El Maestro se quedó en silencio ante mi solicitud y dejó la taza de té vacía que sostenía.
Me sentí nerviosa y tragué saliva ante su inusual reacción.
Lentamente empezó a hablar, con una mirada seria.
—… ¿Cuánto quiere saber sobre ese hombre?
—¿Cuánto me puede decir?
Pensó un poco mientras presionaba sus dedos.
Parece que es bastante difícil, ya que es un príncipe de una de las familias más prestigiosas.
No puede negarse. Ya está investigando a Louis Gargell …
Bebí un sorbo de té, dándome por vencida a mitad de camino.
Después de pensarlo un rato, abrió lentamente la boca.
—Creo que es posible conocer su altura y peso. Incluso el tamaño de su pie si quiere …
—¿Eh?
—Las áreas más sensibles son un poco … Por supuesto, no es que no tenga confianza.
Mientras continuaba, casi escupí el té que estaba bebiendo.
Por supuesto, es probable que haya señoritas en toda la academia que quieran saber el tamaño de los pies de Isidor, el ancho de los hombros y la circunferencia de los muslos; pero no soy un fan obsesivo de desenterrar información personal sensible como esa.
—¡¿Quién se cree que soy?! No quiero nada de eso, debe haber escuchado algo sobre su reputación secreta detrás de escena o un rumor.
—Algo como eso…
Los ojos del Maestro temblaron como los de una muñeca. Parecía que estaba sorprendido por su suposición equivocada.
Me veía como fan de Isidor. También me sorprende.
—Reputación y rumores…. Eso es lo que quiso decir.
—Ese hombre. Parece haber algo sospechoso, así que míralo.
Como parecía haber minas terrestres en todas partes que no aparecían en el trabajo original, tenía la intención de averiguar a Isidor de antemano.
—… Ver esa cara y sospechar …
Había estado murmurando sobre algo desde antes.
—¿Qué dijo?
—Decía que acepto su solicitud de investigar si Isidor Visconti es una persona sospechosa.
Respondió con voz áspera y sirvió té en la taza vacía.
Esta vez, agregó 5 cucharadas de azúcar. Parecía que le gustaban bastante los dulces.
Agitó la cucharadita violentamente con una expresión fría mientras me miraba con sus ojos minerales.
—Princesa. ¿Terminó con su negocio?
—No. Me gusta el aroma de este té, así que estoy pensando en beberlo todo.
—El té cuesta 1 oro.
—¿Qué? Eso es demasiado caro, cuando ni siquiera hay postre.
—Soy una persona de gran calidad.
Solo es caprichoso. Mientras miraba inconscientemente al Maestro, que parecía resentido, rápidamente comencé una conversación.
—Por cierto, ¿vende este té en Maisond?
Le pregunté, dándole una joya con perlas.
—Es un té caro.
Pareciendo un poco molesto, estrechó su mano enguantada negra, como si no quisiera aceptarlo.
Guarde el collar en mi bolso, sintiéndome afortunada.
«Eso es raro. Dice en la novela que el Maestro cobra un precio por cada pregunta».
—Es la hora del té ahora, así que no tengo intenciones de trabajar.
Ah, no quiso que le preguntaran.
—Eso es lamentable. Estaba pensando en hacer una buena propuesta durante la hora del té.
—Si me dice cómo domesticó a mi Cookie, la escucharé.
—Está bien, hablaré, así que escúchame. Es un trato que no le causará pérdidas.
—Vaya, es muy terca.
—¿Recién ahora sabe que soy este tipo de persona?
Es tan cómodo estar en posesión de un personaje como este.
Incluso si hablo mal de alguien o actúo condescendiente, todos dirán que era Deborah siendo simplemente Deborah.
Saqué un trozo de papel de mi bolsillo y lo puse tercamente sobre la mesa.
—¿Qué opinas?
Bebió un sorbo de té con indiferencia; y luego, como si estuviera interesado, comenzó a observar el dibujo en el papel con los brazos cruzados.
