Bianca olía bien.
Fernand se humedeció los labios y la miró con una mirada siniestra. Bianca apretó los dientes, disgustada por eso. Luego levantó el pie y golpeó con el talón el empeine de Fernand.
—¡Aargh!
Tal vez funcionó correctamente, ya que el agarre de Fernand se aflojó. Tan pronto como eso sucedió, Bianca empujó el brazo alrededor de ella y escapó.
Bianca, que había escapado de Fernand, buscó una ruta de escape, pero no se la veía por ninguna parte. Mientras Bianca entraba en pánico, sin saber a dónde correr, Fernand agarró el antebrazo de Bianca.
Dolía como si su delicado antebrazo estuviera a punto de romperse. Se resistió desesperadamente a quitarse el brazo de encima, pero no pudo sacudir su agarre. Los ojos verde pálido de Bianca brillaron. Bianca levantó la mano libre y abofeteó a Fernand en la mejilla.
Hubo un fuerte sonido. Fernand, sin darse cuenta de que Bianca lo había golpeado, pareció desconcertado cuando Bianca le quitó el brazo y gritó con fuerza.
—¡Asqueroso bastardo!
Solía pensar que era basura por jugar con el corazón de una mujer, pero no esperaba que llegara a este nivel. Los ojos de Fernand temblaron ante la mirada desdeñosa de Bianca que parecía estar mirando a un insecto. Fernand jadeó y dio un paso más cerca de Bianca.
—Veamos cuánto tiempo puedes ser tan atrevida.
—Ja, ¿y tú? ¡Te cortaré y te serviré como comida para perros!
Bianca apretó los labios temblorosos y levantó la punta de la barbilla de manera pretenciosa. Fortaleció su voz para que no se notara su miedo, pero no pudo ocultarlo.
Los ojos de Bianca escanearon su alrededor con ansiedad. Esperaba que Yvonne pudiera escuchar su voz.
* * *
Gaspard pudo salir tardíamente del salón del banquete. Su rostro se contrajo cuando vio a Sauveur y Robert corriendo por el pasillo. Aún así, Bianca no estaba con ellos.
Gaspard se acercó apresuradamente a ellos y preguntó.
—¿Y la señora?
—He hablado con los sirvientes reales y los soldados han sido liberados. Pero no hemos podido encontrarla en absoluto…
—El sol se está poniendo, así que no será fácil de encontrar. Como hay un banquete en el interior, hay un límite para la cantidad de soldados que se pueden usar en el palacio real…
—¿Adónde pudo ir en este corto período de tiempo?
—¿No volvió a su habitación?
—Envié a alguien a sus aposentos.
—Ugh…
Gaspard dejó escapar un gemido lastimero. En ese momento, en un extremo del pasillo, vio un rostro familiar. Era su maestro, Zachary.
Zachary frunció el ceño mientras miraba alrededor del ruidoso pasillo.
Zachary, que encontró a los tres comandantes agrupados en medio del pasillo, fue directamente hacia ellos y les preguntó.
—¿Cuál es el alboroto? ¿Por qué están todos fuera del salón de banquetes? ¿Y Bianca?
—… lo siento. La señora salió sola… La estamos buscando ahora.
—¿Qué?
La voz de Zachary se endureció. Los tres comandantes miraron el semblante de Zachary e inclinaron la cabeza. Pero la furia hirviente de Zachary no pudo apagarse. La voz de Zachary se agudizó.
—¿No les dije que no dejaran a Bianca sola?
—No hay excusa, Conde. Por favor castigueme por mi error.
Como era el momento en que el rey estaba hablando, era natural que no pudiera seguir a Bianca de inmediato, pero Gaspard era el escolta de Bianca. Debería haberse encargado de Bianca incluso en esa situación. Gaspard se declaró culpable en silencio, admitiendo su error sin excusa.
Las circunstancias de Gaspard también fueron adivinadas por Zachary. Gaspard era un hombre que estaba lejos de ser descuidado. Debe haber una razón por la que no siguió a Bianca.
Sin embargo, esto no era algo que pudiera pasarse por alto fácilmente. Jacob está vagando fuera del salón del banquete. Si Bianca alguna vez se encuentra con Jacob… Los dientes de Zachary se apretaron.
—Gaspard, debe haber una razón por la que no pudiste seguir a Bianca. Eres un hombre que cumple las órdenes sabiamente. Pero entonces, Robert y Sauveur, ¿no deberían haber estado prestando atención? Estoy realmente decepcionado con ustedes.
Los tres comandantes no pudieron levantar la cabeza para ver a Zachary, quien no levantaba la voz con facilidad incluso durante la guerra, vomitando su ira. En particular, Robert y Sauveur, quienes ni siquiera se dieron cuenta que Bianca se había ido.
Mientras tanto, el grito de una mujer resonó en el aire no muy lejos.
—¡Aaarghh!
—…¡Esa voz!
Ante el sonido del grito de una mujer, los cuatro se estremecieron y se tensaron, y sus cabezas se levantaron en la dirección del sonido, como un perro que encuentra a su presa. Los ojos de Gaspard brillaron violentamente por un momento, al reconocer la voz.
—Es la voz de Yvonne.
—¡Parece haber venido del Jardin Real!
