Unos diez días después de que Zachary y Bianca abandonaran la capital. Mientras tanto, circularon misteriosos rumores en la capital Lahoz. Se trataba sobre la historia de un Santo* que apareció en Sevran.
(N/T: la palabra utilizada en coreano para Santo no tiene género. Es por eso que cuando no se sabe su identidad utilizo Santo en lugar de Santa.)
Pero quién era el Santo era una incógnita. Incluso la Iglesia que normalmente habría publicitado la aparición del Santo mantuvo oculto en secreto la identidad del Santo. Tanto su sexo, estatus como su edad. Todo lo que sabían era que el Santo era de Sevran, y si el Santo lo quería, la Iglesia actuaría de acuerdo con la voluntad del Santo.
La existencia de un Santo que apareció por primera vez en varios cientos de años. No importa cuán secretamente esté escondido, no hay razón para no preguntarse quién es el Santo. La gente empezó a especular sobre esto y aquello.
Tal vez sea el hijo de un barón caído sin feudo. O podría ser el hijo de un rico comerciante. No existe una ley que declare que el Santo puede ser sólo un noble. Podría ser un pastor.
Las conjeturas de la gente eran infinitas. Pero ninguno de los innumerables listados tenía nada que ver con Bianca. Una esposa noble que se entregaba a sus lujos era lo más alejado de un Santo.
Aragón fue quien más reaccionó al rumor de que un Santo apareció en Sevran.
Hasta ahora, la Iglesia había mantenido su neutralidad, pero dado que apareció un Santo de Sevran…. La iglesia seguiría la voluntad del Santo, por lo que Aragón podría terminar en una situación en la que incluso podría tener que lidiar con la Orden de los Paladines de la Iglesia. Voces ansiosas llegaron de todo Aragón.
Castilla, que había formado una alianza con Sevran esta vez por matrimonio, no era una amenaza porque era el Reino opuesto a Aragón, pero la Iglesia era diferente.
No fue porque los Paladines fueran un ejército fuerte. Sin embargo, había muchos creyentes que creían en la Iglesia y dudaban en apuntar con una espada a los Paladines. Aragón también tenía muchos creyentes.
Aragón redujo gradualmente el número de invasiones a Sevran. Había planeado poner a Jacob en el trono y aumentar su poder, pero ahora no era el momento adecuado.
En tal situación, no fue otro que Jacob quien se volvió loco y saltó.
Jacob trató de encontrar la identidad del Santo en secreto. Liberó a la gente, se reunió con miembros de la Iglesia e hizo todo lo que pudo, pero ni siquiera pudo encontrar los dedos de los pies del supuesto Santo.
El flujo del mundo estaba cambiando debido al paso que tomó Bianca reuniendo coraje.
Al contrario de lo ruidoso que estaba el mundo social debido al anunciamiento de la existencia de un Santo, la gente de la familia Arno que regresaba a la finca desconocía los rumores que infestaban la capital.
Su propiedad se extendía a lo lejos, justo en frente de ellos. Los campos verdes se tiñeron de amarillo. Había pasado la primavera, el verano y pronto llegaría el otoño.
16. El testamento de Zachary
Bianca y Zachary llegaron a la finca un día de otoño, pocos días después de la fiesta de la cosecha de septiembre. Como si los rumores de que se habían convertido en una verdadera pareja ya se hubieran extendido, todos los siervos saludaron a la pareja de Condes con una sonrisa.
Zachary se bajó de su caballo y se acercó para acompañar a Bianca. Bianca tomó la mano de Zachary y con cuidado salió del carruaje. Vincent, que los estaba observando, se les acercó y les dijo.
—Ha trabajado duro en el largo viaje, conde. Señora.
—Hiciste un gran trabajo defendiendo el territorio, Vincent.
—Es lo que debía hacer.
—¿Sucedió algún problema?
—No.
Zachary, quien ligeramente le había preguntado a Vincent sobre los asuntos de la finca, agregó con ansiedad, sosteniendo el antebrazo de Bianca, quien escuchaba su conversación a su lado.
—Debe haber sido difícil para ti, entra y descansa.
Blanca negó con la cabeza.
—Estuve en el carruaje todo el tiempo. No fue muy difícil. Solo daré instrucciones para que se organice todo el equipaje.
—Yvonne se encargará de eso.
—Así es, señora. Si colapsa será un gran problema.
Yvonne intervino felizmente. Si hubiera sido Yvonne en el pasado, habría mantenido la boca cerrada y observado a sus maestros, pero después de muchos eventos en la capital, llegó a una posición en la que podía hablar hasta cierto punto.
Vincent, que estaba observando la conversación entre Yvonne y la Condesa, hizo una expresión de desconcierto. Mientras levantaba las cejas lo más fuerte que podía, las arrugas en su frente aún arrugada crecían más y más.
Cuando escuchó la noticia de la anexión, no pudo creerlo, pero aunque los vio con sus propios ojos no podía aceptarlo. Sin embargo, los dos realmente parecían una pareja «plausible».
Incluso Robert, que no tenía una buena relación con Bianca, tenía una expresión brillante como si este viaje no hubiera sido tan malo.
Vincent tosió en vano, conteniéndose. Está claro que esta visita a la capital supuso un gran cambio para el territorio de Arno. Vincent se comprometió a preguntar en detalle qué había sucedido y cómo estuvo el ambiente de la capital. Y Sauveur era perfecto para eso.
Vincent miró a Sauveur.
Sauveur sonreía de alegría por volver al feudo, sin saber de su destino para informar a Vincent sobre lo que había estado en la capital durante más de medio año durante
los siguientes tres días y noches.
En ese momento, hubo personas que se acercaron tímidamente a Bianca. Eran los hijos de los siervos. Parecían ser los hijos de las mujeres, que aprendieron sobre el encaje con Bianca, que se encontraban sonriendo unos pasos detrás de ellos.
—Se-señora. Bienvenida.
Frente a ellos estaba Nicholas. A esa edad, se dice que cada día se es diferente, pero Nicholas, quien se detuvo frente a Bianca, parecía tener la misma estatura que ella. Parece que todo lo que comió fue solo a su altura, porque todavía estaba delgado. Como un ciervo saltando, una sonrisa llenó el rostro del chico que se acercó.
Nicholas le entregó un ramo a Bianca como representante.
—Los niños y yo recogimos solo las flores más bonitas del bosque.
En caso de que a Bianca no le gustara, puso los ojos en blanco, preguntándose qué hacer. Pero contrariamente a sus preocupaciones, Bianca aceptó con gusto el ramo.
—Gracias.
Ante la sonrisa de Bianca, una sonrisa apareció en los rostros de los niños, que la miraban con rigidez.
Bianca, que era muy linda con los niños tímidos y sonrientes, les acarició la cabeza uno tras otro.
En medio, fue el turno de Nicholas. Nicholas era tan alto que Bianca le dio una palmadita en el hombro en lugar de acariciarle la cabeza. Fue gracias a Nicholas que pudo reunirse con el arzobispo en la capital esta vez, así que no se olvidó de elogiarlo.
—Tu vela jugó un papel importante en la capital.
—¿En serio, señora? ¡Es un honor!
Nicholas estaba encantado. Las mejillas pecosas se elevaron. Nicholas no pudo contener su alegría, su rostro se puso rojo y soltó sus palabras sin pensar.
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