Zachary se acercó a Bianca. Era sorprendente que Zachary estuviera esperando a Bianca, pero sobre todo, no podía apartar los ojos de la «gran cosa» junto a él. Zachary dijo mientras se acercaba a ella.
—Esto es lo que te prometí.
Un caballo estaba junto a Zachary. ¡Un Palomino* con melena y cola blanca color crema!
(N/T: El caballo Palomino es una tipo de caballos de color ocre dorado. Este tipo de equinos destacan, además de por el atractivo color dorado de su manto, por su crin y cola blanca brillante.)
Era bonita con manchas blancas en la frente y en las piernas. La mano de Zachary sostenía las riendas del caballo con firmeza, e incluso si no lo hubiera hecho, parecía que se quedaría quieto. El caballo miró a Bianca en silencio, parpadeando.
Cuando dijo por primera vez que quería aprender a montar a caballo, pensó que solo se trataba de aprender una habilidad necesaria para el futuro, pero cuando conoció al caballo, su pasión por la equitación creció rápidamente.
Así fue. Bianca se enamoró de este caballo a primera vista.
Bianca se acercó al caballo con cautela y alargó la mano hacia el lomo del caballo. El vello corto del caballo le hizo cosquillas en la palma de la mano a Bianca.
—Eres tan gentil. Si muy bonito, eres tan bonito…
La voz de Bianca, a quien le gustaban los caballos, se suavizó como una brisa primaveral.
La mirada de Zachary, mirando así a Bianca, brilló como una avellana bajo la luz del sol primaveral. Si fuera el Zachary anterior, le habría dado el regalo a Vincent para que se lo diera ya que estaba muy ocupado con el trabajo, pero realmente quería entregárselo personalmente. Zachary le pasó las riendas a Bianca y la miró.
—¿Qué piensas? Lo escogí con cuidado, pero…
Zachary le ha dado a Bianca innumerables regalos, pero este pony fue el primer regalo que le dio a Bianca personalmente. Por mucho que siempre había imaginado qué tipo de expresión haría cuando recibiera su regalo, el corazón de Zachary latió con fuerza cuando la miró.
Bianca aceptó las riendas que Zachary le dio. En un instante, el calor de su temperatura corporal se elevó en las yemas de los dedos de Bianca. Era como si hubiera tocado el fuego. Bianca pensó que era porque estaba muy nerviosa. Después de todo, ¿no es esta la primera vez que recibe un ser vivo?
Las pálidas mejillas de Bianca se pusieron rojas como un melocotón maduro. Bianca miró a Zachary, sonriendo tan brillantemente como una ciruela en flor.
—El pony es tan hermoso. Gracias, Conde.
Todos a su alrededor se sorprendieron por la sonrisa de pura alegría de Bianca. Yvonne y Gaspard sabían que Bianca tenía un corazón profundo, pero nunca esperaron que sonriera así. Era natural que la boca de Vincent se abriera de par en par.
Zachary abrió mucho los ojos como si estuviera sorprendido y miró a Bianca sin decir una palabra. Las comisuras de su boca bajaron con fuerza, y sus ojos negros se clavaron en Bianca sin vacilar. Aquellos que no conocían bien a Zachary, podrían creer erróneamente que Zachary estaba incómodo.
Y, por supuesto, Bianca también lo malinterpretó.
«Sí, a él realmente no le gusta que sonría así».
Bianca levantó torpemente las comisuras de sus labios, pero estaba tan feliz con el regalo que le resultó difícil manejar su expresión. También pensó: «¿Qué importa si Zachary se siente incómodo? Yo estoy feliz».
Además, al ver la expresión inexpresiva de Zachary con demasiada frecuencia, parece que ha desarrollado una resistencia relativa.
Solo se desarrolló la tolerancia, pero aún quedaba un largo camino por recorrer antes de que se diera cuenta de las verdaderas intenciones escondidas bajo esa expresión. Confundiendo que conocía a Zachary mejor de lo que pensaba, Bianca tarareó y acarició el cuello del caballo.
—¿Cómo debería llamarlo…?
—Ahora que lo pienso, me sigues llamando así en estos días.
—¿Sí? ¿Cómo?
Bianca inclinó la cabeza ante el repentino comentario de Zachary y preguntó. Tan pronto como Bianca preguntó, otra arruga creció entre la frente de Zachary. Bianca se dio cuenta de que estaba equivocada.
Bianca reflexionó sobre su conversación con Zachary, pero estaba tan absorta en la alegría, que no podía recordar lo que había dicho.
—… Conde.
—¿….?
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