Su rostro parecía lleno de confianza. Los ojos verde pálido brillaban provocativamente como si fuera a ir a la guerra.
—Serán capaces de lidiar con Aragón incluso si no vas, ¿no?
—No importa cuántos santos aparezcan en Sevran, los Paladines no se moverán debido a eso. Es solo que el santo es de Sevran, pero no está claro cuáles son sus intenciones. La participación de los Paladines en la guerra no está clara.
Zachary sonrió levemente mientras miraba la figura digna de Bianca. Por lo general, se mostraba más madura e inteligente que él, al punto que no podía creer que solo tenía 17 años, pero a veces incluso sacaba a relucir historias absurdas como esta.
Los Paladines fue una idea muy extraña. Zachary pensó que Bianca estaría decepcionada, avergonzada y enojada por su refutación.
Pero Bianca estaba quieta, sin una sonrisa en su rostro. Como si la refutación de Zachary no tuviera sentido. En voz baja dijo.
—Puedo moverlos.
—¿Qué?
—Porque la Santa soy yo.
Se hizo un silencio. Pareció dejar de respirar por un momento. Era como si la Bianca frente a él no fuera la Bianca que él conoce, una extraña sensación de disparidad surgió… Hablaba sumamente seria, pero lo que dijo parecía ser una broma.
Zachary miró a Bianca con incredulidad, levantando una ceja. Bianca también miró a Zachary. En su mirada directa, se sintió que todo esto no era una broma, un juego o una mentira. Bianca dijo, palabra por palabra.
—Soy la Santa de Sevran que se rumorea, Zachary.
—Disparates.
Zachary gimió y suspiró. Sacudió la cabeza, luego, de repente, volvió la mirada hacia el techo y miró por la ventana. Después de actuar como un tonto por un tiempo, miró a Bianca nuevamente y preguntó.
—¿Realmente eres tú?
En respuesta a la pregunta desconcertada de Zachary, Bianca tranquilamente volvió la mirada para responder. La emoción del pasado había desaparecido como una mentira, y su resolución agregó una extraña credibilidad a sus palabras.
Aunque Bianca no habló, no era una mentirosa. Zachary le creyó a Bianca. Pero eso no significaba que no fuera nada.
Con un abatimiento desconocido, Zachary se hundió profundamente en el respaldo de la silla.
—Por eso… te reuniste con el arzobispo en ese momento.
—Sí.
—¿Desde cuándo sabes que eres una Santa?
—Hace un año.
Zachary mantuvo la boca cerrada. Hace un año.
Tan pronto como Zachary regresó de la guerra, de repente se acercó a él para tener un sucesor. El cambio repentino lo confundió porque no podía entender lo que estaba pasando….
—¿Por qué… por qué lo escondiste? ¿Por qué yo…?
—No quería decírtelo.
Bianca se mantuvo firme. Sacudiendo la cabeza, su rostro estaba lleno de dolor y tristeza.
El rostro de Zachary se contrajo. ¿Hay alguna razón para ocultarlo tanto? ¿Por qué demonios? Zachary, incapaz de entender, separó los labios con dificultad.
—Ser una Santa… es algo glorioso. Si hubiera sabido que eras una Santa…
—¿Me habrías tratado diferente si supieras que era una Santa?
—¡No es eso!
El grito de Zachary resonó en la habitación. Los ojos de Zachary revolotearon avergonzados.
Para Zachary, la existencia misma de Bianca era más importante que su posición como Santa. Desde un principio, ni siquiera era un hombre muy religioso.
Era un hombre pequeño que era muy secular y estaba obsesionado con proteger la valla de su hogar en lugar de una causa para abrazar el mundo.
—Siempre te doy toda la sinceridad que puedo darte. Pero… aun así…
La boca de Zachary se torció. Bianca también pudo ocultar el hecho de que es una Santa. Fue culpa suya por no ser lo suficientemente confiable.
Zachary no sabía mucho sobre religión. No sabía nada más que la Santa era elegida por Dios y representaba la voluntad de Dios. Por qué razón Bianca fue elegida por Dios, qué revelación recibió o con qué había estado consultando, no había nada que pudiera decir.
¿Quizás fue por su ignorancia que Bianca no le dijo que era una Santa? Un esposo infiel sin interés ni conocimiento de religión. Mirándolo así, ¿qué sintió Bianca cuando fue elegida como Santa?
Además, hace un año, estaban más separados que ahora. Para ser honesto, también estuvo de acuerdo en que no tenían una relación lo suficientemente cercana.
