20. Mariposa en una botella de vidrio
Después de la participación de los Paladines en la guerra, las tropas de Arno lograron una sucesión de victorias una tras otra. Aragón cayó como una hoja en otoño.
Incluso con la participación de los Paladines en la guerra, los nobles de Sevran, que habían estado retrasando el envío de refuerzos hasta ahora, comenzaron a enviar refuerzos uno por uno. También hubo un ejemplo en el que un noble en persona dirigió el ejército.
Aragón continuó trayendo refuerzos, pero la brecha de poder entre Aragón y Sevran se había revertido hacía mucho tiempo.
La victoria o la derrota estaban claras, y solo el ejército y los suministros de Aragón se estaban perdiendo. Aunque no tenía sentido continuar la guerra, Aragón no retrocedió. Así que la guerra continuó lentamente.
Sauveur negó con la cabeza y murmuró.
—Quiero decir, eso es raro. ¿Por qué continúan sin mostrar signos de retirada?
—Tiene que haber algo más. No tiene sentido perder tanto si solo apuntan a una porción del territorio de Sevran.
—………
Zachary, que había estado de acuerdo con las palabras de Robert y Sauveur, frunció el ceño.
La razón por la que Aragón continúa invadiendo Sevran es porque está celoso de la tierra fértil y la cultura próspera de Sevran. No tenían otra causa, como venganza o represalia política. Así que no había razón para prolongar esta guerra con pérdidas.
Marceau, el conde de Davoville, que había estado escuchando la reunión en silencio y contemplando junto a él, dijo un momento después.
—Hay una cosa a la que se están aferrando a pesar de la pérdida, ¿no es así? O hay algún motivo que no sabemos para atarnos aquí.
—Por eso están tratando de atarnos aquí incluso a pesar de todas las pérdidas… ¿Quieres decir que podrían estar tratando de atacar en otro lugar?
—En lugar de atacar en otro lugar…. Es como si estuvieran tratando de mantener nuestros ojos en este lado…
Marceau se frotó la barbilla. Sus ojos estrechos y entrecerrados desdibujaron su enfoque como si estuviera mirando a un lugar distante.
Incluso el Conde Davoville no podría haber adivinado que Aragón se había unido a Jacob y solo estaba ganando tiempo para ayudarlo.
Lo que pretendían era tomar a la Santa.
La única persona que sabía la verdad era Bianca, la persona a la que se apuntaba. Antes de revelar que era una Santa, no tuvo tiempo de contarle a Zachary sobre la relación de Aragón con Jacob, porque temía que pudiera sospechar de su relación con Jacob porque no había pruebas.
Si Zachary hubiera sabido acerca de la colaboración de Jacob con Aragón, habría notado el momento en que Aragón estaba tratando de ganar tiempo y los habría eliminado de inmediato.
Pero ahora no sabía nada. Sin el conocimiento de la invasión de Jacob a su territorio, reflexionó sobre cuál era el plan de Aragón para continuar con la guerra y cómo expulsar completamente a Aragón de Sevran y regresar a Arno para abrazar a Bianca.
Entonces un centurión abrió el cuartel e informó.
—… Conde Arno. Han llegado refuerzos.
—¿Refuerzos, otra vez? Cuando pedí enviar algunos soldados, nadie asomó su nariz.
—Ahora tenemos que preocuparnos por los suministros.
Sauveur y Robert mostraron su descontento. El hecho de que hubiera muchos refuerzos, no era algo necesariamente bueno.
Solo llenaban el número de cabezas, pero no querían correr riesgos y trataban de compartir el balón, de modo que no sabían si era un enemigo o un aliado. Francamente, si los refuerzos se hubieran coordinado correctamente, habría sometido por completo a Aragón antes.
Zachary tampoco estaba satisfecho con los refuerzos. Zachary suspiró pesadamente.
—¿Quién es?
—Es…
El centurión vaciló y miró a Zachary. Pero era imposible no informar. El centurión informó con cautela.
—Es el Vizconde Huegh.
—¿Qué…?
Zachary frunció el ceño ante la absurda historia. Todos en el cuartel tenían sus rostros distorsionados.
Era famoso que Zachary y el Vizconde Huegh eran medios hermanos que no se llevaban muy bien.
¿Pero dirigió los refuerzos y llegó a Zachary?
Debe tener algún plan.
La cara del centurión que lo informó tampoco era muy buena.
—Dijo que debía decir algo sobre la Santa… ¿Qué debo hacer?
—¡Oh, mi pequeño hermano!
Antes de que Zachary pudiera dar una respuesta, el cuartel se abrió de par en par y entró el vizconde Huegh. Su voz era ligeramente elevada y su actitud exageradamente acogedora hacia Zachary.
El ambiente dentro del cuartel se oscureció.
Todos respiraron hondo y miraron a Zachary. El vizconde Huegh era ignorante o fingía deliberadamente no saber.
—Escuché que estabas pasando por un momento difícil, así que este hermano mayor vino a ti con un ejército. No nos llevamos muy bien, pero ¿cómo son los hermanos? Deben ayudarse cuando están pasando por un momento difícil, ¿no es así?
