Tan pronto como regresó a la finca de Arno, no tuvo mucho tiempo para hablar con Bianca porque tuvo que partir temprano a la mañana siguiente, y el resto del tiempo lo dedicó a sus relaciones matrimoniales.
Por lo tanto, Zachary no sabía el significado de la existencia de una Santa y por qué la iglesia apoyaba a la Santa con todo su corazón.
Como no sabía cuál sería la elección de la Iglesia frente a una Santa, Zachary decidió no juzgar ni esperar demasiado. La guerra sigue siendo un lugar lleno de incertidumbres. Como tal, todas las cosas que consideraría en la guerra tenían que ser certezas.
Zachary, que estaba preocupado por sus pensamientos dentro del cuartel, dejó escapar un profundo suspiro. A pesar de que las circunstancias a su alrededor eran complicadas, lo que tenía que hacer estaba decidido.
Ganar y volver al territorio con la victoria. Y abrazar a Bianca y besar cada rincón de su cuerpo….
Solo en honor a ese día, Zachary se convenció severamente. Confesó su corazón después de mil dificultades, por lo que no podría gustarle la situación actual, donde fue empujada al campo de batalla tan pronto como lo hizo.
La vela que iluminaba el interior del cuartel parpadeó, proyectando su sombra sobre la tienda. Junto con él, una sombra cayó sobre su rostro.
En ese momento, la tela que cubría la entrada al cuartel se abrió. La persona que entró groseramente sin pedirle permiso a Zachary fue Robert.
Habría esperado que fuera Sauveur, pero no Robert, que solía ser educado.
Robert, que entró en el cuartel, gritó con una clara mirada de emoción.
—Conde. ¡Llegaron refuerzos de Sevran!
—¿Refuerzos…?
Zachary, que no esperaba que llegaran los refuerzos, saltó de su asiento. ¿Quién diablos vendría en esta situación? Más bien, tenía más sentido que Jacob hubiera plantado espías. Ordenando una daga sobre la espalda de Zachary en un momento importante…
Zachary entró en pánico y cuestionó a Robert, quien no podía hablar con facilidad.
—¿Quién diablos es?
—Es…
—Vine aquí porque solicitaron refuerzos.
Antes de que Robert pudiera responder, la tienda se abrió de nuevo. Los ojos de Zachary se abrieron ante la voz desconocida pero familiar.
Allí de pie se encontraba un oponente inesperado que Zachary nunca había tenido en mente. La otra parte, como siempre, dijo con una brillante y relajada sonrisa.
—Incluso si eres un tigre, quieres tomar prestada la mano de un conejo cuando estás acorralado. Vine aquí para ver si podía ser de alguna ayuda. No sé si ayudará al prestigio del héroe, pero…
—Conde de Davoville.
Los ojos curvos eran bastante políticos. Ni una sola palabra que exaltara a Zachary fue pronunciada en vano.
De hecho, Zachary y Davoville no eran muy cercanos. Como miembros de la misma facción del Primer Príncipe, conocían la existencia del otro, pero eso era todo.
Para ser honesto, el conde de Davoville que conocía Zachary era un hombre impulsado por las ganancias en lugar de la lealtad. Dado que el 1er Príncipe murió, pensó que permanecería desesperadamente neutral incluso si no caía en la facción del 2do Príncipe.
Pero vino a apoyar a Zachary. Esto significaba que no tenía absolutamente ninguna intención de tomar partido por la facción del Segundo Príncipe.
Por supuesto, el Conde Davoville podría haber caído bajo la instigación de Jacob, pero probablemente no sea el caso. El Conde Davoville era un oponente difícil y nunca se sabía lo que pensaba, pero no era lo suficientemente ligero como para salir por sí mismo a golpear la parte posterior de la cabeza de su oponente.
Aunque el Conde de Davoville era un yerno residente, era un hombre de dignidad y honor conocidos.
Quizás vio alguna posibilidad en el lado del Príncipe Albert.
Zachary dejó a un lado sus complicados pensamientos por un momento y le dio la bienvenida al Conde Davoville, que había recorrido todo el camino por él.
—Estoy tan contento de que haya venido.
—Me siento honrado de recibir la hospitalidad del héroe.
El Conde Davoville, Marceau, también sonrió. La suave sonrisa de serpiente permanecía en su rostro como era habitual.
Como había adivinado Zachary, Marceau no vino aquí para actuar como espía de Jacob. Ni tampoco por lealtad al difunto Príncipe Gautier.
Marceau vino a apoyar a Zachary debido a las muchas relaciones entrelazadas y beneficiosas. Entre ellos, el hecho de que Bianca fuera la única amiga de su amada esposa, Catherine, no dejaba de influir.
Por supuesto, si ese hubiera sido el caso, habría cumplido con su deber y su causa enviando refuerzos apropiados en lugar de conducir directamente al ejército.
La razón por la que Marceau se atrevió a unirse a los refuerzos de Zachary asistiendo en persona fue porque recientemente conoció la identidad de la Santa que sacudió la capital.
