Después de que Bianca se desmayó, Vincent lo envió de regreso, luchando con su deseo de estrangular al mensajero. Fue porque Jacob estaba actuando como un perro en celo coqueteando con Bianca, por lo que tampoco tenían que olvidar su honor.
Después de casi patear el trasero del mensajero, Vincent, Gaspard y Johaseng tuvieron una reunión. Decidieron por unanimidad ocultar la muerte de Zachary a los soldados y los lugareños. Y tratar con las personas que estaban en el pasillo en el momento en que Bianca se encontró con el mensajero.
Pero el obituario de Zachary no era algo que pudiera ser reprimido en esa medida. Este enorme rumor corrió por boca de la gente.
La atmósfera del territorio de tambaleó como una ola. ¿Es verdad la muerte del Señor? ¿O es un rumor falsamente distorsionado? Solo la muerte de Zachary hizo que la moral de la finca se hundiera hasta el fondo.
Además, la ausencia de Bianca, la máxima responsable de la toma de decisiones y representante permanente del territorio, durante algún tiempo del campo de batalla también inquietó a la gente.
Thomas, un joven soldado que custodiaba el muro, le preguntó a Jack, un soldado mayor que lo custodiaba.
—¿Está realmente muerto el Conde?
—Eso…
—La señora es una Santa. Con la protección de una Santa, ¿cómo puede el Conde…?
Jack se mantuvo en silencio, pero a Thomas no le importó y dijo lo que tenía que decir. Refunfuñó que no entendía, pero tras un momento de contemplación, dijo.
—Tal vez, la señora no es una Santa…
—Cosas así no son fáciles de hablar, Thomas.
—La señora también ha estado ausente… Jack, ¿no es frustrante esta situación?
¿Cómo Jack no podía sentirse frustrado? Aunque regañó a Thomas, el rostro de Jack también parecía complicado. Dejó escapar un profundo suspiro.
A pesar de las advertencias de Jack, Thomas confió sus sentimientos incómodos uno tras otro.
—¿La señora renunció a la guerra? Si escuchó que le sucedió eso al Conde, puede sentir que no está en una situación que pueda soportar.
—Entonces, ¿estás insinuando que piensa volver a casarse con el príncipe o algún sinvergüenza?
—No quise… No, sinceramente, podría ser. Incluso si luchamos por nuestras vidas de todos modos…
Thomas soltó sus palabras. Sus ojos marrones temblaban con inquietud. Fingió estar tranquilo y siguió hablando, pero no pudo ocultar sus sentimientos por completo. Sus labios temblaban.
Thomas era un hombre demasiado joven para morir. Jack, que tenía cuarenta años, podía entender los miedos de Thomas.
Si Zachary moría, tanto si la guerra continuaba como si no, esta propiedad ya no sería de Arno.
Si se gana la guerra, la tierra de Arno pasará al heredero legítimo. Zachary era un noble que recibió títulos y territorios directamente del rey y no tenía herederos ni parientes para heredar la tierra. Como era un Huegh antes de convertirse en Arno, había una gran posibilidad de que el Vizconde Huegh heredara esta tierra.
Incluso si pierden la guerra, serán responsables de la derrota y pagarán un alto impuesto al nuevo señor.
Incluso si Bianca es una Santa, no podrá suceder a Arno y deberá regresar a la casa de sus padres. O volver a casarse como Jacob deseaba. De cualquier manera, había un límite en cuanto a cuánto podía preocuparse por la gente de Arno.
De cualquier manera, sus dueños cambiarían. Entonces no había razón para arriesgar su vida por Arno. Aunque eran pensamientos fríos o egoístas, ¿quién no podría ser egoísta a costa de su vida y la vida de su familia?
Lucharon para proteger su lugar de vida, pero era natural estar molestos al pensar que todo esto sería en vano.
Un soldado llamado Sam, que es dos años menor que Thomas, escuchó en silencio su conversación y luego dijo.
—¿No se sintió la señora conmocionada por la noticia de la muerte del Conde y perdió el conocimiento después de caer? No era saludable en primer lugar. Ya debe haber sido demasiado esfuerzo ir y venir entre muros y pueblos durante la guerra…
Las expresiones de Thomas y Jack se endurecieron. Era una historia posible. Mientras soportaban la guerra junto a ella, comenzaron a sentir mucho cariño sin saberlo. Sintieron pena por la joven esposa de Arno y soltaron un gemido lastimero.
—A este punto, si piensan de esa forma…
—¡Hey! No digas estupideces.
Jack se apresuró a cerrar la boca de Sam. Las palabras se convierten en semillas, y en la guerra había que evitar incluso las conjeturas desafortunadas.
No fueron solo Jack, Sam y Thomas los que se vieron sacudidos por las preocupaciones sobre el presente y la ansiedad por el futuro.
A medida que la atmósfera del Castillo de Arno se volvió caótica, se formaron muchos espacios vacíos en el muro. Las debilidades que se revelan descaradamente no pueden no ser vistas por el enemigo. Jacob atacó los puntos débiles con alegría y emoción, y Gaspard y Johaseng lucharon para detenerlo.