No era algo que debería decir la persona que echó fríamente a Zachary del territorio Huegh. Para ser más precisos, todos los tiempos difíciles de Zachary se debieron al vizconde Huegh.
Por eso, fue a la guerra a la temprana edad de 16 años.
Zachary mostró sarcásticamente su hostilidad sin ocultarlo.
—No recuerdo haber recibido ayuda.
—¿No es suficiente con ayudar de ahora en adelante?
A pesar de la frialdad de Zachary, la sonrisa del vizconde Huegh no vaciló. Incluso si tuviera que renunciar a su orgullo, sentía una fuerte voluntad de permanecer aquí de alguna manera.
—No sé si realmente quieres ayudar. ¿No es la especialidad de mi hermano espolvorear ají rojo sobre los platos cocinados*? Especialmente en mi plato.
(N/T: es un modismo. El ají rojo tiene un fuerte sabor y es picante, así que si espolvoreas ají rojo en polvo en un plato que no lleva ají rojo, el sabor y el olor picante arruinarán la comida.)
—¡De ninguna manera! Es tu ilusión. Papá siempre quiso que tú y yo estuviéramos bien… Solo estoy siguiendo su voluntad.
El Vizconde Huegh se arrastró excesivamente para complacer a Zachary. Si fuera él, habría levantado la voz y escupido malas palabras de inmediato. Como antes de Bianca.
El vizconde Huegh no soportaba que lo compararan con su apuesto medio hermano. Porque su incompetencia era más visible. Entonces, cuando estaba en Sevran, ni siquiera se acercaba a Zachary si había un lugar al que la gente le prestaba atención.
Pero ahora, a pesar de que hay mucha gente en el cuartel, trató de mostrar un lado armonioso hacia Zachary más de lo necesario.
Debe haber algún tipo de complot. La mirada de Zachary, mirando al vizconde Huegh, no vaciló. Trató de examinar las sucias y verdaderas intenciones que se escondían bajo su rostro pretencioso, pero el vizconde Huegh solo sonrió suavemente.
—Eres un héroe, pero no dejes ir tu voluntad de recibir ayuda.
—Me pregunto si realmente estás dispuesto a ayudarme.
Cuando Zachary no lo aceptó, la sonrisa del vizconde Huegh, como si llevara una máscara, finalmente se rompió. Las comisuras de sus labios temblaron de ira.
No sería extraño que comenzara a gritar pronto, pero para su sorpresa, el vizconde Huegh reprimió su ira.
Poniéndose de nuevo la máscara de una sonrisa, sacó algo de sus brazos. Puso lo que había sacado sobre la mesa y murmuró como si nada hubiera pasado.
—Ahora que lo pienso, encontré esto de camino aquí. Estaba en algún lugar del bosque de Calya…
—¡Esto…!
Los ojos de Zachary se abrieron y respiró hondo. Gritos de asombro llegaron de todas partes. Todos allí sabían lo que era. Era un pañuelo de encaje de Bianca.
* * *
Después de que Jacob tuvo una reunión con los nobles, convocó en secreto al vizconde Huegh. Esto se debió a que, cuando surgió la historia del linaje de Zachary, el vizconde Huegh se sintió naturalmente insultado.
Jacob le dio a Huegh una copa de vino y se disculpó.
—Lamento que haya tenido que oír eso hoy, vizconde Huegh.
—Bueno. No es algo por lo que el Príncipe merezca disculparse.
Ante la disculpa de Jacob, la tristeza de no ponerse de su lado en la reunión secreta se desvaneció en algún momento.
Pero probablemente no lo estaba llamando solo para decir eso. El vizconde Huegh, a quien le habían entregado el vino, permaneció de pie sosteniendo torpemente la copa, mirando a Jacob.
Jacob estaba relajado. Llenó su copa de vino y la agitó suavemente. La superficie del vino se sacudió como un vaivén. Como un mar tempestuoso.
—Me entristece que algunas personas a veces reaccionen bruscamente ante el hecho de que comparte sangre con el Conde Arno. El salvajismo del conde Arno está arruinando su reputación.
Al vizconde Huegh le ardió el estómago ante las palabras de Jacob. Fue porque recordó las cosas que había perdido por culpa de Zachary…
Siempre había sido comparado con Zachary. Desde muy joven, su padre lo odiaba y le gustaba Zachary.
Cuando su padre murió, ni siquiera quería ver la cara de Zachary, por lo que lo expulsó al campo de batalla con el deseo de que muriera. Sin embargo, ahora todos en Sevran lo comparaban con Zachary…
Cuando el rostro del vizconde Huegh se endureció, Jacob sonrió y susurró con una voz dulce y compasiva.
—Es por eso que voy a sugerir algo para que pueda ser reconocido.
—¿Q-qué cosa?
Preguntó el vizconde Huegh con voz temblorosa. Su orgullo era tan alto que odiaba que lo compararan con Zachary, pero le faltaba confianza en su habilidad. ¿Hay algo que pueda hacer realmente? Rodó sus ojos ansiosos.
Las pestañas doradas de Jacob parpadearon lentamente sobre sus ojos azules un par de veces.
Con una voz lánguida y confusa que recordaba al vino, dijo como si nada.
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