El peor futuro… Bianca sacudió su cabeza mareada. Bianca solo quería la convicción de que podía cambiar el futuro. Pero las cosas se hicieron más y más grandes. ¿No significa eso que no puede garantizar la vida de Zachary si no lo hace bien?
El peso de la misión sobre sus hombros era demasiado pesado. El cuerpo de Bianca se tambaleó de un lado a otro como un trozo de madera mecido por el viento.
La confusión en el rostro de Bianca llegó a un punto en el que era imposible ocultarlo. Ni siquiera había suficiente espacio para ocultarlo en primer lugar. Ante el flagrante desconcierto de Bianca, Francis preguntó cuidadosamente lo que nunca se había atrevido a preguntar, y sólo supuso.
—Disculpe…. creyente. Si mi conjetura es correcta, usted….
Bianca miró a Francis con una mirada perpleja. Como si la presa se hubiera derrumbado, era el rostro de una persona que había sido empujada fuera del camino hasta el punto de que no podía mover un dedo porque se sentía vacía y abatida. Hasta el punto en que la negación no tenía sentido, ella ya había revelado todo.
Los ojos verde claro que temblaban implacablemente le decían que la suposición de Francis era cierta. Piel de gallina recorrió la espalda de Francis. Era una pena para Bianca, que cayó en una desesperación infinita, pero fue una alegría innegablemente clara lo que capturó a Francis en ese momento.
El consentimiento casi silencioso de Bianca. Era incomparable a una vela perfectamente tallada que era nada más que arte. Francis sabía con certeza lo que tenía en sus manos.
¡El descubrimiento de una santa!
Como primer siervo de Dios en descubrir ese hecho, a Francis se le confío la gloriosa tarea de entregar la revelación divina directamente a la Santa Sede. ¿Cardenal? Era un logro tan grande que posiblemente podría ser recomendado como Papa. El corazón de Francis latía salvajemente.
Bianca, que nunca habría adivinado el deleite de Francis, negó con la cabeza. No podía creer que fuera una Santa. Era ridículo. Sí, debe haber algún error… Bianca tartamudeó y abrió la boca para una excusa tardía.
—Solo soy una mujer noble. Yo… sí. Tal vez estoy equivocada. Usar el poder de la Iglesia…. ¿Cómo puede distinguir la iglesia que una persona realmente tuvo una previsión o es una mentira?
—Como dijo la creyente, hubo personas que afirmaron que fueron elegidas para usar el poder de nuestra iglesia. Pero nosotros tenemos una manera de descubrir si es verdad o no.
—…¿C-cuál?
—Si quemas incienso y unges con aceite a través de una ceremonia de consagración organizada por un sacerdote de un nivel igual o superior a un arzobispo, se revela un estigma.
La aparición de un santo está relacionada con la voluntad de Dios y es un hito para la Iglesia. El hecho de que haya rastros de ser elegido por Dios, y qué tipo de patrón o frase es, fue completamente silenciado. Incluso dentro de la Iglesia, solo los sacerdotes superiores al arzobispo pudieron reconocer la verdad de los estigmas, y aquellos que mintieron diciendo que eran santos por codicia injusta fueron severamente castigados.
—Originalmente, la consagración es un acto de consagrar el futuro, lo que significa que actuaremos para el futuro que Dios desea. Si la persona equivocada está presente en la ceremonia de consagración de un santo, es un acto de insulto a Dios y es castigado de acuerdo con la ley religiosa. No importa cuán grande sea su estatus en el mundo.
Bianca tragó saliva ante la insistencia de Francis.
No era que no pensara en obtener ayuda de los Paladines al revelar que era una santa. Pero todavía no estaba segura de haber sido elegida por Dios.
Lo que creía que era una regresión era un sueño, ¿cuánto puede creer en la veracidad de ese sueño? ¿Vale la pena arriesgar su vida por un sueño? Pensándolo de esa manera, su cuerpo se enfrió como si la sangre se estuviera drenando de su cuerpo debido a las acciones que había cometido en su vida anterior antes de su regreso.
¿Qué pasa si está equivocada? Si no es una santa elegida, significa que solo ha tenido un largo, largo sueño. Si se revela como una santa y deja al descubierto todos sus pecados….
Sería realmente un gran problema ser castigada de acuerdo con la ley religiosa. Aparte del hecho de que los Paladines se moverían, todos los que creían en la religión podrían dirigir sus espadas hacia ella. No importa que tan héroe de guerra de Sevran fuera Zachary, no podía lidiar solo contra una religión. Bianca dudó, ya que incluso podría conducir a la destrucción de la familia Arno.
