De alguna manera, los envió. La voz de Zachary, quien dijo que era su deber preocuparse, resonó en los oídos de Bianca.
Debería haberse dado cuenta antes de que cuando dijo que preocuparse era su deber, también era su deber tomar medidas.
El rostro de Bianca estaba tan caliente que no podía soportarlo. ¿Cómo la verán los demás? Esto era demasiado.
Con un pequeño suspiro, Bianca impidió que los caballeros de Odelli se acercaran al grupo de caballeros liderado por Robert.
—Ellos… son los caballeros de nuestro territorio. No se preocupen, no son extraños.
El rostro de Blanca se sonrojó. Los caballeros de la princesa se sorprendieron, pero al incluir a Gaspard como escolta, habían adivinado aproximadamente cuánto amaba Zachary a Bianca. Rápidamente estuvieron de acuerdo y dieron un paso atrás. Por supuesto, eso fue más vergonzoso para Bianca.
—Supongo que el Conde Arno realmente se preocupa por la Condesa.
—No se suponía que fuera así…
Bianca respondió con torpeza ante la admiración de Catherine. Odelli se dio cuenta de por qué Bianca estaba dando vueltas con una escolta como esta a través del tema de conversación sobre Jacob, por lo que agregó que era natural.
—En la capital, cuantas más escoltas, mejor. Tener muchos ojos a veces es molesto, pero a veces ayuda, ¿verdad?
Odelli tenía razón. ¿No hay un historial de andar sin escolta una vez antes y meterse en problemas? Blanca asintió levemente.
Como si Robert y su grupo hubieran encontrado a Bianca, sus ojos se encontraron por un momento. Robert parecía tan malhumorado como de costumbre. Aún no le gustaba estar enredado en los asuntos de Bianca. Pero aún así vino aquí, Bianca se rió.
El rostro de Robert se contrajo, tal vez avergonzado por la sonrisa de Bianca. Bianca agitó su mano para saludarlo y siguió a la princesa a la Iglesia.
Escuchó a Robert gruñir detrás suyo, pero realmente no le importó. Porque era obvio lo que iba a decir.
Bueno, probablemente se quejaría de que está dando vueltas por la iglesia aunque tiene mucho trabajo que hacer solo porque ella fue a la iglesia.
Bianca sintió que le saldría una costra en las orejas debido a sus maldiciones.
De hecho, lo que Robert pensaba sobre Bianca era cierto. Sin embargo, era un poco diferente a los pensamientos de Bianca sobre él. Robert miró detrás de Bianca cuando entró en la iglesia sin comprender, y murmuró con incredulidad.
—Pensé que no era sociable porque siempre andaba sola… La señora si hubiera querido podría haber estado con otras personas…
* * *
El interior de la Gran Iglesia estaba lleno de una quietud tranquila y olor a incienso. La luz del sol que entraba en el salón a través de una ventana alta decorada con vidrieras brillaba intensamente. El pasillo en el borde de la abadía no estaba iluminado por la luz del sol, pero en su lugar se encendieron velas. Las velas brillaban y proyectaban sus largas sombras sobre la pared.
Catherine admiró en silencio mientras miraba hacia el alto techo del pasillo. Bianca también quedó hipnotizada por el interior de la Gran Iglesia, que era tan espléndida como el exterior. Si el castillo de Sevran es majestuoso y elegante, en la Gran Iglesia se sintió una alabanza infinitamente delicada a Dios.
Bianca chasqueó la lengua mientras miraba los relieves tallados en la pared uno por uno.
Entonces, un sencillo sacerdote se acercó a
ellos y los saludó.
—Gracias por visitar la iglesia. Mi nombre es John el Sumo Sacerdote quien los guiará hoy. Que la bendición de Dios esté con ustedes.
—Que la gloria de Dios esté con vosotros.
Odelli y el Sacerdote John se miraron e hicieron una señal. Bianca y Catherine también saludaron detrás de Odelli de la misma manera. John dijo de buena gana.
—Si quieren mirar alrededor de la iglesia, puedo mostrarles los alrededores.
—¿Qué piensan? ¿Quieren mirar alrededor?
Odelli preguntó a Catherine y Bianca. Bianca negó con la cabeza, recordando sus negocios.
—No creo que tenga la resistencia para hacer eso.
—Cierto. La condesa Arno no se encuentra muy bien de salud.
—Si la condesa de Davoville quiere hacerlo, puede ir. Todo lo que tengo que hacer es orar y esperar.
—Yo también estoy bien.
Catherine también admiró los espléndidos interiores de la iglesia y la abrumadora intimidación, pero eso fue todo. Catherine prefería estar con Odelli y Bianca que recorrer el edificio. Odelli reunió las opiniones de los tres y se las presentó a John.
—Entonces pediremos bendiciones.
—¿La princesa deseará la salud de Su Majestad como siempre? Prepararé velas para honrar su salud.
—Por favor. ¿Qué deseo pedirán la condesa de Arno y la condesa de Davoville?
