El rostro de Jacob, que no había vacilado ni siquiera cuando se supo el asesinato de Gautier, se tiñó entonces de asombro. ¿Como diablos? Con el rostro tez pálido mientras murmuró inconscientemente.
En la carta que Zachary recibió de la princesa Odelli, había evidencia escrita de lo que había hecho Jacob. Tan pronto como la princesa Odelli recibió la carta de Bianca, asaltó la residencia de Jacob y el interior del palacio de Sevran.
Encontró al asesino que Jacob había plantado para asesinar al Príncipe Albert, tomó testimonio e incluso encontró cartas secretas sobre su asociación con Aragón. Gracias a los detalles de Bianca sobre el paradero de Jacob, le ayudó a reducir el alcance de su búsqueda.
Ella persuadió al rey con sus hallazgos como evidencia.
El rey también se sintió consternado por el caso de asesinato de un miembro de la familia por parte de Jacob.
Después de la muerte de Gautier, el rey debilitado no pudo levantarse de la cama en absoluto.
¿Pero no es el único hijo que queda? Al principio, trató de terminarlo con una cantidad moderada de exilio.
Pero la cooperación con Aragón era un asunto serio que no podía compararse con el asesinato de un familiar. El rey finalmente se vio obligado a tomar la decisión de privar a Jacob de su título real.
—… Por las siguientes razones, la agente de Victor de Sevran, Odelli de Sevran, admitirá la culpa del pecador y lo privará de su estatus real.
—¡Disparates! Es un documento falsificado…
Jacob gritó en voz alta. El contenido de la carta fue suficiente para llevarlo al infierno.
Una vez privado de su estatus real, Jacob era simplemente un noble, no, no tenía territorios ni títulos, por lo que no era más que un caballero ordinario. En ese caso, la invasión del territorio de Arno también puede ser tratada por la Ley de Nobleza.
Es costumbre negociar si hay un territorio y se puede proporcionar una fianza, pero dependiendo de las circunstancias, esto puede no ser necesario. Dado que Jacob no tenía bienes, su disposición estaba completamente en manos de Zachary y Bianca.
—El sello del rey está grabado. ¿En verdad estás faltando el respeto al honor del rey al dudar de él?
—¿Odelli es la agente del rey? ¿esa niña? ¡¿Qué hizo esa mujer? !
Jacob no podía creerlo. Entre otras cosas, era por que la carta fue escrita por su hermana Odelli, no por su padre, Victor de Sevran, rey de Sevran.
El rostro de Jacob se derrumbó por la frustración. Sólo por una mujer así, él….
Zachary miró fijamente a Jacob. Con ojos indiferentes, como si se tratara del zumbido de un insecto, ignoró descaradamente el argumento de Jacob como una resistencia inútil y sin sentido.
No importa cuán increíble fuera para Jacob, era un hecho irrevocable que Odelli fuera su agente. El rey lo permitió, y era legal debido a su linaje.
Además, todos los nobles de la facción del Segundo Príncipe que podían oponerse a Odelli participaron en esta guerra. Gracias a eso, Odelli pudo actuar como representante sin mucho alboroto.
El error de Jacob fue menospreciar a Odelli.
Mientras asignaba un asesino al joven Albert, ni siquiera vigiló a Odelli, por lo que dejó el castillo con comodidad. Lo que él pensó que era solo una mujer, una princesa inmadura que disfrutaba del lujo con el dinero del rey, volvió como una daga.
Justo cuando Jacob negaba la realidad, Bianca dio un paso adelante y dijo:
—No tiene derecho a decir eso, Príncipe. No, Jacob.
—Bianca.
El rostro de Jacob de repente se puso pálido. Como si su desesperación hubiera sido una mentira, puso los ojos en blanco y le sonrió a Bianca.
El cuerpo de Zachary, de pie detrás de Bianca, se puso rígido y la expresión de su rostro desapareció. Una incomodidad flagrante que no se puede comparar con la anterior. Los dedos de Zachary se torcieron como para esconder a Bianca detrás de él en cualquier momento.
Bianca criticó a Jacob con una expresión inexpresiva, sin importarle la guerra de nervios de los dos hombres.
—¿No eres un traidor que vendió su país y mató a su hermano?
—¿Por qué eres tan dura conmigo? Podría darte muchas cosas. ¡Más honor, lujo, poder que el que te da el Conde Arno! Incluso amor.
Ante el comentario de Jacob, los lugareños murmuraron. Incluso en una situación como esta, coquetea descaradamente con Bianca. Incluso en sus ojos, Jacob parecía haberse vuelto completamente loco.
Bianca hizo una mueca de disgusto. Sus ojos verde pálido brillaron con desprecio.
—Aún en esta situación sigues siendo arrogante. ¿Alguna vez dije que quería eso? ¿No es solo una propina* para satisfacer tu codicia?
