Sauveur se inclinó y se acercó a Bianca con una sonrisa gentil.
Sin importar cuál fuera su capricho, él establo era un lugar que no combinaba con la señora que conocía. Era mejor no dejarla entrar desde el principio que escuchar un grito después. Sauveur insinuó eso.
—¿Por qué la señora vendría a un lugar-….?
—Estoy aquí para ver el establo. No te molestaré, así que puedes continuar trabajando.
Bianca levantó la punta de su barbilla. Como si mirara desde arriba a Sauveur, que es mucho más grande que ella, insistiendo en que no se echaría atrás fácilmente.
No es una mujer fácil. Frente a Bianca, Sauveur sudaba por dentro.
¿Qué? ¿Vino aquí para ver el establo? El hermoso vestido que estaba usando, no tenía ni una sola mota de polvo, y el cabello largo y peinado estaba perfectamente limpio.
¿Por qué diablos, una mujer que parece que podría salir al mundo social en cualquier momento, vendría a ver el establo, que huele a estiércol de caballo?
Recientemente, escuchó que Vincent había sido convocado para indagar en la administración del castillo. Estaba claro que esto también era una extensión de lo mismo.
Oh sí. Está claro que la señora tampoco quiere visitar el establo. De lo contrario, no habría venido vestida así. Una negativa moderada podría salvar su cara, y él podría ser capaz de expulsarla.
Pero cómo decirlo era el problema. En primer lugar, Sauveur rara vez hablaba con Bianca. Solía decir cosas que quería decir sin previo aviso, pero cuando se paraba frente a Bianca, cerraba la boca. Porque no sabía qué decir.
Por el contrario, Robert, a quien Sauveur se burla por ser descuidado, es más arrogante.
Para Vincent, ella debe ser una señora vergonzosa que abandona sus deberes, y para Robert, una mujer arrogante a la que no le importa la gente.
No podía hacerle entender por qué, y no podía convencerla, pero no era alguien a quien pudiera simplemente ignorar.
Una conversación con Bianca era suficiente para hacer que incluso el perro rabioso del campo de batalla, el comandante de carga sin una formación impenetrable, mejor conocido como Sauveur, tragara saliva. La idea de tener una conversación con ella le ponía la piel de gallina.
Aunque nunca han intercambiado palabras, ¿no sabe uno que el fuego está caliente aunque no haya metido la mano en el fuego?
Era obvio con solo escuchar la conversación habitual entre Zachary y Vincent. Refuta cada palabra, y si las cosas no salen como quiere, utiliza la violencia.
Su terquedad nunca ha sido doblegada. Si Sauveur fuera Zachary o Vincent, habría salido corriendo de la habitación sin decir una palabra.
Bianca estaba de pie frente a Sauveur, y lo observaba.
¡Tenía que hablar de alguna manera con Bianca y persuadirla para que volviera a su nido! De todos modos, era por el bien de Sauveur, Bianca y Zachary.
Sauveur recordó haber empujado a Zachary a hablar con Bianca. Sintiéndose un poco arrepentido en su corazón, se disculpó interiormente con su maestro. Y dijo astutamente, mientras levantaba desesperadamente las comisuras de sus labios temblorosos.
—Dios mio. Muchos de los caballos de la familia de Arno son caballos de guerra, por lo que todos tienen temperamentos agudos. Cuando entra un extraño como la señora,
Se agitan mucho. Venga por aquí.
Sauveur bloqueó la entrada del establo, e hizo señas a la oficina junto a la entrada del establo. Era una pequeña sala donde los cuidadores se turnaban o descansaban.
Había un escritorio gastado y una silla. No sabe qué tipo de capricho tiene para venir al establo, pero debía negarse, diciendo que no podía entrar en un lugar así. Entonces él podría usar eso como excusa para echarla.
Por eso mencionó que el interior del establo era aún más aterrador que ese espacio estrecho y desaliñado.
Pero Bianca no escuchó la oferta de Sauveur. Y avanzó esquivando oblicuamente a Sauveur.
Sauveur no pensó que escucharía desde el principio, pero fue aún más desconcertante cuando salió completamente en contra de sus expectativas.
En ese momento, Sauveur encontró estiércol de caballo que no había sido limpiado cerca de los pasos de Bianca. Parecía que el encargado había derramado un bulto mientras limpiaba antes.