En la iglesia rezaban y quemaban velas grabadas con bendiciones. Fue porque se creía que el humo de las velas ascendía al cielo y transmitía los deseos humanos a Dios.
Odelli solía venir a la iglesia al menos una vez cada quince días para rezar por la salud del rey, lo había hecho durante los últimos 10 años. Las personas a su alrededor solían bromear diciendo que «Su Majestad debe vivir mucho tiempo para que ella también pueda disfrutar durante mucho tiempo», pero es difícil venir a la iglesia constantemente solo por eso. Aunque murmuraba sobre esto y aquello, ciertamente amaba a su padre.
Catherine no tuvo que pensar mucho tiempo. Fue porque su esposo era el único por el que oraría.
—Me gustaría lo mismo, por favor. Quiero orar por la salud de mi esposo.
—Me gustaría una vela para prevenir la transgresión de mi esposo. Ya que ha estado en muchas guerras…
Bianca también eligió una vela para Zachary.
Dudó un momento entre elegir salud y no, pero al final se decidió por una vela para prevenir su mala fortuna. Era ridículo preocuparse por su salud, dado que Zachary nunca ha estado enfermo. Era exactamente lo contrario de Bianca, que cada dos por tres debía permanecer en cama. Más bien, era más cómodo protegerse de las desafortunadas sombras de los asesinos que venían a cada momento del campo de batalla.
Si hubiera sido la antigua Bianca, se habría mostrado escéptica acerca de pedir tal deseo. No es que Dios te conceda un deseo solo porque lo pidas…. Pero ahora Bianca creía en el milagro de Dios que la trajo de vuelta. Si había incluso una pequeña posibilidad, quería aferrarse desesperadamente a ella.
—Entonces lo prepararé. Por favor, espere un momento.
Al escuchar la solicitud de las tres personas, John sonrió con bondad. En ese momento, Bianca, que estaba notando cuándo sería bueno hablar, aludió a su suerte.
—Ah, y tal vez.
—Sí. Siéntase libre de hablar, creyente.
La atmósfera apacible de John hizo que las palabras difíciles fueran fáciles de pronunciar. ¿Quizás es porque se preocupa por los corazones de aquellos que creen en la religión? Esto permitió a Bianca hacer preguntas sin dudarlo.
—Si tengo alguna pregunta acerca de la doctrina, ¿con quién debo reunirme?
—¿Sobre qué doctrina tiene curiosidad?
—Sobre los milagros.
Odelli y Catherine, que no podían entender por qué Bianca sentía curiosidad por eso, inclinaron la cabeza. John, que seguía sonriendo, también tenía una expresión inusualmente perpleja.
—Incluso los sacerdotes ordinarios como yo somos muy conscientes del caso de los milagros, pero debería ser un arzobispo para explicar los principios de los milagros de una manera convincente. Sin embargo el Arzobispo está muy ocupado…
Dijo John. En estos días, el Arzobispo estaba en medio de un dilema debido a la elección de una ofrenda para el Vaticano. Como estaba completamente privado de comida y bebida y estaba empeñado en elegir las ofrendas, la probabilidad de aceptar la solicitud de Bianca era extremadamente baja.
Aunque no se atrevió a hablar, su mirada vacilante dejó en claro que la reunión era imposible. Así que no podía seguir adelante y decir que sí. Bianca tenía muchas cosas que verificar, como por qué fue elegida, por qué regresó y si había un precedente que logró cambiar su futuro. Y este era el único lugar donde podía confirmarlo.
El corazón de Bianca se aceleró. Las órdenes del rey, y mucho menos el nombre del héroe Zachary, podrían hacer que el arzobispo se moviera.
Hay cosas que tiene preparadas para tal momento, pero… El corazón de Bianca latió con fuerza ya que no había garantía de que el arzobispo cambiara de opinión con esto.
Aunque anhelaba conocer al arzobispo, tenía que ocultar el hecho de que estaba lo suficientemente desesperada como para dejarlo todo. Bianca, que trató de ocultar sus sentimientos, habló con elegancia y cortesía.
—Le ruego que sepa que estoy siendo grosera debido a que tengo mucha prisa. No estoy solicitando imprudentemente el precioso tiempo del Arzobispo. Traje algo para mostrarle mi corazón fiel y sincero.
Bianca hizo una seña e Yvonne se acercó por detrás con una caja de madera de ébano. John, quien tomó la caja de madera aturdido, miró la caja de madera con una expresión aún avergonzada.
Lo recibió, pero esto no cambiaría la opinión del Arzobispo. Al contrario, podría enojarse. Tratar de comprar su fidelidad con dinero… Si ese fuera el caso, no podrá hacer exactamente lo que no transmite.
Bianca, notando los altibajos de John, agregó apresuradamente.
—No es un adorno*, pero es muy preciado. Por favor, dígaselo al arzobispo.
(N/T: 패물은, adorno hecho de un metal precioso, que se adhiere al cuerpo o a la ropa para decorar la apariencia de uno.)
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