Si las verdaderas intenciones de Zachary eran en consideración a Bianca, todavía quedaba un problema sin resolver. Bianca luchó para contrarrestar con voz temblorosa.
—Está bien, si esa es tu voluntad, entonces no hay necesidad de usar anticonceptivos. Dijiste que no querías enviarme de vuelta. Así que, después de todo, necesitas un sucesor…
—¡Eres joven!
Zachary levantó la voz como si fuera ridículo ante las palabras de Bianca. Parecía inflexible, como si no hubiera espacio para siquiera considerarlo.
—No pude soportar mi codicia, y me acosté contigo, pero aún eres joven…. No puedo dejarte embarazada ahora. ¿Sabes cuántas mujeres pierden la vida teniendo hijos?
Bianca no pudo ocultar su desconcierto mientras miraba a Zachary, quien comentó como si fuera terrible de solo pensarlo.
En serio…. ¿Por esta razón? ¿Solo porque podría morir dando a luz…?
Su cabeza se sintió confundida por una razón en la que nunca había pensado antes. La mano de Bianca, que sostenía el brazo de Zachary con fuerza, se aflojó lentamente. Bianca se tambaleó hacia atrás. Zachary rápidamente agarró el brazo de Bianca en un gesto precario como si estuviera a punto de caer al suelo.
La atmósfera, que había estado en su apogeo, entró temporalmente en un estado de calma. Zachary habló en voz baja para convencer a Bianca una vez más.
—No hay razón para tener hijos antes de tiempo. Como se planeó originalmente, es suficiente prepararse después de cumplir 18 años. Dos meses. Solo tienes que esperar dos meses. ¿Por qué estás tan ansiosa?
—…….
—¿No me vas a decir nuevamente esta vez?
Zachary rió amargamente. Bianca notó que el «nuevamente esta vez» de Zachary se refería a lo que Bianca había ocultado intencionalmente sobre su conversación con el arzobispo en la capital la última vez.
Bianca se quedó en silencio. No había nada que pudiera decir. Su cabeza se sentía como si fuera a romperse, y le dolían los ojos. Como si estuviera lo suficientemente cansada para llorar….
Se dio cuenta de que era un engaño inútil pensar que Zachary podría no pensar en ella como su esposa. Zachary en realidad solo estaba preocupado por Bianca….
Sin embargo, eso no resolvió todos sus problemas. Pensar en el futuro lo hacía aún más difícil.
«La libertad que ganará al morir no tiene sentido…»
Bianca quería cancelar de inmediato el testamento de Zachary y pedir que dejara de usar métodos anticonceptivos, cualquiera sea el riesgo del embarazo. Sin embargo, con una posición tan fuerte, era obvio que Zachary no accedería fácilmente a la solicitud de Bianca.
«¿Cómo lo convenzo?»
Bianca cerró la boca y sacudió la cabeza.
Sin embargo, como si sacara hilos enredados, los pensamientos rara vez se resolvían.
Cómo aceptó su silencio, el impulso de Zachary cambió rápidamente.
—Supongo que no.
Su suave intento de convencer a Bianca no se veía por ninguna parte, y su voz interrogante parecía incluso amenazante.
Sobresaltada, Bianca levantó la cabeza y miró a Zachary. Sus ojos negros ardían como brazas encendidas.
—¿Soy un hombre poco confiable para ti?
Zachary parecía que se estaba volviendo loco. La incapacidad de Bianca de creer en su verdad, junto con el hecho de que escondía algo de él, arrinconaron a Zachary más de lo que esperaba.
«¿Qué diablos te hizo pensar que te iba a abandonar? ¿Qué te enviaría de vuelta…?»
Mientras pensaba en eso, sintió que iba a morir de frustración.
La punta de los labios de Zachary se torció. Cuando conoció a Bianca, Zachary ya era un adulto y Bianca era una niña de menos de 10 años. Zachary siempre trató de mantener su razón por Bianca, ya que era un guardián y un adulto. Porque pensó que era su deber como adulto.
Así que hizo su mejor esfuerzo para contenerse. No levantó la voz contra Bianca, no se enojó, no hizo demasiado alboroto… Trató de mostrar solo la tranquilidad y la calma de un adulto.
Sin embargo, los esfuerzos que habían acumulado hasta ahora se derrumbaron como un castillo de arena en un instante.
La ira lo devoró como una ola. ¿Alguna vez ha sido tan apasionado en su vida…? Incluso se molestó con Bianca por no confiar en él.
Podría decirse que esta fue la primera vez que sintió resentimiento contra Bianca en más de diez años de matrimonio. Como tal, los comentarios de Bianca tocaron el mal que estaba escondido en lo profundo del corazón de Zachary.
