12. Un perro que ladra.
(N/T: 잘 짖는 개 es una forma grosera de decir que a uno le importa un bledo lo que alguien está diciendo. Expresa que lo que se dice no es diferente al ladrido de un perro a la distancia.)
Gaspard, incapaz de detener fácilmente la conversación entre el rey y los caballeros de otro país, parpadeó hacia Sauveur y Robert que estaban a su lado. Sin embargo, también estaban hablando con la persona a su lado, por lo que apenas pensaron en ver a Gaspard.
—Ciertamente, la Batalla de Delphine fue bastante difícil. Por lo tanto… ¡Ay!
—¿Sucede algo, Sir Robert?
—Jaja nada…
Robert sonrió torpemente y puso los ojos en blanco hacia Gaspard luego de gritar inconscientemente. Fue porque Gaspard, sin saber qué hacer, pellizcó el muslo de Robert debajo de la mesa. Ante el grito de Robert, Sauveur también volvió su mirada hacia ellos. Robert apretó los dientes y susurró suavemente.
—¿A qué diablos se debió eso?
—La señora….
—Entonces, Sir Gaspard, si el tiempo lo permite, me gustaría enfrentarlo…
Justo cuando Gaspard estaba a punto de dar una breve respuesta, el caballero de Castilla hizo una solicitud en el momento oportuno. Si Gaspard hubiera sido un poco más hablador, hábilmente habría desviado la conversación a otro lugar en esta situación, pero desafortunadamente, estaba lejos de ser un buen conversador. Con un gemido lastimero, respondió al caballero de Castilla y golpeó a Robert en dirección al lugar donde estaba sentada Bianca.
Fue entonces cuando Robert y Sauveur se dieron cuenta de que Bianca había desaparecido. Sus rostros se volvieron azules. Fue enteramente su culpa dejar que la señora deambulara sola.
Si Zachary se entera de esto, ¡cuán enojado estará! Incluso en un torneo con muchos ojos, se turnaron para escoltarla….
En lugar de Gaspard, que estaba atrapado en una conversación con el rey y el caballero de Castilla, se apresuraron a pedir comprensión y siguieron a Bianca.
Pero cuando salieron al pasillo ya era tarde. Bianca había desaparecido hacía mucho tiempo, y miraron a su alrededor perdidos.
Mientras hacían esto, Bianca, que había tomado a Yvonne, salió del edificio. Yvonne, que había seguido a Bianca sin saber, la siguió y preguntó.
—¿Qué estamos haciendo?
—Vamos a tomar un poco de aire.
—Pero sin escolta… ¿Por qué no vuelve ahora y pedimos a sir Gaspard que nos acompañe?
—Está bien. Está hablando con Su Majestad, no deberíamos interferir.
A pesar de las preocupaciones de Yvonne, Bianca estaba tranquila. Sin embargo, mientras continuaba caminando, parecía como si estuvieran huyendo desesperadamente para evitar ser atrapada por alguien. Yvonne siguió mirando hacia atrás, tratando de aferrarse a Bianca.
—Aún así, …¿por qué no espera un poco antes de continuar? Si no es Sir Gaspard, entonces Sir Robert o incluso Sir Sauveur…
—Pero Sauveur es ruidoso y Robert es molesto. Creo que hoy he escuchado suficientes historias como para una semana. Ya no quiero quedarme en el salón de banquetes.
Bianca agitó la mano como si no quisiera pensar en eso. Fue un gesto lleno de molestia. Yvonne también tenía la misma evaluación de Sauveur y Robert, pero ella estaba en la posición de servir a Bianca. Incapaz de aceptar su argumento, Yvonne abordó con cautela sus preocupaciones restantes.
—Al Conde no le gustaría mucho…
—Pero el Conde no está aquí ahora.
—Si algo sucede…
—Solo voy a salir al frente. El interior del salón de banquetes está tan mal ventilado que solo vine a recuperar el aliento. Oh, hay un jardín allí.
Bianca, ignorando las preocupaciones de Yvonne, señaló el jardín no muy lejos del salón. Yvonne suspiró y la siguió de cerca. Bianca era una buena maestra, pero su terquedad era importante.
Incluso el mayordomo, Vincent, no, incluso el conde, Zachary, no tenían antecedentes de derrotar a Bianca en un argumento. Sin embargo, sería demasiado esperar que Yvonne pudiera convencer a Bianca. Incapaz de romper el argumento de Bianca, Yvonne no tuvo más remedio que ayudar a Bianca a caminar.
Mientras tanto, el sol había desaparecido y la oscuridad se asomaba. Un candelabro que había sido previamente encendido iluminaba tenuemente su camino. Era lo suficientemente brillante como para poder ver el camino. Los árboles del jardín que se elevaban como un laberinto oscurecían su vista.
Bianca respiró hondo mientras entraba en el jardín real. No fue solo el banquete lo que la cansó. Habían pasado muchas cosas entre ayer y hoy. Estaba agotada físicamente, pero también mentalmente.
Su relación con Zachary le dio a Bianca estabilidad, inestabilidad y sentimientos contradictorios al mismo tiempo. También era cierto que su relación con Zachary fue mejor de lo esperado.
¿Habría podido disfrutar más cómodamente de este momento si no hubiera conocido el futuro?
No debería molestarse con eso, pero no podía detener fácilmente los pensamientos que se inclinaban hacia allí inconscientemente. Cuanto más avanzaba el banquete, más pensaba en ello.
El rey y el primer príncipe, el pequeño príncipe, su padre, su hermano… Bianca se quedó sin aliento tan pronto como se dio cuenta de que la mayoría de las personas allí presentes morirían dentro de unos años.
Finalmente, Bianca escapó del salón de banquetes. Inventó la excusa de que era molesto, pero en realidad estaba sin aliento hasta el punto de que ni siquiera podía darse el lujo de esperar a Gaspard o a los demás.
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