En este punto, incluso comenzó a pensar que podría estar loca. Bianca sacudió la cabeza fuertemente, decidiendo que sería mejor permanecer en silencio ante la más mínima posibilidad de ser una santa.
—Tal vez no sea el caso. Estoy segura de que es solo un malentendido. Creo que molesté al arzobispo con mis tonterías. Lo siento. Por favor, piense en ello como una charla causada por la curiosidad de un creyente sin experiencia.
—Si.
Entonces Francis detuvo rápidamente a Bianca.
—Si pudiera consagrar, aunque sea brevemente, al creyente ahora mismo.
Sus labios agrietados estaban secos. Mirando la situación, era como si se estuviera aferrando a Bianca.
—Incluso si el estigma no se revela… No será castigada según la ley religiosa. Esto es lo que yo, el Arzobispo, propuse.
—¿En serio?
Cuando Francis dijo eso, Bianca se quedó atónita. Era algo bueno para Bianca, pero no entendía por qué tenía que hacer eso. ¿Son los santos para la Iglesia realmente tan importantes? Bianca miró a Francis con una mirada inquieta.
Como supuso Bianca, Francis no tenía que hacer eso por Bianca. Francis dijo esto a la ligera bajo su propio riesgo.
Si Francis la consagra en secreto y se revela el estigma de Bianca. Entonces está bien. Más bien, Francis se convertirá en el consagrador de la santa y tendrá una voz más alta en la Iglesia, que era exactamente lo que quería.
Si Bianca no revela ningún estigma… Podría estar bien. Si hace de la consagración un secreto entre los dos, sólo Dios lo sabrá. Incluso Dios podría cerrar sus ojos hasta ese punto.
El problema sería, si Bianca, que no es una Santa, anuncia el hecho de que fue consagrada por Francis.
Aquellos que son elegibles para la consagración deben ser superiores a un obispo, y estaba en contra de la ley que un arzobispo consagrara arbitrariamente a un creyente común. Entonces sería Francis, no Bianca, quien sería castigado según la ley religiosa.
En tal situación, Francis confió en Bianca y tomó una decisión. Bianca no tenía nada que perder, así que no había razón para negarse. Bianca asintió lentamente, mordiéndose los labios temblorosos.
Francis reunió apresuradamente los elementos necesarios para la ceremonia de consagración. Caminó apresuradamente hacia la pequeña habitación contigua a la oficina del Arzobispo, sacando las herramientas que necesitaba una a una.
Francis abrió el cofre y suspiró aliviado al ver que aún quedaba aceite e incienso. Para la ceremonia de consagración, el aceite y el incienso eran absolutamente necesarios.
Si no hubiera uno de los dos, tendría que hacer que alguien los trajera. Sin embargo, dado que el aceite se usa solo para ceremonias particularmente importantes, la solicitud de Francis sería sospechosa. Para Francis, fue una suerte que el riesgo se redujera.
Los años que Francis se dedicó a la Iglesia fueron lo suficientemente largos como para poder prepararse para la ceremonia incluso con los ojos cerrados. Los preparativos para la ceremonia de consagración se completaron en un instante con sus manos experimentadas.
Los delgados dedos que sobresalían de los huesos de Francis encendieron una vela y quemaron incienso. El olor a incienso llenó la oficina del arzobispo.
Bianca se arrodilló sobre la seda blanca y se sentó con cautela. Francis se paró frente a Bianca y recitó una oración. Una voz de tono bajo fluía constantemente. Pero para los oídos de Bianca, solo sonaba como un ruido sordo.
Sería un problema ya fuera que se convirtiera en Santa como si no. Aunque dijo que no tendría que responsabilizarse por ello, el corazón de Bianca latía con fuerza porque era algo en lo que nunca había pensado antes.
Después de recitar todas las oraciones, Francis abrió el frasco de aceite. El resbaladizo aceite dorado goteó por la abertura de la botella de vidrio. Una gota de aceite resbaló por la coronilla de Bianca y corrió por su frente.
Se sentía extraño.
¿Cómo diablos esto podría revelar un estigma? Por mucho que no supiera nada sobre la ceremonia de consagración, Bianca se quedó quieta, tratando de reprimir el impulso de mover sus manos.
Cuando parecía que nada sucedería, algo brilló a través del flequillo de Bianca. Era una luz tenue, como la arena que brilla a la luz del sol.
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