Zachary entendió todas las circunstancias y sentimientos de Bianca. Zachary también sabía que nada cambiaría incluso si hubiera sabido antes que Bianca era una Santa.
Sin embargo….
Aún así, sintió una fuerte sensación de traición. Un estrecho celo por enterarse más tarde que los demás. Fue lo mismo incluso si el oponente era el arzobispo.
Incluso si no había razón para revelar un secreto, incluso si había una distancia entre ellos en ese momento. Aún así, eran una pareja…
Zachary sabía que estaba siendo codicioso, pero apenas podía controlar sus emociones. Verse así le revolvió el estómago. Mientras Zachary intentaba reprimir las emociones que bullían aquí y allá, Bianca abrió lentamente la boca.
—He visto el futuro, Zachary. Dices que tengo diecisiete años, pero… viví en mi sueño hasta los treinta y ocho años. Observé cómo moriste y qué sucedió con Sevran después de eso.
Bianca sonrió con amargura. Las huellas de los largos años pasaron por su rostro en un instante.
Bianca pensó que Zachary se sorprendería. Era una historia impactante. Si Bianca hubiera escuchado algo así, habría hecho un gran escándalo diciendo que estaba tratando de engañarla.
Pero Zachary solo miró a Bianca. No parecía muy sorprendido. Cuando se trata de ocultar sus emociones, claramente tiene una gran cara de póquer.
Zachary no estaba demasiado sorprendido. Cuando supo que Bianca había vivido tanto tiempo en su sueño, se entendió su actitud y comportamiento, que hasta ahora había sido un tanto extraño. Seguramente, ella era demasiado madura para tener diecisiete….
Pero eso no significa que a Zachary no le importe el futuro soñado de Bianca. Más bien, parecía que estaba demasiado preocupado por eso.
¿Cómo sería en ese futuro? ¿Qué clase de esposo fue para ella? Tal vez la lastimó.
Es algo que no hizo, pero es algo que podría haber hecho. Pensándolo de esa manera, estaba aterrorizado.
—¿No tienes curiosidad? ¿Cómo moriste? ¿Qué elecciones hice? ¿Qué tipo de pareja éramos?
La pregunta de Bianca, que llegó justo a tiempo, parecía estar leyendo la mente de Zachary. Como la tentación de un demonio, se deslizó en el punto vulnerable de Zachary.
No debería decir que tiene curiosidad, porque lo importante para ellos es el ahora. Pero una curiosidad desconocida presionó los labios de Zachary.
Sentía curiosidad por el futuro que había visto Bianca, no solo para aliviar su ansiedad. Era una especie de mentalidad de recompensa por lo que le había ocultado, la verdad que nunca antes había conocido. Qué codicia tan mezquina compartir el secreto de Bianca.
Al final, Zachary no dijo que tenía curiosidad, pero su silencio lo confirmó. Bianca sonrió brillantemente, como si lo supiera.
—Fui una esposa realmente irrespetuosa y terrible. Todos a mi alrededor me señalaron. Cuán mala era, todos sentían lástima por ti.
Pero detrás de la sonrisa estaba la frustración y la desesperación que lo había dejado todo. Zachary, quien lo notó más tarde, disuadió rápidamente a Bianca.
—Está bien, Blanca. Esos sueños no importan. Tú no eres así.
No era lo que él quería oír. Sólo … ¿fue un buen marido para ella o lamentaba volver a ser su esposa? Solo quería saber eso.
No quería que confesara esta historia autocrítica con su propia boca. Quería evitar que Bianca se criticara a sí misma, pero Zachary no sabía qué hacer. Abrazó a Bianca involuntariamente. Fue muy patético y lamentable ver su delgado cuerpo temblar entre sus brazos.
Pero las flechas ya disparadas no se detuvieron. Bianca perdió la compostura y luchó por escapar, empujando su mano contra el pecho de Zachary. Bianca gritó en voz alta.
—¡Importan! ¡Dios me dio un sueño para evitar que el futuro se volviera peor!
Bianca parecía estar siendo perseguida por algo. Los ojos ansiosos se movían aquí y allá. Incluso podía sentir la locura desesperada en ella, mientras vomitaba palabras como una presa rota.
—Era un futuro tan terrible, Zachary. Fue lo peor… Si tienes curiosidad, te lo cuento. Que mujer tan repugnante era yo. Si eso te enferma, me divorciaré de ti. Entonces, en su lugar, no vayas a la guerra. ¿Sí?
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