—¿Qué?
La pregunta era tan absurda, que Bianca preguntó irritada.
Zachary, que estaba escuchando la historia a su lado, también tenía arrugas en la frente porque se sentía incómodo. Bianca con celos delirantes. No había palabra que encajara peor con ella que esa.
Fue tan divertido como cuando se sospechó de la relación de Bianca y Gaspard. Los labios de aquellos que conocían a Bianca se torcieron.
El conde Blanchefort estaba igualmente perplejo.
La sonrisa desapareció del rostro del Conde.
No porque creyera que Bianca padeciera ese trastorno.
Sin embargo, no esperaba que hubiera alguien tan hostil con Bianca. Sabía que la personalidad de Bianca era un poco caótica, por lo que sería difícil agradar a la gente fácilmente, pero pensó que estaría bien ya que, en primer lugar, no saldría con nadie…. Antes, por la sospecha de un affair, ahora por celos delirantes. Le desconcertó la repentina situación en la que su hija era un objetivo para las mujeres.
Pero por una vez, mantuvo la boca cerrada y observó la situación.
Creía que Bianca podría manejarlo bien,
y también porque era su esposo, Zachary, no su padre, quien tenía que dar un paso al frente en este momento.
Por supuesto, estaba dispuesto a salir sin dudarlo en una situación en la que lo necesitara. Y el hermano mayor de Bianca, Johaseng, pensó lo mismo.
Celine, sin darse cuenta de los sentimientos internos de quienes rodeaban a Bianca, continuó interrogándola, como si no fuera a perder esta oportunidad.
—Se dice que si las sirvientas le dan una mirada al Conde Arno, serán golpeadas y expulsadas. He oído historias de lo cruel que es de una de las sirvientas que fue golpeada y desnudada en pleno invierno.
Era obvio de qué evento estaba hablando Celine. Era la historia cuando Ante fue expulsada. Sabiendo que Ante estaba con ellos, no fue sorprendente que Celine dijera tal cosa.
Sin embargo, a diferencia de la casual Bianca, el rostro de Zachary estaba distorsionado.
Por mucho que supiera la verdad del incidente, Zachary estaba furioso porque Bianca fue reprendida por sus mentiras distorsionadas. Es solo un vestido y una joya. No podía entender por qué Bianca tenía que escuchar esto. No la trajo al banquete para que la trataran así.
Zachary, incapaz de contener su ira, abrió la boca para explicar los rumores distorsionados, pero Bianca lo detuvo y negó con la cabeza.
Una mirada infeliz pasó por el rostro inexpresivo de Zachary. La mirada que le preguntaba por qué no le dejaba decir nada tocó aún más el corazón de Bianca.
Celine, quien aceptó que había algo para dominar la actitud de Bianca, estaba eufórica. Así es. ¿No está tranquila porque hay algo de lo que se siente culpable? Celine no perdió el ánimo y pidió testigos para presionar perfectamente a Bianca.
—Condesa de Davoville. Llama a la criada.
La actitud de una joven vizcondesa dando órdenes a la condesa hizo que las personas a su alrededor fruncieran un poco el ceño.
Pero ahora, nada se podía ver en los ojos de Celine, quien pensó que Bianca había sido acorralada.
Cuando se le pidió que llamara a Ante, Catherine dudó. La condesa Arno no hizo nada malo. Era sólo el egoísmo de Celine para desacreditarla.
Sabía que Celine estaba internamente celosa de la condesa Arno. Pero no esperaba que llegara a ese punto. Catherine parpadeó avergonzada, pero no tenía confianza para refutar la fuerza tan feroz como un caballo salvaje de Celine. Celine abrió los ojos en un triángulo e instó a Catherine.
—Rápido.
Catherine, que era débil de espíritu, no podía soportar decir que no. Al final, no tuvo más remedio que llamar a Ante.
—… Ante. La joven vizcondesa Volne te está buscando. Ven aquí.
Ante, que había dado un paso atrás mientras servía a Catherine, apretó los dientes. Es una dama patética que no puede proteger a su doncella. Hasta ahora, había usado la indecisión de Catherine para obtener ganancias, pero ahora sólo quedaba resentimiento.
Cuando habló mal de Bianca, no pensó que pasaría esto. Su vida se había arruinado por culpa de Bianca, así que pensó en intentarlo.
¿No sería mejor pretender saber demasiado?
