—¿No es la voluntad de Dios que el duque Arno sobreviva? Tal vez una hazaña que el Duque de Arno tiene que lograr…
—Eso también tiene sentido, pero…
En ese momento, el Papa, que había estado escuchando en silencio lo que decían los cardenales, abrió la boca.
—Hermanos. La Santa es la duquesa. No el duque de Arno.
Los cardenales fueron entonces repentinamente iluminados por las palabras del Papa que señaló el punto.
Sí. Así es. Fue a Bianca, no a Zachary, a quien Dios le dio la voluntad de cambiar el futuro. Absortos por la fuerte presencia de Zachary, no pudieron pensar en otra forma.
El futuro que Dios desea. El futuro que quiere Bianca. ¿Es ese realmente un futuro donde Zachary no muere? ¿Será que Bianca se equivocó?
Puede haber sido que lo que Dios quería en primer lugar no tenía nada que ver con Zachary…
—Parece que a la Santa le queda trabajo por hacer.
El Papa levantó la cabeza y miró hacia el techo. El dios pintado en el techo de la sala de conferencias del cardenal los miró con una mirada misericordiosa.
Pronto el Papa volvió su mirada hacia los cardenales. Como si hubiera tomado una decisión, sus ojos brillaron con firmeza.
—Hablemos primero con la Santa acerca de la revelación. Debido a que fue un pequeño milagro, es posible que lo haya pasado por alto, pensando que no es gran cosa porque fue enterrado por la guerra.
Todos los cardenales asintieron al unísono porque era la elección correcta. En primer lugar, había pocas opciones para tomar un papel activo en asuntos relacionados con los Santos.
Pero la propuesta del Papa no terminó ahí. Hizo una sugerencia impactante con una cara contundente.
—Y enviamos personal de nivel arzobispal a la finca de Arno. De alguna manera, esto también se debió a que no tuve un contacto cercano con ella, por lo que necesito una persona de contacto que pueda comunicarse directamente con el Vaticano.
—¿Un arzobispo? Pero el arzobispo…
Las alegrías y las penas de los cardenales se cruzaron. Para los cardenales, la diócesis era una especie de juego de expansión de tierras. Todos luchaban por expandir su poder aunque sea un poco.
¿Pero de repente hay otro arzobispo?
Los cardenales con intereses creados no estarán contentos con el surgimiento de una nueva fuerza. Por otro lado, para los cardenales que no tienen intereses creados, esta puede ser una oportunidad. Además, al estar a cargo de la Santa, los beneficios no podrían compararse con los de otras arquidiócesis.
A pesar de que debe haber sido consciente de la situación, el Papa fue bastante natural. En medio de la confusión de los cardenales, respondió con calma, como si nada hubiera pasado.
—Ahora, el territorio de Arno es un ducado. Es condición suficiente para que se envíe un Arzobispo. Además, es el territorio donde reside la Santa.
—¿Qué pasa si el duque Arno se niega? Puede que no le guste la creciente influencia de la Iglesia en la finca.
—Como es un asunto relacionado con la Santa, el Duque de Arno no desdeñará nuestra oferta. Por nuestra parte, tenemos que hacer algunos ajustes teniendo en cuenta el rostro del duque.
Cuando el Papa dijo eso, los cardenales no tuvieron más remedio que asentir con la cabeza.
El Arzobispo, que de alguna manera se dirija a la finca de Arno, tenía que ser su propio poder. Los ojos de los cardenales brillaron.
La voluntad de Dios aún no se ha cumplido. Si es así, quedan muchas oportunidades para servir a la voluntad de Dios…
¿Cómo pueden recomendar a su propia persona? Todos los cardenales comenzaron a hacer planes. La cabeza llena de planes era demasiado astuta para tratarse de un sacerdote, pero no había mayor santo que una sonrisa amable.
El Papa se limitó a sonreír ante el entusiasmo de los cardenales.
* * *
Mientras Bianca dedicaba su tiempo libre a la educación prenatal, llegó una carta del Vaticano.
Ahora que lo piensa, Francis se convirtió en cardenal. Bianca, que pensó que era un saludo ordinario, tomó la carta.
Sin embargo, el sello que sellaba la carta era el sello del Papa. Sobresaltada, Bianca revisó el sello dos o tres veces, pero el sello del Papa todavía estaba allí.
Bianca abrió la carta con cuidado. El ceño de Bianca se arrugó levemente, concentrándose en el contenido de la carta.
Zachary se sentó junto a Bianca. Para ver la cara de Bianca una vez más, había venido en lugar de Vincent usando la carta como excusa. El estado de ánimo de Bianca era inquietante, por lo que Zachary preguntó.
—¿Qué dice?
—Se trata del nombramiento del Territorio Arno como Arzobispado. Enviarán un arzobispo. No hay cambio en el monto del tributo, y no hay interferencia en el territorio…
—Entonces será bienvenido con los brazos abiertos.
