Ante el llamado de Bianca, Vincent se dirigió a su habitación.
Lo olvidó, ya que parecía estar callada mientras miraba constantemente alrededor del territorio por un tiempo, pero como era de esperar, era hora de llamar a la cima y comprar cosas nuevas.
Fingió estar interesada por un tiempo, y luego se arrepintió. Habría sido mucho más útil que la señora se limitara al lujo que mostrar su rostro aquí y allá por nada.
Cuando Vincent llegó, Bianca estaba bordando a la luz del sol. A su lado, Yvonne miraba con curiosidad el bordado de Bianca, mientras Gaspard saludaba a Vincent en la puerta e inclinaba levemente la cabeza.
Mientras Vincent se sobresaltaba por el idílico escenario que no combinaba para nada con Bianca, la dueña de la habitación, Bianca habló de inmediato con la cabeza pegada al marco.
—Es suficiente.
—¿Qué?
—Dije que fue suficiente.
Las palabras de Bianca salieron de la nada.
Cuando Vincent preguntó, incluso dio una explicación, pero Vincent todavía no podía entenderlo. Mientras Vincent, que no sabía qué decir, permanecía en silencio, Bianca siguió hablando con calma, sin detener la aguja que bordaba la tela.
—Creo que está bien dejar de mirar alrededor de la propiedad. Sé con seguridad que a los siervos no les gusto mucho.
Vincent no se sorprendió al escuchar que abandonaría sus deberes, como si supiera que sucedería de inmediato. De hecho, fue un mes antes de que Vincent predijera que Bianca renunciaría. Fue sorprendente que Bianca hubiera podido llevar a cabo el trabajo aburrido y duro hasta ahora. Lo único que preocupaba a Vincent fue el «desprecio por ella» que mencionó casualmente.
El hecho de que los siervos no le dieran la bienvenida a Bianca se retrató claramente en sus ojos. Conociendo la notoriedad de Bianca, no habrían actuado irrespetuosamente, pero no habrían podido evitar susurrar detrás de ella.
Vincent sintió temor de que Bianca pudiera decir que debería ser duro con los jóvenes que la insultaron. Si fueran castigados, no quedaría nadie en la finca.
Afortunadamente, Bianca no habló más de ello.
—Sería mejor para ti, Vincent, continuar como antes. Debe ser físicamente difícil.
Bianca era demasiado débil ahora. Aunque no enfermiza, era muy consciente de que era físicamente inútil. Mientras daba un paseo y miraba alrededor del castillo poco a poco, ganó mucha energía, pero al mismo tiempo, su fuerza mental se consumía rápidamente. Incluso si no prestaba atención a su entorno, no habría sido divertido estar expuesta a su mirada renuente, y el estrés que recibió devoró la escasa energía de Bianca.
—Si lo piensas bien, te las has arreglado para construir esta finca por ti mismo. Por supuesto, no puedo dejártelo para siempre, así que voy a aprender a hacerlo, pero no quiero apresurarme.
En primer lugar, está Vincent, así que no hay necesidad de apresurarse. Apoyará a esta familia Arno durante al menos los próximos seis años.
Bianca ya había visto el futuro de Vincent. El futuro de Vincent puede cambiar ahora que Bianca ha regresado, pero el carácter de Vincent, quién es él y las decisiones que toma, no cambiaran fácilmente. Ella había estado con Vincent más tiempo de lo esperado, incluso durante el momento en que se sintió devastado cuando su maestro, Zachary, murió. Puede dejarlo todo como está a Vincent. Bianca sabía que él no era el tipo de persona que vendería Arno a otros.
Ni siquiera pensó en intentar agradar a los siervos. Es mejor mantenerse alejada que trabajar emocionalmente entrometiéndose en los asuntos de los siervos a cambio de nada. Entonces, ya sea que la eviten o la maldigan, no dolerá. Si quiere ganarse su favor, es mucho más efectivo brindar aunque sea una pequeña cantidad de ayuda material que husmear y dar la cara. El dinero era un medio fácil y conveniente de administrar para Bianca. Cómodo para su cuerpo y mente.
Sin embargo, Bianca tenía una razón para salir a inspeccionar la finca.
Una pequeña sonrisa se deslizó por los labios de Bianca. Sería difícil, pero valía la pena ganar dinero. Porque tenía un ingreso. Bianca habló en un tono ligeramente agradable.
—Por supuesto, te molestaré al entrometerme en asuntos triviales. Como el asunto de Nicholas.
Vincent se sorprendió al saber que Bianca recordaba el nombre de Nicholas. Por supuesto, a Bianca le gustaban mucho las velas que Nicholas había esculpido, e incluso lo llamó directamente. ¿Pero no es «esa» Bianca?
“Esa” Bianca, que ni siquiera había podido recordar los nombres de los tres comandantes de Zachary hasta este invierno.
Nunca soñó que ella solo recordaría el nombre de un empleado de la fábrica de velas.
Tanto si Vincent se sobresaltó como si no, la aguja atravesó la tela de un lado a otro. Vincent no podía ver lo que había en el marco. Yvonne no podía apartar los ojos de la aguja de Bianca, como si fuera a meter la nariz en el marco hecho a mano.
Bianca dijo sin rodeos algo aún más sorprendente para Vincent.
—En cambio, estoy pensando en comenzar un negocio con algunas sirvientas.
—¿Qué?
—¿Puedes traer algunas criadas diestras? Aparentemente, hay una sirvienta con cabello oscuro que es muy buena bordando.
El peso de las palabras era ligero, pero el significado real no lo era.
¿Bianca comenzando un negocio? ¿La Bianca que no ha salido del castillo desde que nació? Nacida con una cuchara de oro, era una compradora, no una vendedora. Para ser honesto, ni siquiera sabía si conocía correctamente el valor del dinero.
Vincent podría apostar la botella de vino escondida en su habitación, que para ella un negocio es tener lo que quiere y no tener lo que no quiere.
Al ver que estaba buscando una sirvienta para bordar, parecía haber tenido una buena idea sobre bordados.
Pero al ver que el bordado sería la base de su negocio, no parecía haber pensado muy bien. El bordado era una de las pocas cosas que le interesaban y conocía bien. Por supuesto, iniciar un negocio sería algo muy desconsiderado para ella, pero….
Sin embargo, si le preguntan si el bordado es una fuente plausible de negocios, Vincent sacudirá la cabeza resueltamente. El bordado era nada menos que una habilidad básica para las mujeres. Como es una habilidad que todo el mundo sabe hacer, para venderla por dinero, se requería una muy buena mano de obra o un diseño único.
No tenía sentido diferenciarse usando hilos de colores o bordando telas finas. Las personas que compran cosas para bordar, son personas que tienen dinero, y hay una o dos mujeres que son buenas para bordar en el territorio de los que tienen dinero, por lo que no habría razón para gastar tanto como sea posible para proporcionarles materiales generosamente.
¿En qué demonios está pensando Bianca como fuente de negocio? Medio desesperado, medio curioso. Vincent preguntó vacilante.
—¿Qué negocio es-…?
—Venderé encaje.
Bianca volteó la tela que estaba bordando y cortó el hilo con unas tijeras, luego sacó algo de la tela. Lo que Bianca sacó parecía una telaraña hecha de hilo.
Bianca palmeó la tela con la mano y la extendió bien. Los hilos de color blanco puro se entrelazaron para crear un patrón floral colorido y el fondo era visible a través del espacio entre los hilos.
Era la primera vez que Vincent veía eso.
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