—Dios mio. La condesa tiene un corazón y un rostro hermoso. Es verdaderamente digna de ser la dama de la rosa dorada.
«Es una condesa, pero al fin y al cabo es una niña. Me perdona fácilmente con tan solo decir un par de palabras amables. De todos modos, Celine, perra estúpida. ¡Llamaste la atención del rey porque fuiste arrogante por nada…! Es patético que ni siquiera puedas conseguir un marido adecuado. Quiero saber cuánto tiempo tendré que limpiar después de esto.»
Menospreció a Bianca, que era más joven que su hija, y sus profundos pensamientos se revelaron en su rostro.
El vizconde Volne culpó a Celine, pero en cierto modo, también fue el vizconde Volne quien provocó que esto sucediera. El vizconde Volne quería convertirse en un noble reconocido en la capital. Pero su familia no tenía ventaja geográfica, ni riqueza, ni poder militar. Para que su familia despegara, no tenía más remedio que iniciar un negocio matrimonial y, por eso, siempre presionó a Celine. Incluso cuando llegó a la capital esta vez, amenazó con enojarse si no podía atraer a un joven maestro plausible.
Así que Celine siempre buscó hombres de la edad adecuada, pero fue en vano. Fue porque los jóvenes sólo prestaron atención a Bianca y a la princesa Odelli.
La princesa Odelli era originalmente miembro de la familia real, y su hermosa apariencia era una oponente incomparable. Pero Bianca era diferente.
Celine, naturalmente, se comparó con Bianca, que tenía su edad. A sus ojos, se veía mucho más agradable que Bianca de cabello castaño. Así que, ¿cuál era la diferencia?
Además, el matrimonio de Bianca era el matrimonio perfecto que Celine deseaba y nunca lo conseguiría. Inferioridad y frustración. Además, la actitud obstinada de Bianca, como si no quisiera salir con ellas, fue suficiente para volverla sarcástica. Ese fue el momento en que Celine se volvió particularmente persistente y le disgustó Bianca.
Pero, eso, el vizconde Volne no lo sabía.
«Hay muchos ojos observando ahora, pero tan pronto como regrese a nuestros aposentos, le daré una bofetada a esta niña tonta.»
Maldijo a Celine por dentro y le sonrió a Bianca con una sonrisa llena de arrepentimiento. Era una sonrisa llena de pretensión.
Pero su sonrisa no duró mucho. Fue por las palabras que agregó Bianca, sacudiendo la cabeza como si lo lamentará, en un tono tembloroso.
—Pero mire, vizconde. El honor del vizcondado no es algo que pueda perdonar. Confío en que el Vizconde se portará bien por los problemas que le ha causado a Su Majestad.
—Ja, ja, ja. ¿Qué quiere decir con causarle problemas a Su Majestad, Condesa? Nuestro vizcondado…
Lo que más evitó el vizconde Volne fue la intervención del rey. Dado que el rey aún no ha intervenido directamente, pensó que sería bueno cubrir la situación tal como está, pero el vizconde Volne se sorprendió por las palabras de Bianca, que parecieron provocar la ira del rey.
Rápidamente levantó la voz para cubrir la boca de Bianca, pero Bianca continuó hablando sin dudarlo.
—El vizconde llamó joven a la señorita, pero hasta donde yo sé, la señorita ya debe haber alcanzado la mayoría de edad. El vizconde Volne se mantuvo al margen a pesar de que su comportamiento fue tan malo que siguió rumores falsos y perturbó un banquete con enviados de otros países con historias no confirmadas. ¿No sería esto una señal del nivel del propio vizcondado de Volne?
Bianca, que hasta ahora había estado tranquila y en silencio, no perdió una sola palabra mientras discutía con el vizconde, sino que lo empujó, y todos a su alrededor se sorprendieron.
Con la retórica aguda comparable a la del Conde Davoville, llamado Lengua de Serpiente, todos se dieron cuenta claramente de que Bianca no debe ser tocada fácilmente.
El rostro del vizconde Volne se puso rojo ante las palabras de Bianca, quien acusó abiertamente a su territorio. Era imposible saber si era por la embriaguez o por la ira que le habría gustado golpear a la joven Bianca. Tal vez ambos.
Si Bianca no hubiera sido la condesa de Arno y no hubiera estado al lado de Zachary, habría sido un gran problema. Su figura al intentar exprimir su ira se infló como un volcán.
—Afortunadamente, el asunto se resolvió antes de que sucediera algo importante y el estado de Sevran no se vio comprometido, pero está claro que hubo un riesgo. Vizconde Volne. Esta es una deslealtad que ocurrió porque el vizconde estaba descuidando los asuntos de la familia.