¡Cuán sorprendido estaba cuando descubrió por primera vez que la identidad de la santa era Bianca!
No fue fácil conectarla con una Santa, incluso si dejó de lado sus pensamientos por la mujer llamada Bianca.
Si Marceau, quien descubrió su identidad, reaccionó así, era natural que nadie hubiera pensado que Bianca era una Santa.
La existencia de una Santa que ni el rey conoce. No fue casualidad que Marceau descubriera que Bianca era una Santa.
Dicho esto, no fue a través de una verificación de antecedentes de la Santa, y menos aún, una verificación de antecedentes de Bianca. No se hizo una verificación de antecedentes en primer lugar.
Sin embargo, Marceau tenía algunas conexiones del lado de la iglesia en una posición bastante alta.
Marceau era el hijo ilegítimo de un cardenal.
Ser hijo ilegítimo era un hecho perfecto para ser criticado, sobre todo si el padre era un cardenal. Así que la gente a su alrededor permaneció en silencio sobre su nacimiento, y Marceau tampoco contento con ello, habló del tema.
Aún así, el transfondo del cardenal era bastante rico. El cardenal, que consideraba a Marceau como su sucesor, hizo que Marceau aprendiera todas las habilidades aristocráticas. Una actitud digna, que no carezca de cultura, buena educación… de niño, Marceau era nada menos que el hijo de un noble.
Francamente, si Marceau no fuera inteligente y ágil, tal vez no hubiera habido tal apoyo. Escuchó que en realidad tenía otros hijos además de Marceau, pero era cuestionable si tenían el mismo apoyo que él.
Despreciaba a tal cardenal, pero como estaba en una situación en la que necesitaba el apoyo del cardenal, se cubrió la cara con pretensiones. Como hijo ilegítimo, sabía que lo mejor para él era seguir el camino trazado por el cardenal.
Sin embargo, creció escuchando que era un niño a quien no se podía entender el interior o que era como una serpiente venenosa por su actitud crítica y pesimista.
Un día, mientras se preparaba para convertirse en sacerdote, conoció a Catherine, la joven condesa de Davoville, que acudió a la iglesia para la misa.
Frente a Catherine, recibió una revelación como si el sol brillara e iluminara el futuro de su vida. Todo el proceso por el que nació y se formó como sacerdote pareció ser solo para conocerla.
¿Fue este realmente el arreglo de Dios? Por primera vez ese día, Marceau sintió que su corazón rebosaba de fidelidad.
Sin embargo, Catherine era la hija de un Conde y Marceau era el hijo ilegítimo del cardenal. Como era habitual, era un oponente sin nada que dar. Si Catherine no quisiera un yerno residente….
Afortunadamente, el Conde Daboville estaba pensando en adoptar un yerno con pedigrí que fuera inteligente y tuviera un estatus decente como su yerno, pero estaba teniendo dificultades para encontrar uno. Aunque Marceau era un hijo ilegítimo, el estatus de su padre reemplazó su linaje.
Aun así, no era un matrimonio que llamara la atención del Conde Davoville. Este dulce matrimonio no habría sido posible si Catherine no se sonrojara y le confesara tímidamente al Conde Davoville que le gustaba Marceau.
El lado del cardenal trató de solidificar su influencia en la Iglesia estableciéndolo como su sucesor, por lo que no le gustó su matrimonio. Sin embargo, el Conde Davoville era de una familia bastante prestigiosa en Sevran, y ser yerno residente no era un negocio perdido para el cardenal.
Y ahora, vió la virtud en eso.
El impulso reciente del arzobispo Francis no era broma. Era solo cuestión de tiempo antes de que se convirtiera en cardenal, ya que reveló que una Santa había aparecido en Sevran e incluso consagró a la Santa, y en cierto modo, hubieron voces que decían que incluso podría convertirse en Papa.
El cardenal no podía simplemente ver cómo eso sucedía.
Quería tener incluso un poco de control sobre la Santa, y para hacerlo, inmediatamente se puso en contacto con su hijo, Marceau. La identidad de la Santa era Bianca, y la esencia era que debía hacer cualquier cosa que pudiera hacer para ayudarla y crear un puente.
Si Bianca tiene una deuda con Marceau o se acerca a su esposo, puede evitar que Francis se convierta en Papa, incluso si se convierte en cardenal.
El Cardenal confió y encomendó a Marceau, pero Marceau, a quien no le gustaba mucho, sólo pudo reír.
Pero era importante mantener una conexión con la Santa. No como el hijo ilegítimo del Cardenal, sino como el Conde de Davoville.
La familia del Conde estaba endeudada. Era una oportunidad para escapar del cardenal y, sobre todo, era la familia de su bella esposa. Marceau tenía el deber y la responsabilidad de hacer rica a la familia Davoville.
Esa fue la razón por la que Marceau se unió a la guerra para ayudar a Zachary.
Zachary y Marceau se tomaron de las manos con fuerza. Era una alianza entre dos hombres, que darían sus cabezas si se trataba de sus esposas.
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