—Eso no es. Yo…
—Cuando coqueteaste conmigo en los jardines del palacio de Lahoz.
Avergonzado por la palabra «hwadae*», Jacob trató de poner una excusa, pero Bianca no quiso escucharlo. Después de cortar las palabras de Jacob, Bianca continuó hablando con firmeza.
(N/T: 화대/ hwadae. Dinero que se da a cambio de tener una relación con una prostituta.)
—Hice una promesa en ese entonces.
—Bianca.
—Que te mataría en el momento que fuera posible.
—Confía en mí. Te amo.
A pesar de la hostilidad de Bianca, Jacob sólo repitió su amor como un muñeco roto. Los ojos azules de Jacob que miraban a Bianca brillaban como la superficie de un lago brillando a la luz del sol. Aunque sabían que era el invasor de su territorio, su mirada fue lo suficientemente dulce como para hacer que los corazones de algunos siervos se aceleraran por un momento.
—Tu amor es solo para ti. Es un amor que no necesito.
Pero Bianca, estaba simplemente cansada de eso. Que hombre mas horrible. La mente de Bianca ya era como una roca sólida.
—Adiós, Jacob.
—¡Bianca! ¡¡Bianca!!
Bianca dijo y se dio la vuelta. Jacob le gritó a Bianca una y otra vez, pero Bianca no se volvió. La espalda de Bianca estaba fría, como si no le quedara más que ira.
Zachary escoltó a Bianca por la plataforma. Mientras se retiraban, los soldados que esperaban detrás agarraron el cuello de Jacob y lo presionaron hacia abajo.
Jacob se resistió, sacudiéndose de un lado a otro, pero las cuerdas envolvieron su cuerpo y la fuerza de los soldados que lo presionaban lo hicieron incapaz de moverse.
Bianca, que se bajó de la plataforma, miró a los siervos y gritó con fuerza.
—¡En Arno, el tirano Jacob que invadió el territorio y amenazó a la Santa, será decapitado!
—¡Whoaaaaa!
Los gritos de los siervos resonaron por todo el castillo. Hubiera sido correcto que Zachary informara sobre la pena de Jacob, pero esta vez fue una excepción.
Aunque fue Zachary quien puso fin a la guerra, hubiera sido una victoria imposible si Bianca no hubiera resistido todo ese tiempo. En términos prácticos, era correcto que lo hiciera Bianca.
La gente del territorio también aceptó el hecho de que Bianca dio un paso al frente, en lugar de Zachary, sin ninguna resistencia. Para ellos, Bianca era ahora la señora en la que tenían que confiar y seguir.
En medio de los gritos, Gaspard salió con un hacha.
Originalmente, el verdugo habría agarrado el hacha, pero considerando que alguna vez fue un príncipe, Gaspard, un caballero, dio un paso adelante.
El brazo de Gaspard, que había sido herido en la guerra, aún no había sanado. No es tan fácil decapitar la cabeza de una persona. Robert preguntó con ansiedad.
—¿Debería tomar tu lugar?
—No.
Gaspard negó con la cabeza. Era algo que había deseado hace tiempo. La mano robusta de Gaspard sostuvo el hacha con firmeza.
Zachary rodeó el hombro de Bianca. Bianca, naturalmente, apoyó la cabeza en su antebrazo.
Presenciar una decapitación no es algo bueno. Además, Bianca está embarazada. Zachary expresó su preocupación ante alguna posible complicación.
—No mires.
—Tengo que ver.
Pero Bianca fue terca. Miró a Jacob con los ojos bien abiertos.
Los ojos de Jacob y Bianca se encontraron. Jacob no apartó los ojos de Bianca, incluso cuando se arrodilló y puso su cabeza sobre el banco de decapitación.
Bianca tampoco desvió la mirada. No había nada que Bianca pudiera hacer en el momento en que le rogó a Zachary por la muerte de Jacob. Pero ahora era diferente. Ya no era un pajarito bajo la custodia de Zachary en una jaula.
Dijo palabra por palabra, como si masticara un viejo rencor.
—Finalmente, sin ninguna duda. Creo que de esta forma podré sentirme aliviada.
El salvaje murmullo de Bianca estaba lleno de veneno. Zachary quiso disuadirla, pero volvió a cerrar la boca ante su severa mirada.
Una vez completado los preparativos, llegó el momento. Bianca levantó la mano. Como resultado, el hacha de Gaspard brilló alto en el cielo. La hoja afilada del hacha que brillaba a la luz del sol parecía excepcionalmente afilada.
Mientras tanto, Jacob abrió los ojos y no apartó la mirada de Bianca. Parecía estar tratando de capturar la apariencia de Bianca. Pero la imagen de Bianca en sus ojos era fría.
Jacob se sintió afligido. El mundo era tan injusto con él. Dios era demasiado malvado. Si no lo quería, no debería haber hecho que se destaque en primer lugar….
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