El problema fue que cuando se encontró con Bianca en el jardín de la princesa heredera, se enojó porque ella no la reconoció y habló impulsivamente.
Ante miró a Bianca con ojos temblorosos. Su rostro blanco, pálido, como una muñeca de cera, la miraba sin parpadear. Tenía esa expresión cuando la golpeó con su mano varias veces. Una mujer con forma de serpiente. Una mujer diabólica….
La mente de Ante estaba complicada. Lo cierto era que Bianca nunca dejaría a Ante sola. La piel de gallina apareció en el cuerpo de Ante. Como un cerdo llevado al matadero con una correa, vaciló y dio un paso adelante.
Celine no entendía los sentimientos de Ante.
¿No es solo una criada? La doncella, como pretendía, solo tenía que alinear las debilidades de Bianca frente a los demás. Celine instó triunfalmente a Ante.
—Vamos dime. ¿Cómo era la condesa Arno en el castillo?
—E-eso…
Ante no podía abrir la boca fácilmente y vaciló y miró a Bianca. Por mucho que calumniara a Bianca a su alrededor, Ante sabía que lo de los celos delirantes era una mentira. Pero decir que no sabe nada dañaría la reputación de Celine, quien buscaba establecerse aquí, por lo que Celine no se quedará quieta.
Su maestra era Catherine, pero no esperaba mucho de Catherine. Indecisa y tímida, ¿no se dejó llevar por las palabras de una joven vizcondesa?
Si la gente que la rodea quiere que Ante sea castigada, Catherine no podrá protegerla. Antes de que esto sucediera, debería haber seducido al Conde Davoville y ponerlo de su lado.
Mientras estaba en la capital, buscó oportunidades, pero fue en vano. Pensó que este banquete sería una buena oportunidad, pero terminó enredada en cosas inútiles.
Si pronuncia una sola palabra fuera de lugar, será un verdadero desastre. Entre Celine y Bianca, Ante tragó saliva. La punta de su lengua temblaba y se quedó sin habla.
—Yo…
Todos en el banquete prestaron atención a Ante. Los ojos de aquellos que infieren por qué la doncella fue convocada se movieron entre Ante, Bianca y Celine.
¿Es esta la criada de la que habló Celine antes, que fue golpeada y desnudada en pleno invierno?
Incluso en la ciudad capital con muchas bellezas, Ante era objetivamente bonita.
Muchos hombres sintieron pena por la lamentable apariencia de Ante mientras miraba a las dos mujeres nobles.
A Bianca no le importó la atmósfera que parecía simpatizar con Ante. Miró a Ante que ni siquiera podía pronunciar palabra y habló con calma.
—Ha sido un largo tiempo. ¿Es seguro decir que este resultado se debe a que te burlaste de tu propia boca?
Bianca trató de bajar la comisura de su boca que estaba a punto de subir. No podría estar más feliz. Porque era la situación a la que ella apuntaba.
Fue por esto que Bianca resistió moderadamente las provocaciones de Celine y las animó.
¡Pará qué sacara a Ante, la fuente de los rumores, delante de todos!
A mucha gente no le importaba el estigma que lleva Bianca. Para ellos, debe haber sido solo un pequeño tema de conversación para acompañar el té. Probablemente fue solo un eco que a nadie le importó lo suficiente como para que Bianca pudiera explicarlo con su propia boca.
Así que despejó el tablero. Para que la gente se interesara. Y para que la culpable se disculpara por todo el alboroto ocasionado hasta el momento.
No tenía un resentimiento particular hacia Celine o Ante. Sin embargo, Bianca necesitaba que alguien más absorbiera los rumores que la habían estado rondando. La forma más efectiva de deshacerse de los rumores era transmitírselos a otros.
Para ser honesta, a Bianca no le molestaban mucho los rumores absurdos que circulaban. Ya era familiar para ella. Sabía mejor que nadie que no le caía bien a todo el mundo, y no le dolían especialmente las malas voces de los demás. Pero los rumores sobre ella no deberían manchar los nombres de Arno y Blanchefort.
Bianca suspiró pesadamente. Bianca apartó la mirada de Ante, que inclinó la cabeza sin decir nada, y dirigió su flecha hacia Celine.
—Ella fue expulsada por codiciar a mi esposo y despreciarme mediante el uso de lenguaje abusivo. Joven vizcondesa, ¿sabía sobre eso?
—N-no….
Celine tartamudeó. Las cosas se habían puesto raras.
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