Bianca, preocupada por Zachary, extendió la mano y barrió el dorso de su mano. El calor de la suave piel del dorso de su mano lo calmó, pero al mismo tiempo, se propagó por todo su cuerpo.
Zachary conocía la sensación de esta mano tocando su piel desnuda. Y solo el pensamiento de que podría ser capaz de compartir ese sentimiento con otros lo enojaba.
Desde anoche, se han convertido en una pareja indiscutible y sólida, pero Zachary aún está ansioso. Era una tontería relajar su mente. Por el contrario, estaba más sediento e impaciente.
Aunque le hablaba a Jacob como si fuera arrogante, era Zachary quien estaba obsesionado con los celos. Sin embargo, ¿el grado de obsesión de Zachary es diferente al ser su esposo?
Zachary, que estaba tan sediento de siquiera una de las miradas de Bianca, no le podía gustar la mirada de Jacob hacia Bianca.
Soportando el dolor del ardor de las cuerdas nerviosas, los ojos de Zachary brillaron azul con ira.
La atmósfera entre los dos escaló explosivamente.
Era un asunto demasiado trivial para que el anciano rey diera un paso adelante, pero no lo suficientemente ligero como para encubrirlo. Al final, el primer príncipe Gautier intervino.
—Ja ja. Es la primera vez que Jacob siente interés por una mujer. Así que parece que no sabe cómo mantener la distancia. No debe haber tenido la intención de insultar al Conde o a la Condesa, espero que el Conde Arno sea indulgente.
Gautier trató de amortiguar el ambiente.
Aunque tanto Zachary como Jacob estaban insatisfechos el uno con el otro, el primer príncipe llegó tan lejos como para intervenir, así que no podían hacer oídos sordos a sus esfuerzos. Zachary asintió con la cabeza sin rodeos y Jacob puso fin a la conversación.
Sin embargo, el tema en sí permaneció con Bianca.
La atmósfera hace un momento fue feroz, y nadie levantó la voz abiertamente cuando el Príncipe Gautier intervino, pero continuaron hablando entre ellos.
—… Pero por algo, el segundo príncipe también es así, ¿no?
—Por cierto, incluso con su escolta….
—¿Te refieres al escolta que le dio una rosa a la doncella? ¿Le dio una rosa a la doncella pero está en ese tipo de relación con la condesa?
—Entonces podría ser otro escolta.
Los rumores provocaron más rumores.
Bianca resopló al escuchar que podría tener una relación inmoral con Gaspard entre las voces que pasaron como el viento susurrándole al oído. Qué absurdo. ¿Con «ese» Gaspard?
Cuando se sospechó de una relación con Jacob, los rostros de todas las personas de Arno se endurecieron, pero esta vez todos estallaron en una risa absurda. Sólo Gaspard, la persona involucrada, frunció levemente el ceño, pero incluso Yvonne, a quien se le confesó, no pudo contener la risa.
Pero no pudo reír. Bianca fue arrastrada así una y otra vez, como si trataran de marcarla.
Zachary, que frunció el ceño ante los rumores que revelaban el interior insidioso de alguien, estaba a punto de decir algo, pero Bianca negó con la cabeza.
—No lo hagas.
Zachary miró a Bianca, como si no pudiera entender. Sus ojos negros brillaron con fastidio.
—¿Vas a seguir escuchando esas tonterías?
Bianca sonrió levemente y tiró de la manga de Zachary. El cuerpo de Zachary se derrumbó fácilmente ante el toque de Bianca. Bianca susurró al oído de Zachary.
—Originalmente, la cosecha se hace cuando está madura.
Las comisuras de los labios de Bianca se elevaron. Aunque odiaba las cosas fastidiosas y problemáticas, no era una presa fácil.
Bianca también estaba al tanto de la existencia de rumores maliciosos sobre ella. Hasta ahora, Bianca no era conocida y solo circulaba a través de rumores, pero hoy Bianca finalmente apareció frente a la gente.
Si realmente quiere arruinarla, no desaprovechará esta oportunidad. Lo que buscaba Bianca era el momento en que apareciera su rival.
Zachary, sin darse cuenta de las intenciones de Bianca, todavía parecía insatisfecho, pero, como insistió Bianca, mantuvo la boca cerrada.
Los rumores sobre Bianca se enfriaron rápidamente ya que las partes mantuvieron la boca cerrada. También fue porque Zachary miró alrededor del salón de banquetes con una mirada sangrienta.
Bianca le dijo que se quedara quieto, pero no le dijo que no podía fulminarlos con su mirada, Zachary miró a cada una de las personas en el banquete con una mirada aguda. Los entrometidos cerraron la boca uno por uno, y pronto el tema de ellos fue enterrado entre la música y otras charlas.