—¿Estás haciendo esto porque no puedes confiar tanto en mí?
—Tú estás…
Bianca luchó. La súplica apasionada de Zachary fue lo suficientemente desesperada como para estremecer los corazones de las mujeres, pero el rostro de Bianca seguía siendo duro. Zachary no es el único que no está contento.
Sus labios mostraron un indicio de tener mucho que decir.
—Si no me das hijos, probablemente sea porque no soy confiable.
—¡No es así! ¡Siempre estoy preocupado por ti…!
—¡Yo también!
Bianca gritó. Un chillido resonó contra las paredes de piedra de la habitación.
Si. Entiende por qué Zachary está usando métodos anticonceptivos. Sin embargo, sólo porque lo aceptara en su cabeza, no significaba que fuera fácil aceptarlo directamente con su corazón.
Sobre todo porque Bianca tiene que tener un hijo de todos modos.
Después de respirar, Bianca continuó hablando con dificultad.
—Dame certeza.
—¿Qué certeza? Incluso si no tienes hijos, eres la única esposa para mí. No tienes que sentirte ansiosa.
—Eso no es suficiente.
Bianca frunció los labios. De alguna manera debe convencer a Zachary de tener un hijo antes, pero la defensa de Zachary era tan fuerte como una fortaleza.
No aliviada por la confirmación de Zachary de que Bianca era su única esposa, había muchas razones para querer tener hijos.
¿Querría ella ignorar sin piedad la consideración de Zachary?
No. Pero el futuro se acercaba a cada momento.
Según el futuro que imaginó, Zachary morirá dentro de seis años, cuando Bianca tenga 23 años. En ese momento Zachary tendrá treinta y seis años y estará en el apogeo de su carrera como general.
La muerte de Zachary podría ser anterior o posterior. Pero Dios eligió a Bianca para mostrarle el futuro, así que al final no era más que el futuro por venir.
Bianca necesitaba certeza. Confianza en que puede cambiar el futuro. La confianza de que puede salvar a Zachary al hacerlo.
Las cosas que había cambiado hasta ahora no eran suficientes para estar segura. El encaje, el viaje a la capital, la consagración como Santa… Si le preguntan si todo eso es un punto de inflexión en la vida de Bianca tan grande como la muerte de Zachary, sacudiría la cabeza con firmeza.
Un paso seguro para cambiar el futuro de Bianca era tener un hijo con Zachary. Algo que no existía en el pasado. Lo que deseó desesperadamente después de despertar de su sueño.
Incluso cuando Bianca creía que había regresado, estaba decidida a tener un hijo con Zachary para no dejarse llevar por la impotencia.
No hay forma de que un compromiso tan fuerte no tenga sentido. Si Dios lo había dispuesto así, ¿el intento de Bianca de tener hijos no tendría algo que ver con detener la muerte de Zachary?
En el pasado, quería un niño para vivir, pero ahora quiere un niño para salvar a Zachary, sin embargo…. No solo quería tener un hijo como medio. Por mucho que estuviera enamorada de Zachary, Bianca deseaba sinceramente tener un hijo suyo.
Por supuesto, la relación entre el niño y la muerte de Zachary era solo una suposición de Bianca. Pero no había nada que pudiera hacer, así que se aferró desesperadamente a esto.
Sentía que quería aferrarse a las piernas de Zachary y rogar. No era como Bianca, que solía pelear un tira y afloja con Zachary. Bianca, que estaba tan desesperada, le rogó a Zachary.
—Como dijiste, solo quedan dos meses. Dos meses… No hay tanta diferencia. No quiero pelear contigo así.
—Es lo mismo para mí, Bianca.
Zachary sonrió amargamente al decir eso.
Ante la sutil dulzura de su voz, Bianca contuvo el aliento con anticipación mientras esperaba su respuesta.
Pero Zachary se mantuvo firme.
—Pero mis creencias no me lo permiten. Ya rompí mi juramento una vez al acostarme contigo antes de que cumplieras dieciocho años. Dos meses pasarán rápido. Solo espera un poco.
Con una voz suave que pareció intentar convencer a Bianca, Zachary expresó con fuerza sus intenciones de que no habría espacio para el cambio. El tono amable fue aún más cruel.
No importa cómo trate de persuadirlo, no funcionará. Bianca, notando eso, criticó enérgicamente a Zachary.
—¡Testarudo! ¡Hipócrita! ¡Eres un hombre farisaico!
—No importa cuánto me maldigas, mi decisión no cambiará.
Sólo dos meses. Los dos meses de Zachary y los dos meses de Bianca se usaban con significados opuestos. Los argumentos en conflicto no tenían lugar para el retroceso.
Y ninguno de ellos tenía la intención de romper su terquedad en lo más mínimo.
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