—Esto. ¿Qué es ésto? ¿Una mujer…?
—Correcto.
Lo que dibujé fue un logo morado icónico con una mujer.
Es mi marca de café.
Lo dibujaba de vez en cuando, siempre que las clases en la academia eran aburridas.
Este cuerpo nació con tan buena destreza que pude hacerlo con la vibra de un logotipo diseñado profesionalmente que había visto en mi vida anterior.
—Es una imagen esquemática y elegante. También es única. ¿Lo dibujó usted misma?
Comenzó a mostrar un poco de interés, como si fuera sorprendente que yo supiera dibujar.
—Así es, lo dibujé. Estoy pensando en dirigir un negocio de postres con este logo.
Fue algo bueno que no tuve que explicar hasta el más mínimo detalle qué era un logotipo de marca, ya que aquí existía el concepto de «sello».
—¿Por qué las tiendas de postres necesitan logo? ¿Para que se sienta grandioso?
—Es necesario que la gente lo recuerde. Planeo seguir expandiendo sucursales con este logo púrpura a una segunda tienda, una tercera tienda e incluso una tienda número 100. Instalaré una tienda en las afueras del Imperio, e incluso en una isla. Solo mirar el color púrpura hará que la gente del Imperio piense instintivamente en este logo.
—¿Cómo es posible expandir las sucursales sin cesar? Debe haber un límite para la mano de obra y el dinero que posee. Incluso el Emperador no puede hacer eso.
Mis ojos brillaron tan pronto como el Maestro mordió el anzuelo.
—No tengo que usar mi propia mano de obra. Puedo alquilar el nombre de la empresa a otras personas.
—¿Alquilar el nombre de la empresa?
Sus ojos se abrieron en estado de shock.
—Así es. Será muy fácil, siempre que la tienda principal tenga éxito. Ofreceré una segunda tienda, con el mismo menú e interior que el café principal, a aquellos que quieran reducir la competencia. A cambio, me pagarán una tarifa por el alquiler del nombre y por proporcionar conocimientos técnicos.
—… Esa es una idea asombrosa.
Para mi sorpresa, después del «paraíso fiscal», el Maestro pareció comprender de inmediato el concepto de «franquicia».
La velocidad a la que asintió con la cabeza fue fenomenal. Puede que yo sea una capitalista moderna, pero él no lo es.
Escondiendo mi disgusto, continué.
—Para su información, si tiene más sucursales, puede reducir el precio de costo de las materias primas, como la harina y las hojas de té, comprando grandes cantidades.
—Es una forma de hacer negocios en la que cuantas más empresas obtenga, más rentable será para la persona que proporciona el nombre comercial.
—Así es. Pero si expande las tiendas de manera demasiado imprudente, no será bueno.
—No es de extrañar. Si los distritos comerciales se superponen, me haré daño. También sería difícil mantener la calidad. Pero, princesa.
—¿Hm?
—¿Por qué comparte conmigo esta forma única de expandir sucursales?
Es extremadamente ingenioso.
—Forma una sociedad conmigo.
Cogí la hoja de papel con el logo morado.
—Invierte en esto.
Abrir un café era mi sueño en mi vida anterior y, como adicta a la cafeína, tampoco podía permitirme perder mi Ice Americano.
«Estar en el negocio y trabajar en áreas que le interesan es bueno para la salud mental».
Además de eso, investigué sobre el negocio de los cafés tres veces como un proyecto grupal durante la clase de artes liberales relacionada con el marketing.
En ese entonces, no tenía dinero para iniciar un negocio, así que me preguntaba por qué estaba investigando; pero lo estoy usando en esta vida.
—Por favor, enséñeme sus conocimientos empresariales. Cosas como la gestión de la mano de obra, las recetas y la adquisición de materias primas.
Como no tengo experiencia práctica, podría disminuir el ensayo y error si me asociara con él, que dirige varias tiendas. Además, podría ahorrar tiempo.
—Para su información, tengo muchas ideas para hacer que una tienda de postres sea un éxito. La idea de alquilar el nombre de la empresa es solo una parte muy pequeña.
