No había forma de que alguien como Vincent no pudiera haber notado esta sutil corriente de aire, pero fingió no saberlo. Dado que Sir Gaspar está adjunto como escolta nada sucedería. Además, pase lo que pase, Bianca no podrá hacerse cargo del castillo si él interfiere. Además, era su karma que todos los siervos fueran así.
Miró alrededor de la tienda de carne y dijo con severidad, señalando un gran salero en la esquina.
—En invierno hay menos caza, por lo que es difícil encontrar carne. Se debe salar y conservar un poco más. Dado que la carne debe marinarse con anticipación, es importante encurtir a partir del otoño. Ya estamos listos para el invierno. Si a la señora se le asigna el trabajo más tarde, debe abastecerse de sal temprano.
—Ya veo.
Bianca asintió con la cabeza. La anfitriona del castillo estaba a cargo de todo en el castillo, al igual que el trabajo de la cocina. No servir carne cruda en invierno era natural, pero todo era desconocido para Bianca, que nunca había estado interesada en tal cosa.
Vincent explicó paso a paso cómo conseguir la carne para los meses de invierno, no solo sal, sino también qué condimentos y especias poner, y dónde conseguir pimienta y azúcar.
Había demasiada información saliendo a la vez. Bianca asintió diciendo que entendía, pero sabía que no recordaría nada por la noche.
Sin embargo, no era bueno mostrar esa imagen en un lugar donde hay siervos, por lo que Bianca, naturalmente, mantuvo la boca cerrada. Solo recordó la idea general, y pensó en preguntarle a Vincent sobre los detalles más tarde. Vincent la mirará con una mirada absurda, pero aun así responderá a sus preguntas con sinceridad. Porque ese es su trabajo.
Miraron alrededor de la carnicería y salieron. Cuando Vincent agregó que ahora iría a la tienda de velas y al cuarto de costura, Bianca hizo una mueca para sus adentros.
La fábrica de velas estaba justo en frente del depósito de carne. En la fábrica de velas, las velas se fabricaban con la grasa sobrante de la matanza, y un hombre estaba removiendo un gran trozo de grasa en una olla para evitar que se solidificara.
La resina era uno de los ingredientes para hacer velas. Esta era la identidad del olor rancio que sentía Bianca.
—Lo que estamos haciendo ahora son velas hechas de grasa. Es una vela común que se suministra al castillo.
—Se ve diferente a la que uso.
—Sí. Esto se debe a que las velas que usan la señora, el conde y las que están en el comedor son de cera. A diferencia de las hechas con resina de grasa de res, son un producto de alta calidad que no contienen hollín, son limpias y de alta calidad con un olor acre. Solo se puede hacer durante la época en que las abejas hacen miel, y es un artículo muy valioso porque la cantidad no es grande. Por lo general, se usa para sellar cartas con el sello familiar, y solo se usa en ceremonias de iglesias o en el palacio real.
Lo dijo en un tono que reprochaba implícitamente que la vela que solía encender incluso cuando estaba un poco oscuro era muy preciosa.
Fue un tono tan mordaz, que incluso si las personas a su alrededor no pudieron notarlo, Bianca, la persona involucrada, si pudo.
Bianca estaba desconsolada. Es verdad que es extravagante, pero no era muy agradable ser reprendida por algo que no pidió. Aun así, no quería alzar la voz frente a sus subordinados por asuntos triviales.
En lugar de ser arrogante e irritable, Bianca preguntó en voz baja, como si no tuviera nada que ver con eso.
—¿Era tan precioso? No lo sabía. ¿Quién pidió que se usara esa vela?
—El Conde.
—No sé por qué el Conde dio tal orden. ¿Por qué no me lo dijo? ¿Podríamos haberla guardado?
Las comisuras de los labios de Bianca se torcieron con sarcasmo. Las velas son demasiado valiosas. Cuando temblaba de frío en el monasterio antes de su regreso, incluso cuando estaba desesperada por obtener un poco de calor más que cualquier otra cosa, nunca doblegó su orgullo por conseguir una vela o algo así.
No podría haber sido mejor para ella escuchar un comentario como este ahora.
Vincent chasqueó la lengua ante la mirada visiblemente disgustada de Bianca. Lo que dijo Zachary todavía estaba vivo en su memoria.
—No le gustan las velas normales porque huelen mal y tienen mucho hollín. Reemplaza las velas donde mi esposa suele caminar con velas de cera.