Un día, un paso más cerca de la derrota, apareció Bianca.
Bianca vestía una gruesa piel que la hacía lucir más delgada. Parecía que el viento invernal la arrastraría si no usaba pieles.
Normalmente no se veía saludable, pero su tez tambaleante era inusualmente clara. Los soldados gimieron de dolor al ver su apariencia, que parecía confirmar exactamente lo que suponían.
Bianca se apoyó en Yvonne a su lado y dio un paso adelante. Yvonne entró en pánico, prestando atención a todos y cada uno de los movimientos que hacía Bianca.
Aunque se veía muy enferma, había una determinación y dignidad desconocidas en su rostro. Lucía lo suficientemente resistente como para no dar un solo paso atrás. Sus ojos, combinados con su orgullo y terquedad como noble, parecían inquebrantables.
Bianca, que escaló el muro, gritó a los residentes.
—¡Soldados y habitantes de Arno!
Que enferma estaba, su voz parecía como si estuviera arañando la pared.
La voz de Bianca no era muy alta. Pero tan pronto como Bianca abrió la boca, la conmoción se detuvo de inmediato. Todos los ojos estaban puestos en ella.
Las pupilas debajo de los párpados hundidos de Bianca se enfocaron. Bianca abrió la boca con calma.
—Sé lo ansiosos que están. Como señor interino, puedo asegurarles que la propiedad de Arno no se rendirá.
El lugar se volvió ruidoso. No contentos con la continuación de la guerra, se miraron y murmuraron. La mirada sobre Bianca no fue tan positiva.
Pero Bianca no entró en pánico. Esto era lo que esperaba.
Después de que Bianca se dio cuenta de que estaba embarazada, analizó racionalmente la situación del territorio y ella.
Fue Jacob quien informó de la muerte de Zachary.
No podía confiar en sus palabras. Además, no había pruebas de que Zachary estuviera muerto.
Por supuesto, no había forma de que Jacob hubiera dicho tal mentira sin contramedidas. Pero para confirmar la muerte de Zachary, tienen que enviar a alguien a la frontera y, mientras tanto, no solo confunde a la gente del territorio Arno y las desmoraliza, sino que también espera que Bianca se deje llevar por él y se rinda.
En otras palabras, tenían que esperar hasta obtener una respuesta y confirmar su muerte. Aún así, ya enviaron un mensajero a la frontera. Fue para informar la invasión al Territorio Arno, así que si aguanta un poco más, llegará una respuesta.
Todavía no podía creer la muerte de Zachary. Incluso si era una esperanza vana, no se dio por vencida aunque sabía que su corazón podría doler más en el futuro.
—Por alguna razón, el valiente ejército de Arno está demorando un tiempo en regresar de la frontera, pero tenemos a los Paladines y a mi familia natal, Blanchefort. Si nos apoyan, existe la posibilidad de ganar esta guerra. ¡Pará mi vergüenza, se los ruego, resistan un poco más por Arno!
Bianca exclamó como si exprimiera las últimas fuerzas que le quedaban. Gritó con todas sus fuerzas y su delgado cuerpo tembló.
Bianca tuvo que persuadir a los residentes para que continuaran la guerra. Al menos, hasta que llegue el mensajero con la noticia. Sabiendo que no sería fácil, sacó todas las cartas que pudo.
Gustave actualmente está protegiendo al Príncipe Heredero Albert, pero en este momento tiene que tomar prestada esa carta. Estaba así de desesperada.
Si pierde, caerá en manos de Jacob. Si fuera ella sola, lo haría voluntariamente, pero tiene un hijo de Zachary. ¿Jacob dejaría ir al hijo de Zachary? Estaba claro que haría que abortara. Eso tenía que ser detenido.
Todos notaron que Bianca deliberadamente no mencionó la muerte de Zachary. Uno de los que vaciló, gritó valientemente.
—¿Cómo… cómo surgió el rumor de que el Conde está muerto, señora?
—No estoy segura.
Bianca negó con la cabeza lentamente. El murmullo de los soldados y los residentes locales se hizo más fuerte por el hecho de que el rumor no era una completa mentira.
Bianca no lo confirmó, pero los lugareños se dieron cuenta de que los rumores sobre la muerte de Zachary eran ciertos. Incluso aquellos que habían esperado por un momento comenzaron a considerar la posibilidad de la muerte de Zachary y todos entraron en pánico.
La conmoción se hizo más fuerte como un motín. Yvonne miró a Bianca con ansiedad. Cuando Bianca se dispuso a revelar la verdad a los siervos, el rostro de Vincent, que mostró una oposición mezclada con preocupación, también se endureció.
Cada uno de los rostros distorsionados de los siervos quedó grabado en los ojos de Bianca. Bianca no se estremeció ni siquiera con los gritos de la multitud confundida.
Con la columna recta y la barbilla levantada, dijo resueltamente, mirando a la gente como una roca erguida frente a un tifón furioso.
—Todavía no he visto el cuerpo del Conde Arno con mis propios ojos. ¡Si no traes su cuello, no acepto su muerte! ¡Esa es mi decisión como esposa del conde y representante del señor!
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