—Una pequeña parte …
—Además, voy a poner mi creatividad en esto.
Lo miré directamente, que estaba intrigado.
—¿Qué opina? ¿Está interesado en mi negocio?
Pensé que estaría preocupado por un momento, pero el Maestro dio una respuesta positiva de inmediato.
Ese día escribimos un acuerdo de asociación.
Y así, mi negocio de cafés, que coloreará todo el Imperio Azutea de púrpura, dio su pequeño primer paso.
***
«Cuanto más lo piensas, más brillante es. Vender un nombre comercial en lugar de un producto … »
Es posible que la princesa Deborah no tenga experiencia en abrir una tienda real, pero tenía una perspectiva única sobre el dinero.
Se podría decir que es una supuesta genio. No hay forma de que se atreva a rechazar la solicitud de inversión que ella sugirió.
«Ella es realmente atractiva».
Mientras miraba el sello púrpura que ella había dejado, Miguel, que se había estado escondiendo en la parte de atrás durante toda la solicitud, apareció de repente.
Tenía una expresión terriblemente demacrada.
Porque había gastado toda su energía en tratar de contener la risa.
En el momento en que la princesa pidió investigar al príncipe Isidor, incluso apretó sus muslos para contener la risa.
«Experimenté mis límites. Casi me atrapan».
Nunca esperó que apareciera un rival sorpresa llamado «contenga la risa» mientras se escondía en las sombras.
«No puedo creer que haya encontrado mi risa perdida. Quiero decir, ella es bastante agradable «.
Mientras elevaba un poco su juicio sobre la princesa Deborah, Miguel abrió la boca con ojos delicados.
—Príncipe. Recibió una solicitud realmente difícil. El Príncipe debería aceptar esta solicitud personalmente.
—¿Es esta una situación divertida?
—¿Cómo es eso posible? La princesa Deborah también es muy desconsiderada. ¿Cómo puede solicitar una verificación de antecedentes sobre el sucesor de la gran familia Visconti? Realmente no teme nada.
—Pareces menos temeroso …
Miguel se apresuró a cambiar de tema cuando vio a Isidor chasqueando su gran mano.
—P-Por cierto, tuvo la oportunidad de extorsionarla enormemente por la tarifa de solicitud; ¿Por qué no pidió un precio adecuado?
—He recibido suficiente para la solicitud.
Isidor recogió el logo dibujado por la princesa.
—¿Qué significa este logo con una mujer? Es genial, pero …
— Riqueza.
—No tengo idea de lo que el Príncipe está haciendo estos días.
—… Ejem.
Isidor miró a Miguel, que no entendía la expansión empresarial propuesta por la princesa, y chasqueó la lengua para sus adentros.
«Eso es un hecho.»
Como Miguel, la mayoría de los aristócratas ignoraban la ley llamada dinero y pensaban que las actividades comerciales no eran nobles.
La princesa Deborah era un caso único.
Ella debió haber crecido en un ambiente aristocrático más que nadie, pero la última vez fue un fondo secreto ilegal, y esta vez fue una propuesta de asociación.
«No tengo idea de lo que pasa por la cabeza de la princesa».
En lugar de aliviar un poco su curiosidad por la princesa Deborah, no ha podido acercarse a ella hasta ahora, ya que ella es muy cautelosa.
Isidor golpeó la mesa y abrió la boca con ojos serios.
—Miguel.
—Sí. Príncipe.
—¿En qué tipo de estilo crees que estaba más interesada la princesa Deborah?
—Ella siempre pasaba con indiferencia; pero cuando el Príncipe se puso la levita negra, parece que lo miró fijamente durante un segundo.
—Entonces, a ella le gusta el estilo masculino.
Isidor murmuró con expresión seria.
—Debería presionar con eso.
—Pero hay algo que aún no he probado. Echa un vistazo.
De repente, Isidor se quitó la túnica negra y el brazalete y sacó algo del cajón.
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