Zachary se encogió de hombros. Era una propuesta muy rentable para el territorio de Arno que haya un arzobispo y no aumente el tributo.
Pero la expresión de Bianca no se resolvió fácilmente. No fue solo eso. Sus ojos parecían estar perforando la carta, y la mano que sostenía la carta temblaba.
Zachary notó que la carta no era solo sobre el arzobispado. ¿Qué diablos dijo el Papa…? Zachary preguntó de nuevo, con cautela.
—Tú expresión no se ve bien, Bianca. ¿Hay algo que vaya en contra de tu corazón?
—Cuando se hace la voluntad de Dios… Ocurren milagros… Ya que estás vivo, pregunta si ha ocurrido algún milagro.
Bianca tartamudeó. Parecía muy sorprendida.
Después de todo, nunca había visto nada parecido a un milagro. Para decirlo sin rodeos, es un milagro que las personas a su alrededor no hayan resultado gravemente heridas en esta guerra…
Mató a Jacob y ganó la guerra, y Zachary sobrevivió. Pensé que todo estaba arreglado, pero cuando descubrió que no era así, sus ojos se oscurecieron.
Zachary también entendió la situación. Su rostro también estaba manchado de vergüenza.
—No hubo ningún milagro.
—Sí. No hubo ninguno. En realidad no sucedió nada…
—Entonces, ¿eso significa que la voluntad de Dios aún no se ha cumplido?
—¿Cómo?
El rostro de Bianca se contorsionó en lágrimas. Gracias a que había sido obligada a comer después de quedar embarazada, las mejillas que se habían sonrojado, se pudieron pálidas. Bianca entró en pánico, sin saber qué hacer.
—Si hay otra amenaza para tu vida…
Todo tipo de pensamientos perturbadores pasaron por la cabeza de Bianca. Trató de pensar solo positivamente debido a la educación prenatal, pero no fue fácil relajarse, lo mismo sucedió cuando de repente lo convocó el rey.
—¿Volverá a invadir Aragón? ¿O tal vez hay una guerra civil en curso?
—Bianca. Bianca. Cálmate.
Zachary se levantó apresuradamente y se acercó a Bianca. Bianca estaba tan aterrorizada que su rostro estaba blanco y su mandíbula temblaba.
Zachary agarró el hombro de Bianca y la sostuvo en sus brazos. Sus grandes manos acariciaron suavemente los hombros y la espalda de Bianca, tratando de calmarla.
—De ninguna manera. No te preocupes.
—Sin embargo…
—No daré ni un solo paso del territorio hasta que des a luz. Entonces no pasará nada. No te preocupes demasiado…
Todos los asuntos urgentes, incluida la ceremonia de nombramiento, se han tratado de manera aproximada, por lo que los demás detalles pueden ser manejados por los comandantes.
El problema es la invasión de la frontera, sin embargo…. Las secuelas de la guerra en curso también causaron grandes pérdidas en Aragón, y Jacob, que se había comunicado con ellos, también murió. Aragón no podrá volver a formar un ejército en un futuro próximo.
Incluso si sucedía algo grande en lo que tenía que participar, su determinación de no abandonar el territorio era el mismo.
¿Qué pasó después de dejar a Bianca sola la última vez? La finca fue invadida y Bianca, embarazada, se vio en una situación peligrosa…
Bianca no era la única que se sintió desconsolada por esta guerra. Zachary convenció a Bianca con voz firme.
—Olvídate del milagro de Dios o de tu deber como Santa por un tiempo hasta que des a luz. Si algo sale mal con el niño ahora, también estarás en un gran problema. No hay nada más terrible para mí que eso.
Es una esposa que de alguna manera recuperó en sus brazos nuevamente con mucho esfuerzo. Será un gran problema si su cuerpo se lastima. Zachary la consoló, aterrorizado de que algo le pudiera pasar a Bianca. Era un consuelo que era casi como una súplica.
—Pronto será la boda de Yvonne. Pensemos sólo en cosas auspiciosas y buenas. ¿sí?
—… si. Pero tienes que cumplir tu
promesa.
—Confía en mí. Yo, Zachary de Arno,soy un hombre que cumple lo que dice.
—¿Es así?
Bianca se rió y sonrió un poco ante la explosión urgente y presumida de Zachary.
Luego de hablar con Zachary, su ansiedad disminuyó y su cabeza se calmó.
Se preguntó si Dios no sólo quería que Zachary fuera salvado por Bianca, sino que además quería algo más. Aunque no puedo descifrar qué.
Mucho ya ha cambiado de la vida que soñó. Si sigue así, puede llegar el día en que alcance la voluntad de Dios. Simplemente no sabe cuándo será eso.
Pensó que sería mucho mejor pasar tranquilamente los días, que esperar ansiosamente ese momento con el corazón en la boca.
Bianca, que estaba mucho más relajada que antes, asintió lentamente.
—Está bien. Solo pensamos en cosas buenas.
Comment