Tan pronto como todos miraron por la ventana ante el repentino destello de luz, una luz blanca pura los envolvió como un estallido de luz. La luz brillante, que no permitía ver más allá, se sentía auspiciosa como si purificara los tiempos contaminados del mundo.
La luz que envolvía el mundo se desvaneció lentamente. Entonces sonó una trompeta más allá de las nubes. Un himno de bendición. Todos miraron al cielo sin comprender el himno.
—Esto es…
—Un milagro…
Zachary y Bianca murmuraron sin comprender. Instintivamente se dieron cuenta que ese era el milagro que el Papa había mencionado en su carta.
—Este bebé es… la voluntad de Dios…
Fue entonces cuando Bianca se dio cuenta que Dios la había elegido y enviado para salvar a Zachary, pero sobre todo, para tener esta niña.
Ahora que lo piensa, la decisión que tomó en su mente, tan pronto como regresó, fue el objetivo de tener un heredero para Zachary.
El futuro que Dios le mostró fue, sobre todo, un destello claro de la voluntad de Dios.
Zachary también suspiró suavemente.
Si la voluntad de Dios era salvar a Zachary, entonces podría haberle mostrado el futuro a Zachary en lugar de a Bianca. No tenía que ser Bianca.
Incluso si la voluntad de Dios era la existencia de su hija, era lo mismo. Porque solo fueron Zachary y Bianca quienes hicieron a la niña. Nuevamente, no había razón para elegir a Bianca.
Pero Dios debe haber elegido a Bianca. Zachary estaba convencido.
—Puedo ver por qué no me eligieron.
Zachary secó sus mejillas empapadas de lágrimas y sonrió un poco.
—En tu sueño, dijiste que me odiabas.
Zachary también era vagamente consciente del contenido del sueño de Bianca. No conoce los detalles, pero la mujer en su sueño lo odiaba…. Zachary murmuró, besando el dorso de la mano de Bianca.
—Si ese fuera el caso, habría necesitado el coraje para soportar tu rechazo e incluso señalarlo.
Si no le gustaba a Bianca, habría pensado que lo mejor que podía hacer era mantenerse lo más lejos posible de ella. Si fuera antes del matrimonio, significaría no casarse, si ya estaba casado, sería anticoncepción…
Sería lo mismo sin importar cuál sea el peor futuro que viera. Zachary no podría moverse primero, se alejaría y huiría de la misma manera.
Bianca era la única que podía cambiar el futuro de Zachary.
—Soy un hombre que no puede cambiar, Bianca. Fuiste tú quien cambió todo esto. Gracias a ti, puedo disfrutar de la felicidad.
Zachary miró a Bianca. A través de sus acuosos ojos negros, todo lo que había pasado entre Zachary y ella pasó como un relámpago.
Muchas cosas no salieron bien… Ya sea en el sueño que Dios le mostró o fuera del sueño. Pero lo único que definitivamente era diferente era que la felicidad que nunca había soñado ahora yacía en sus brazos.
Bianca sonrió suavemente, acariciando la punta de la nariz del bebé.
—Dado que Dios hizo esto, creo que nuestra hija será una gran persona que hará grandes cosas.
—Así es.
La bebé olfateó y la punta de su nariz subió y bajó. Comparado con el pequeño cuerpo de Bianca, la bebé era bastante fuerte. La partera no se equivocó cuando dijo que sus huesos eran magníficos.
Al ver a Zachary mirando al bebé con una expresión extraña y emocionante, Bianca impulsivamente le entregó el bebé a Zachary.
—Sostenla en tus brazos.
—¿Y-yo? ¿No llorará?
—Si llora, puedes consolarla.
Zachary, sin palabras ante la solución simple, aceptó al bebé. Como hasta ahora ha vivido una vida lejos de los niños, Zachary se sintió avergonzado y dudó durante mucho tiempo sobre cómo abrazar a la bebé.
La bebé, más pequeña que su antebrazo, olía dulce. Era diferente del olor a metal de Zachary y del seductor aroma de rosas de Bianca.
Zachary pudo sostener a la bebé de manera torpe pero plausible solo después de mucho tiempo bajo el entrenamiento de Bianca. Zachary miró a Bianca y sonrió, rodando los ojos. Era una sonrisa incómoda que no coincidía con el título de «Lobo del campo de batalla».
—Qué opinas. ¿Se parece un poco a su papá?
—Por supuesto.
Bianca también sonrió. Al ver a Zachary y a su hija, uno al lado del otro, no podía entender por qué le dolían tanto los ojos.
Zachary exclamó que solo Bianca podía cambiar el futuro, pero Bianca sabía mejor que nadie que todo esto hubiera sido imposible si Dios no le hubiera mostrado el futuro. Bianca oró a Dios para que hiciera arreglos para ver esta figura a salvo.
La Santa cumplió con su deber y se hizo la voluntad de Dios.
Al principio pensó que lo que Dios quería era venganza. Entonces ya sea la supervivencia de Zachary, o la muerte de Jacob… Ella siempre se centró en sobrevivir, resistir y superar. Pensó que era la voluntad de Dios evitar que las desgracias cayeran sobre ella.