Sauveur señaló hacia el origen de la voz. El rostro de Zachary se volvió frío. ¿Qué fue lo que hizo que Yvonne gritara? Tal vez le sucedió algo a Bianca…. Temeroso de pensar eso, el corazón de Zachary latía como si hubiera caído en los confines del infierno.
Zachary, que apretó los dientes, movió los pies rápidamente y ordenó.
—¡De inmediato al Jardín Real!
* * *
—Ja, ¿y tú? ¡Te cortaré y te serviré como comida para perros!
—Comida para perros. Está yendo demasiado lejos.
Fernand sonrió y caminó hacia Bianca.
Bianca tembló ante la sucia lujuria que llenaba sus ojos. Era tan espeluznante y repugnante.
Su yo del pasado fue tan patético al pensar que le gustaba tanto un hombre así y que incluso le daría a la familia Blanchefort.
Sería bueno que Yvonne se diera cuenta de dónde estaba, pero aparentemente era un lugar oculto diseñado para una reunión secreta.
Si es así, es probable que sea difícil de encontrar para Yvonne. Prefiere llamar por alguien…. Pero entonces, si hay algunos rumores extraños…. Bianca se rió entre dientes. Ya había tenido comezón una vez debido a los rumores. Incluso después de eso, fue divertido que estuviera preocupada por los rumores.
—Parece que tienes suficiente tiempo para reír. ¿O era que esperabas algo así en tu corazón?
—¿Una situación como esta?¿Estás hablando de servirte como comida para perros o algo así?
Bianca se burló.
Bianca era una mujer que levantaba la cabeza rígidamente frente a su esposo, Zachary, incluso cuando estaba muy asustada. Blanca nunca inclinaba la cabeza. Sabía bien que si mostraba debilidad ante alguien tan insidioso, sólo sería arrastrada. Sabiendo que ella tenía miedo de esta situación, él se aprovecharía de ella, en lugar de tener compasión por ella.
El rostro de Fernand se distorsionó ante la provocación de Bianca. Su voz todavía parecía tranquila, pero su expresión decía su intención de amenazar a Bianca.
—No creo que sea bueno que me provoques.
—¿Qué demonios?
La respuesta a las amenazas de Fernand vino detrás de Fernand, no de Bianca.
Era la voz de un hombre desconocido.
Fernand se giró asombrado y Bianca frunció el ceño para captar la identidad del hombre que apareció lentamente en la oscuridad.
Incluso en la oscuridad, un hombre guapo con cabello rubio claro y una belleza brillante brillaba con ojos azules.
—¿Qué clase de cosa graciosa es esta en el palacio real?
—¡Segundo Príncipe…!
Fernand inmediatamente cayó de bruces sobre la cara del oponente que no podía ser vista. Su cuerpo tembló. Fue afortunado de que no fuera Zachary, pero eso no significaba que estuviera en una situación en la que recibiría con agrado la interrupción de Jacob.
El escándalo de un juglar acosando a una mujer aristocrática en el jardín real también está relacionado con la pérdida del honor de la familia real, por lo que estaba claro que como príncipe reaccionaría con sensibilidad, y además Jacob estaba muy interesado en Bianca.
El rostro de Fernand se contrajo miserablemente.
Bianca frunció el ceño con enojo por la adición de otra persona desagradable. Desde la perspectiva de Bianca, Jacob o Fernand, eran lo mismo. Dos perros*.
Tal vez Jacob había hecho deliberadamente que Fernand amenazara a Bianca.
(N/T: más específicamente se refiere a un 승냥이/Cuon/ perro salvaje asiático, es similar a un coyote.)
En una vida anterior, Fernand había sido utilizado como la mano del Vizconde Huegh, y había jodido por completo la vida de Bianca. Y dado que el Vizconde Huegh pertenece a la facción del segundo príncipe, se sintió como una hipótesis bastante plausible para Bianca.
La aparición de Jacob fue una coincidencia, y era la primera vez que Jacob y Fernand se conocían, pero los ojos ignorantes de Bianca se llenaron de sospecha. Bianca luchó por descubrir cómo salir de esta situación.
En ese momento, Yvonne apareció detrás del segundo príncipe.
Tan pronto como Yvonne encontró a Bianca, su rostro palideció y corrió hacia ella, bloqueando la brecha entre ella y Fernand.
—¿Se encuentra bien, señora?
—Sí, no te preocupes.
Bianca respondió frotando con su otra mano su muñeca ardiente, la cual había sido capturada por Fernand.
Yvonne frotó su espalda repetidamente como si tratara de calmar a Bianca, pero la mano de Yvonne temblaba aún más. El corazón de Bianca se calmó ante la mirada de Yvonne, quien se sentía preocupada y angustiada por Bianca.
Mientras tanto, Fernand inventaba excusas para Jacob.
Bianca encontró eso gracioso.
«¿Por qué le suplicas a Jacob? Me hiciste algo malo a mí. ¿No deberías suplicarme a mí?»
Bianca miró fijamente a Fernand como si fuera a despedazarlo, pero él estaba ocupado suplicando de rodillas, mientras miraba ansiosamente a Jacob con ojos desesperados.
—¡E-escúcheme, Segundo Príncipe. Por supuesto, en este momento, es-esta situación puede parecer un poco sospechosa, p-pero…!
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