Aunque aristocrático, Zachary no tenía ningún interés en el lujo y no lo conocía bien. Señaló que debía usar velas de cera,
Aunque Zachary era un noble, no estaba interesado en los lujos y no sabía mucho sobre ellos. Cuando señaló que debería usar velas de cera, no fue descabellado pensar que fue debido al pedido de Bianca. Aunque era incomprensible, claramente fue culpa de Vincent. Vincent inmediatamente inclinó la cabeza.
—Debe ser porque el Conde no quería que su esposa se preocupara por todo eso. Por favor perdóneme.
Ni Vincent ni Bianca, por supuesto, pensaron que Zachary realmente pensara eso. Sólo fue una excusa agradable. Hubo un tiempo en que Bianca era lo suficientemente sensible con todo el mundo como para refutar, pero ahora solo era molesto. Bianca agitó su mano, terminando la historia.
—Ya pasó. Entonces, ¿qué debería importarme aquí?
—Para administrar el castillo, es necesario llevar un registro de cuántas velas se hacen. Especialmente en invierno cuando los días son cortos, las velas son preciosas. Las velas hechas aquí son diferentes de las que usa la señora o el señor, pero dado que la vela en sí misma es un artículo valioso, debe manejarse estrictamente.
Tan pronto como cayeron las palabras de Vincent, el encargado les sonrió con una cara torcida y hosca. Como no se atrevía a hablar con personas de alto rango, su intención era darles confianza a través de sus expresiones faciales. Sin embargo, sus ojos rasgados, barbilla afilada y labios puntiagudos no lo convertían en un rostro muy digno de confianza.
No había mucho que recordar en la fábrica de velas. Más que nada porque ahora era invierno. En invierno había menos resina al haber menos carne, e incluso la leña que se utilizaba para prender el fuego para derretir la resina era preciosa. Entonces, cuando Bianca siguió a Vincent para dejar la tienda, su mirada se posó en un pequeño mechón de cabello que sobresalía de detrás de un gran barril de madera en la esquina de la tienda.
¿Es un animal? ¿O cabello humano?
Curiosa, Bianca se dirigió allí.
En cuclillas había un niño delgado. Estaba trabajando duro en algo, empuñando su antebrazo, que era más delgado que la vela que había sacado el encargado.
Si miras de cerca, puedes ver que estaba tallando una vela. La vela blanca estaba profundamente tallada, revelando un patrón delicado y uniforme. Bianca, quien estaba asombrada por eso, preguntó sin darse cuenta.
—¿Qué estás haciendo?
—¡Aaaah!
El niño saltó sorprendido. Se sorprendió tanto que perdió la vela que estaba esculpiendo en su mano. Y la vela voló en el aire. Bianca, sin saberlo, recibió la vela que voló. Tan pronto como sucedió, un fuerte rugido resonó detrás de Bianca.
—¡Nicholas! ¡Hoy también!
El encargado, que había estado observando a Bianca y Vincent antes, levantó la voz con fuerza. Un fuego llameó en sus ojos. A los ojos del encargado, las acciones de Nicholas solo podían verse como arruinar una vela sana.
Incluso él mismo admitió que las habilidades de esculpir de Nicholas no eran malas, pero ¿y qué? Debido a sus materiales, la vela se derretiría rápidamente. Y para ellos, las velas eran un lujo en sí mismas.
Nicholas había sido regañado varias veces por hacer tal cosa. También se le aconsejó tallar en un trozo de madera. No tenía sentido esculpir algo que se derretiría después de quemarse. Pero Nicholas insistió en tallar las velas una y otra vez.
Pensé que era un alivio que no estuviera presente hoy, pero no sabía que estaba haciendo eso en una esquina. Además, incluso fue atrapado por la señora. El encargado miró a la señora con una expresión ansiosa.
Vincent miró a Bianca.
—Señora, ¿qué sucede?
La tez del siervo palideció. Era un gran problema robar artículos y dañarlos. No sabe si Nicholas será castigado solo, pero la persona a cargo de la tienda de velas también podría ser regañada por negligencia. Ya era difícil la vigilancia del mayordomo, pero era aterrador pensar que el asunto de Nicholas agregaría aún más vigilancia.
La ansiedad del siervo se convirtió rápidamente en una realidad. Fue porque los ojos de Vincent se convirtieron en triángulos cuando encontró la vela en la mano de Bianca.
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