A Bianca no le importó y continuó. Mientras casualmente sacaba a relucir lo que estaba tratando desesperadamente de ocultar, el vizconde Volne repetía palabras abusivas para sí mismo. Sin saber nada, Bianca sonrió y siguió hablando.
—Hay muchas maneras de disculparse con Su Majestad… Bueno, ¿no sería una buena idea mantenerse en silencio por un tiempo? Es un momento feliz para una boda real..
No hay necesidad de presentarse e ir en contra del corazón de Su Majestad. ¿No es verdad, Su Majestad?
Los ojos del vizconde Volne se volvieron ansiosamente hacia el rey. La esposa del héroe del reino fue insultada descaradamente en un banquete. La oponente es solo la hija de un vizconde. De qué lado se pondría el rey era un resultado obvio.
Sin embargo, la razón por la que el vizconde Volne y Celine llegaron a este punto fue porque esta era una pelea de mujeres. Había una regla no escrita en los círculos sociales de que las conversaciones no debían mezclarse incluso si una mujer y un hombre estaban sentados juntos en un banquete. Detrás del telón, hay un rincón donde el enredo secreto también se tolera en nombre del amor cortesano, pero en el escenario, se trataba de mantener las viejas reglas no escritas a fondo.
El rey no era diferente. Más bien, trató de ser un mejor ejemplo porque era un rey.
Bianca se atrevió a hablar con el rey, pero esta vez el rey la ignorará. Si el rey no interviene, puede encubrirlo bien. A menos que el rey intervenga…. de hecho, intervino en la conversación de las mujeres para encubrir el incidente, pero el vizconde Volne se aferró a la complacencia, esperando que el rey no interviniera.
—… La condesa Arno tiene razón.
—¡S-su Majestad!
Pero el rey se puso del lado de Bianca. El vizconde Volne gritó desesperadamente ante la sentencia del rey, que fue inesperadamente clara. Bianca, llevando la protección del rey a la espalda, derramó aceite hirviendo sobre el corazón atribulado del vizconde Volne.
—Espero que preste más atención a los asuntos de su familia a partir de ahora. No vaya a ser que llegue tarde y quiera encubrirlo.
El cuello del vizconde Volne parecía a punto de estallar. No era suficiente quedar en ridículo ante una mujer joven, pero no pudo reprimir fácilmente su ira porque fue humillado frente a la gente.
Si retrocede así, el Vizconde Volne no podrá poner un pie en la capital por un tiempo. Además, la duración de este período depende totalmente del capricho del rey, por lo que podría ser expulsado de la capital sin ninguna promesa.
Para el vizconde Volne, que saboreó la miel que goteaba de la capital, fue como una sentencia de muerte.
No podía permitir que sucediera eso. Como mínimo, tenía que encontrar una pareja que se case con Celine.
Este incidente ha puesto de manifiesto la carencia y la imprudencia de su hija por doquier, por lo que no podrá ni soñar con un matrimonio digno.
Sin embargo, una vez que fueran expulsados de la capital, la posibilidad de matrimonio en sí sería escasa.
El vizconde Volne no estaba preocupado por el futuro de su hija. ¡Sino por la restauración de la familia!
Como estaba pensando en vender a su hija a un precio un poco más alto, la situación actual para él era nada menos que un desastre.
Debería haber hecho callar a Celine cuando estaba hablando. En ese momento, el vizconde Volne se rió de la expresión rígida del Conde Arno, pero ahora se olvidó por completo de sus acciones y solo culpó a Celine.
De todos modos, no podía simplemente callar y retroceder. Como si le hubieran salpicado agua fría en la cabeza, se volvió sobrio en un instante. El vizconde Volne suplicó desesperadamente al rey.
—Su Majestad, por favor reconsidere. Mi hija ni siquiera tiene prometido aún. Si no puede permanecer en la capital en estas circunstancias, nunca podrá casarse.
—¿Qué tiene que ver el matrimonio de un noble local con la capital?
—Así es. Debido a que el vizconde Volne está desesperado, puede estar lanzando excusas irrazonables.
El ridículo del público que se había dirigido a Bianca antes se volvió hacia el vizconde Volne. Una risa resonó en el salón del banquete. El vizconde Volne hizo una mueca ante esto y una vez más exclamó desesperadamente.
—El estigma de no poder venir a la capital es una gran secuela para los locales como nosotros. Esta vez, mi hija fue frívola, pero ¿no es lamentable ser humillada por solo esto? Por favor, tenga piedad de mí y considere la vida de una niña, Su Majestad.
El vizconde Volne suplicó con compasión. Aunque inclinó la cabeza sublimemente, el rostro del vizconde Volne temblaba de ira.
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