Pero ahora podía estar segura. Lo que Dios quería no era evitar la desgracia, sino ganar el futuro por si misma.
Otro nombre para la voluntad de Dios no era otro que el de felicidad.
23. El capítulo final
Víctor II murió el siguiente invierno. Sucedió menos de un año después de que Su Alteza Real Odelli aprendiera lo necesario para heredar el trono.
Odelli ascendió rápidamente al trono y se convirtió en la reina indiscutible de Sevran.
Los nobles, a quienes no les gustaba Odelli, coincidieron en que ella no sabría cómo gobernar el reino. Agregaron que vaciaría el tesoro del reino realizando banquetes y celebraciones todo el tiempo.
Pero lo que hizo tan pronto como se convirtió en Reina, fue apuntar su espada a Aragón. Ella responsabilizó a Aragón exigiendo una compensación, impulsado por el pacto secreto con Jacob.
Fue Zachary quien ejerció de enviado en coordinación con Aragón. Cuando Zachary visitó Aragón como enviado, Aragón cerró los ojos con fuerza ante la sensación de desesperación que los invadió.
Como último recurso, insistieron en que no tenían intención de enemistarse con Santa Bianca. Sin embargo, el lado de Sevran presentó una carta como evidencia que indicaba que habían aceptado la invasión de Jacob al territorio de Arno.
Aragón finalmente se vio obligado a aceptar la oferta de Odelli. Así, concluyeron el final de la guerra, y la paz y el avivamiento llegó a Sevran.
Hasta entonces, los nobles pensaban que la sucesión de Odelli como reina no era más que la riqueza de un pescador ganado por la muerte de Jacob. Y que el rey que la amaba demasiado, había quedado senil luego de la muerte de sus hijos.
Pero cuando Aragón se arrodilló, ya no pudieron pensar con indolencia.
Odelli era decidida, de corazón frío y una gobernante racional.
Además, el duque de Arno estaba parado detrás suyo. Los nobles, que no tuvieron el coraje de resistir su dura política, inclinaron la cabeza y obedecieron sus órdenes.
Los años pasaron rápidamente.
Pronto pasaron quince años desde que Odelli llegó al poder.
Alexandra de Arno, la única hija de la familia Arno, que nació el año anterior a su ascenso al trono, también cumplió dieciséis años.
Dieciséis era la edad suficiente para casarse. Además, su padre es el heroico duque de Arno y su madre es Santa Bianca. Había muchas razones para casarse con Alexandra en esas condiciones. Una avalancha de cartas de cortejo llegaban continuamente a la familia Arno.
Pero Alexandra, que era la parte involucrada, no estaba interesada en absoluto. Alex, que corría rápidamente por los campos de la hacienda Arno con un ramo de flores en los brazos, no disminuyó la velocidad ni siquiera después de entrar en el castillo.
Entonces casi choca con el arzobispo Thomas, que acababa de salir de la iglesia, por un pelo.
Thomas exclamó sorprendido.
—¡Oh por Dios, creyente!
—¡Lo siento, arzobispo! Tengo que ir a ver a mi madre rápidamente. ¡Tengo prisa!
Alex miró hacia atrás y gritó, luego volvió a correr. Sus largas extremidades y piernas estaban llenas de vitalidad mientras avanzaba como un ciervo blanco, y su corto cabello plateado brillaba como fragmentos de vidrio esparcidos por el sol. El encanto juvenil y neutral cautivó a los espectadores.
Thomas miró la espalda de Alex y sonrió involuntariamente. Habían pasado dieciséis años desde que el Papa lo envió a la finca de Arno como arzobispo. Por mucho que haya estado observando a Alex desde su nacimiento, su desenfreno también era muy lindo.
Thomas recordó cómo él, un sacerdote novato que acababa de convertirse en obispo, llegó a la finca de Arno.
Mientras los cardenales peleaban una batalla invisible por la posición del arzobispo designado a Arno, Thomas fue recomendado por el Papa.
No pertenecía a la facción de nadie, era un simple obispo. Cuando el Papa trató de enviarlo a la finca Arno, elevándolo a la posición de arzobispo, la oposición de quienes lo rodeaban fue severa.
Thomas también rechazó la posición, diciendo que era una carga. Pero el Papa pidió repetidamente.
—¿No es por tu sentido del equilibrio que no te has unido a ninguna facción hasta ahora? Eso es lo que necesita la finca Arno. Que no está del lado de nadie. Una persona que no tome la mano de nadie. Alguien que solo escuche la voz de Dios.
Cuando el Papa dijo eso, Thomas no tuvo más remedio que aceptarlo.
Desde entonces, muchos cardenales trataron de atraerlo a su facción, pero Thomas perseveró. Fue solo después de más de una década que el contacto entre cardenales se hizo escaso, pero recientemente ha estado recibiendo otro tipo de chequeos*.
Se trataba de saber si Thomas tenía el deseo de convertirse en cardenal y Papa.
(N/T: la palabra utilizada es 견제를, se refiere más que nada a evitar que alguien actúe libremente o se vuelva más fuerte.)
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