Zachary se dirigió directamente al territorio Arno. Fue una suerte que el ejército estuviera lo suficientemente listo para partir de inmediato.
Sus ojos negros mientras montaba a caballo, mirando solo al frente, cambiaron momento a momento entre ira, desesperación y un rayo de esperanza.
Por favor. Por favor, Bianca. Volveré pronto, así que espera un poco más.
Zachary oró fervientemente. Que Bianca no sea derrotada por su muerte. Que Bianca nunca se dé por vencida con él…
Por favor Dios. Si elegiste a Bianca como Santa, protégela un poco más.
Zachary estaba lo suficientemente desesperado como para clamar a un dios que nunca antes había buscado. Su sincero deseo continuó hasta que llegó a Arno.
* * *
Zachary continuó corriendo a caballo sin descanso. El paisaje que pasaba constantemente dejaba su cabeza en un desorden. Un rastro de vapor se escapa de entre los labios apretados de Zachary.
No solo Zachary estaba desesperado. Todas las tropas de Arno corrieron día y noche para llegar a su territorio lo antes posible.
Demoraba unas 3 semanas llegar a la finca. Sin embargo, por mucho que se apresuraron, lograron llegar al territorio en dos semanas.
Cuando llegaron a la finca Arno, afortunadamente, el castillo estaba a punto de caer.
La guerra estaba en pleno apogeo. Se habían movilizado catapultas y los muros estaban llenos de tropas enemigas que subían por escalera hasta el robusto castillo.
¡Innumerables soldados como hormigas corrían hacia Arno!
Cuando sus ojos se encontraron con la forma en que su castillo había sido destrozado, un fuego brilló en los ojos de Zachary. Las manos firmes que sostenían las riendas se apretaron. Quería agarrar los cuellos de los soldados que colgaban de la pared y tirarlos.
«Este no es un lugar para que ustedes invadan. ¡Este es mi territorio, donde está mi esposa, que debería sentirse más segura que en cualquier otro lugar de Sevran…!»
Por otro lado, su corazón se estremeció de gratitud hacia Bianca y los siervos que custodiaban el territorio con la puerta firmemente cerrada incluso en medio de tales dificultades.
Se preguntaba qué pasaría si hubieran abierto la puerta debido a la amenaza de su muerte… No sabía que aguantarían así. De lo más profundo de su pecho, algo se derramó.
El rostro de Zachary se distorsionó con emociones encontradas. Sus extraños ojos, mezclados con lágrimas y risas, ardían como un fuego aterrador que lo devoraría todo.
Su cuerpo se sentía tan dulce que quería saltar al campo de batalla de inmediato. La irritabilidad lo impulsó. Derribaría sus catapultas y apilaría sus cuerpos como una torre en lugar de las escaleras que colocaron sobre el muro. Regresaría majestuosamente y abriría sus brazos hacia Bianca, quien lo estaría esperando mientras se encuentra atrapada en el castillo.
Cuanto más caliente está el hierro, más afilado se vuelve. Zachary formó sus filas con calma y determinó el mejor momento para entrar en la guerra. Mínimo sacrificio, máximo daño.
Y no pasó mucho tiempo para que llegara ese momento.
Una vez que llegó el momento. Zachary gritó desde el frente del ejército.
—Caballeros de Arno. ¿Pueden ver la miserable imagen frente a ustedes? Mientras sacrificamos nuestras vidas para proteger la frontera, el segundo príncipe está devastando nuestra tierra natal. ¡¿Qué clase de cosa deshonrosa es esta?
—¡Aaaaaargh!
Tan pronto como Zachary gritó, las tropas levantaron sus lanzas a tiempo. Vestidos con una sobrevesta negra sobre la armadura y en perfecta armonía, la imagen era tan poco realista que se sentía como un ejército de mando arrastrándose desde el infierno.
Al escuchar la conmoción que venía desde atrás, Jacob comprendió la situación. Quedó hipnotizado por el oscuro ejército de Arno que corría hacia él.
Zachary bajó la cubierta del casco. Sus ojos negros ni siquiera parpadeaban, como si los hubiera clavado en el campo de batalla. Los labios de Zachary bajó el casco se elevaron extrañamente como un lobo que caza presas. Era su naturaleza salvaje que nunca había mostrado a Bianca.
—¡No podemos dejar que deambulen nuestra tierra por más tiempo! ¡Caballeros de Arno! ¡Castiguemos a esa manada malvada que invadió nuestra tierra!
—¡Whaaaaaa!
Zachary espoleó al caballo. Su caballo negro corrió a través del campamento enemigo de inmediato. Con Zachary a la cabeza, los soldados siguieron a Zachary con un fuerte grito.
El ejército de Jacob, sin saber qué hacer, se dispersó aquí y allá. Las herraduras de Arno destellaron de un lado a otro entre ellos, y las puntas de sus hojas relucientes atravesaron la línea de vida del enemigo.
El ejército de Zachary corrió salvajemente acabando con las fuerzas de Jacob, de esa forma demostró por qué lo apodaban «Lobo del campo de batalla».
Mientras que el ejército de Arno liderado por Zachary atacaba por la retaguardia e interrumpía la línea del frente en un caos, el frente del ejército de Jacob se concentraba en atacar el muro.