En medio del banquete que se desarrollaba así, se habló de cazar entre los hombres. La caza era un juego que disfrutaban los hombres nobles. Una sensación de heroica satisfacción se elevaba en los corazones de los hombres cuando conducían caballos para perseguir presas, y las mujeres nobles que participaban en la caza criando halcones también se sentían como si fueran las mujeres guerreras de los mitos. Incluso si su registro está por debajo del ideal. Los nobles apasionados por la caza describieron exageradamente sus logros.
—Escuché que Su Alteza realizará un concurso de caza este verano. Estoy deseando que llegue. Esta vez definitivamente atraparé un lobo.
—Ja ja. Tu confianza en ti mismo es tan alta como el cielo. Yo tampoco puedo perder. El lobo es mío.
Dijeron entusiastamente. Sin embargo, no importa cuán exagerados fueran, no eran rivales para Zachary.
—No importa cuánto intentemos atrapar un lobo, ¿no terminará si el Conde Arno atrapa un oso en esta cacería?
—Así es. ¿No atrapó el Conde Arno un oso en la última cacería? He oído rumores de que las pieles de oso ofrecidas por el Conde siguen adornando el dormitorio de Su Majestad….
La conversación fluyó naturalmente hacia Zachary. La risa de aquellos que estaban preocupados de que Zachary barriera su presa se borró.
—Ja ja. El Conde Arno cuidará de ti hasta cierto punto.
—Oye, recuerda este torneo. ¿No derrotó a su oponente sin piedad solo porque vino con la Condesa?
Una vez más, la conversación giró hacia Bianca. Sin embargo, como si hubieran olvidado la atmósfera áspera anterior, los hombres continuaron mirando a Zachary emocionados.
Pero esa era una historia limitada a los hombres. Una por una, las mujeres que habían estado silenciosamente ausentes de la conversación comenzaron a hablar con Bianca.
— ¿La condesa ha cazado alguna vez?
—No. Hace poco aprendí a montar a caballo.
—Oh, montar a caballo es una cultura, ¿no?
Una esposa noble levantó la voz como si estuviera exageradamente sorprendida por la respuesta de Bianca. Bianca no podía recordar quién era, pero la doncella de Bianca, Yvonne, la recordaba claramente. Era uno de los nobles que había conocido junto a Ante antes.
Ella era Celine, la joven vizcondesa de Volne. A diferencia de otras mujeres aristocráticas que estaban casadas, ella, aún soltera, llegó a la capital soñando con un romance con un hombre decente.
Pero toda la atención de los hombres se volvió hacia la condesa Arno. Le habría disgustado menos si Bianca hubiera sido tan hermosa como la princesa Odelli. Pero para Celine, no había nada especial en Bianca. Solo el segundo príncipe coqueteaba con ella, y los hombres que sentían que era una gran mujer simplemente se aferraban a ella como inercia. También tenía envidia de su atuendo extravagante. Cada vez que se enfrentaba a Bianca, el autoestima de Celine se hacía añicos.
Y no era solo Celine quien tenía resentimiento hacia Bianca. Las otras mujeres tomaron el gancho que Celine plantó.
—Entonces no podrá cazar.
—Si ni siquiera puede montar a caballo correctamente, no podrá adiestrar halcones.
—Así es…. A menudo hacemos cetrería entre nosotras, pero desafortunadamente, la condesa Arno no podrá unirse.
(N/T: La cetrería es el arte de adiestrar aves rapaces para cazar animales libres en su medio natural.)
Se burlaron de Bianca como si no tuviera la habilidad para criar un halcón. Todas se rieron y miraron a Bianca. Se preguntaban cómo reaccionaría ante este insulto.
¿Su rostro se distorsionaría por la ira? ¿O bajaría la cabeza avergonzada?
Pero no hizo ninguna de las dos. Bianca tomó un sorbo de vino. Sus ojos verde pálidos eran tan indiferentes que parecía como si no hubiera escuchado su conversación.
Más bien, el cuello de su esposo, Zachary, se puso caliente. Como no era de buena educación que un hombre interviniera en las conversaciones de las mujeres y las intimidara, pensó en cómo defender a Bianca sin ser una molestia. Pero no había una manera correcta.
Podía sentir sus dientes apretados bajo su rostro frío.
Bianca bajó su mano imperturbable debajo de la mesa y palmeó el muslo de Zachary. Como si acariciara la cabeza de un perro, sus tensos muslos se aflojaron un poco.
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