Sauveur, cuya tez había palidecido, y estaba al borde del llanto, disuadió apresuradamente a Bianca.
—No, no. No por allí señora. Pase por acá. Arruinara su preciosa ropa.
Bianca miró al suelo. Al darse cuenta de que casi había pisado estiércol de caballo, inclinó la cabeza y miró a Sauveur.
—¿La gestión del establo es un desastre?
—No es así.
La voz de Sauveur se desvaneció ante la reprimenda. Aunque había algunas partes descuidadas, se manejaba perfectamente, pero hoy…. había pruebas justo delante suyo, así que no tenía nada que decir.
Afortunadamente, Bianca no tenía la intención de discutir con él por mucho tiempo. Bianca dijo, evitando el estiércol de caballo como si no le importara.
—Quiero saber cuántos caballos hay. ¿No son los caballos propiedad del patrimonio de Arno?
—L-lo informaré más tarde.
El corazón de Sauveur latió con fuerza cuando su falda revoloteó por poco en el suelo. Una gota de sudor frío cayó por la espalda de Sauveur.
No sabe qué clase de capricho está teniendo, pero sería un gran problema si luego saliera del establo diciendo que su ropa favorita tenía estiércol de caballo….
Pero Bianca no parecía dispuesta a volver.
Miró a Gaspard con una súplica de ayuda, pero Gaspard solo negó con la cabeza como si no pudiera evitarlo. Al final, Sauveur, que lo había estado retrasando lo más que pudo, no tuvo más remedio que llevar a Bianca al establo.
El establo era enorme y espacioso. La afirmación de Sauveur de que la gestión era ordenada no era del todo falsa. Había lugares que estaban vacíos, probablemente por los caballos liberados en el rancho.
Contrariamente a la suposición de Sauveur de que Bianca se escaparía pronto, Bianca miró a su alrededor con ojos curiosos durante mucho tiempo. Tal vez porque estaba muy pensativa, no extendió la mano imprudentemente hacia el caballo.
Yvonne siguió a Bianca ansiosamente. En ese momento, un caballo de guerra asomó la cabeza y lamió la mejilla de Yvonne. Al sentir la viscosa saliva, Yvonne retrocedió con un sonido. Fue Gaspard quien atrapó a Yvonne, que estaba a punto de caer.
Yvonne le sonrió torpemente a Gaspard, quien la miraba fijamente.
—Oh gracias.
—¿Estás bien, Yvonne?
—Sí. Me sorprendió. Por favor, tenga cuidado también.
Yvonne respondió a Bianca, tratando de calmar los latidos de su corazón. Gaspard apoyó a Yvonne sin decir una palabra hasta que se calmó, y cuando Yvonne suspiró, naturalmente se alejó.
Bianca miró alrededor del establo, repitiendo su admiración. Parecía bastante grande desde el exterior, pero era aún más grandioso desde el interior.
—Realmente hay muchos.
—Fue lo primero que hizo nuestro conde en cuanto su poder creció. Armando a los caballeros con una excelente movilidad, ¿no sería posible ganar cien batallas?
Sauveur dijo con orgullo. Como seguidor de Zachary, contó lo sabio que era Zachary y lo que pasó con aquellos que lo ridiculizaron como un idiota que malgastó su dinero en ese entonces.
Bianca pensó que era afortunado. Si hay tantos caballos, incluso si la echan, ¿no debería al menos recibir un caballo? Al menos claro, que todos estos caballos mueran en la guerra. En primer lugar, no debería suceder, pero es solo en caso de que ocurra.
Blanca negó con la cabeza. Está luchando por salir del futuro que conoce, pero siempre asume lo peor.
Aún así, dado que hay tantos caballos, puede haber algún caballo que pueda montar en este momento. Puede que no tenga que esperar hasta la próxima primavera. Bianca, que pensó positivamente, preguntó con voz ligeramente emocionada.
—¿Hay algún caballo que pueda montar?
—Por supuesto, hay caballos que la señora pueda montar… ¿Qué?
Sauveur, quien respondió sin pensarlo, volvió a pensar en las palabras de Bianca y preguntó involuntariamente.
Sus ojos azules temblaron de vergüenza.
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