Jacob, sin notar lo que sucedía detrás de escena, cuando se dio cuenta tardíamente de la situación, entró en pánico. Pero ya era demasiado tarde. Jacob apretó los dientes y gritó ante el repentino ataque por la retaguardia.
—¡¿Qué está sucediendo…?!
—¡Es el lobo del campo de batalla, el Conde Arno!
Jacob se sorprendió por el grito del soldado. Jacob miró al Vizconde Huegh a su lado.
Tan pronto como cayó la palabra Conde Arno, su tez se puso blanca. Rápidamente se dio cuenta de la situación y trató de huir, pero Jacob extendió su mano primero.
La mano de Jacob sujetó su nuca, y sin poder huir, tuvo que enfrentarse a sus ojos azules. El vizconde Huegh se sintió aterrorizado por el brillo de locura en sus ojos.
El rostro de Jacob no fue arrastrado por ninguna emoción, a pesar de que debía haber estado en una situación en la que no podía soportar su ira. Más bien, parecía pacífico. Jacob dijo suavemente en un susurro.
—¿No dijiste que Zachary estaba muerto?
—¡De-definitivamente está muerto! ¡Murió! La sangre salía a borbotenes…
—¡¿Qué tipo de maldito hombre muerto es ese?!
Pero la paz pretenciosa de Jacob no duró mucho. Aturdido por la ridícula excusa del vizconde Huegh, gritó, señalando al hombre que volaba de un lado a otro a través de su ejército. Lo suficientemente exaltado como para que las venas de su cuello se abultaran, jadeó durante un momento.
Entonces, de repente borró su expresión y sonrió. El cambio de actitud fue rápido, como si moviera la palma de su mano. Un sudor frío corrió por la espalda del vizconde Huegh. Jacob dijo, en voz baja.
—No esperaba mucho de ti. Ni siquiera creía que Zachary estuviera realmente muerto. Sin embargo, al menos no deberías haber aparecido de una manera tan relajada, emitiendo la atmósfera que has estado siguiendo. ¿Eh?
—Realmente no lo entiendo… ¡Por favor, perdóneme Su Alteza!
El vizconde Huegh, que constantemente ponía excusas, solo más tarde se dio cuenta de que el deseo de Jacob no era su excusa. Cayó al suelo y le rogó a Jacob que lo perdonara. El vizconde Huegh oró para que sus manos se convirtieran en pies*, pero la mirada de Jacob no cambió.
(N/T: 손이 발이 되도록, disculparse muy sinceramente de manera desesperada)
—Eres estúpido y hasta mientes, realmente eres un inútil… Siento lástima por el anterior Vizconde Huegh, quien te entregó la familia.
El rostro del vizconde Huegh se puso rojo ante las palabras de Jacob.
Aun así, el padre del actual Vizconde Huegh, el antiguo Vizconde Huegh, sintió lástima por Zachary hasta poco antes de su muerte.
No sólo eso. Si no hubiera estado senil durante su enfermedad, habría pensado en pasarle el título a su segundo hijo, Zachary, no al primero.
Para hacer eso, tenía que lidiar con el actual vizconde Huegh, quien era el principal sucesor. El actual vizconde Huegh logró darse cuenta de ese hecho. Enojado, mató a su padre y heredó el título de vizconde para salvar su vida.
Por mucho que ese fuera el caso, la historia del anterior Vizconde Huegh era el punto débil del hermano de Zachary.
Pero, ¿podía enojarse con Jacob en este momento? El ambiente actual no lo permitía. El vizconde Huegh inclinó la cabeza y oró fervientemente. Solo pensar con qué tipo de mirada lo miraba Jacob, lo hizo temblar.
—Lo siento, Príncipe. ¡Definitivamente compensaré este error…!
—¿Lo compensarás?
—¡Sí! ¡Para ayudar al príncipe…! ¡Kugh, ugh…!
El vizconde Huegh se aferró desesperadamente a Jacob. Pero sus palabras no pudieron continuar. Fue porque la espada de Jacob se estrelló contra la parte posterior de su cabeza.
—Todo lo que puedes hacer para compensarlo es morir.
El vizconde Huegh, que fue perforado en la parte posterior de la cabeza, gimió como un lagarto clavado por un cuchillo sin siquiera poder levantar la cabeza y luego se dejó caer.
Jacob chasqueó la lengua y sacó su espada. Esparciendo la sangre que se había adherido a la espada en el aire, miró a su ejército, mientras eran empujados, con los ojos arrugados.
Mató al vizconde Huegh, pero sólo para desahogarse. Su cabeza se enredó sobre cómo lidiar con esta situación.
El ejército de Zachary ha corrido a caballo durante mucho tiempo, por lo que deben estar físicamente agotados. Están presionando abrumadoramente en este momento, pero si resisten un poco, también se quedarán sin energía…
Pero también estaban cansados. De hecho, estaba en medio de una ofensiva total para capturar a Bianca, que no se rendía.
Cuanto más alta sea la torre, mayor será el impacto cuando se derrumbe.
Y pronto, se derrumbaron impotentes.
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