—Deborah, ahora que lo pienso, tu cumpleaños está a la vuelta de la esquina.
El duque Seymour, que estaba sentado frente a mí, de repente dijo, mientras miraba el tablero de ajedrez. Tomé la reina y asentí.
—¿Qué tal pasar este cumpleaños tranquilamente sin demasiados invitados? No hemos podido revelar quién está detrás de ti….
Todavía no había compartido las pistas que encontré en mi diario con mi padre.
«Aunque hemos deducido los antecedentes, no hay evidencia concluyente para investigar a la familia imperial».
La reina favorita del emperador me está apuntando.
Era un oponente muy difícil, es por eso que tengo dolor de cabeza.
Pensativa, en lugar de responder a la sugerencia de mi padre, atravesé el tablero con un alfil negro y derribé el alfil blanco.
Mi padre se frotó lentamente la barbilla mientras observaba las fichas negras precipitarse hacia el campamento enemigo.
—Es un movimiento atrevido. Como tú.
¿Como yo?
Ante su comentario, de repente sentí una sensación de exasperación.
Solía pensar en mí misma como tímida y callada, pero ¿cómo sucedió esto?
«Pero. Tomé la maldita resolución de que si hubiera una próxima vida, no viviría como un hogu*….»
(N/T: una persona que es usada por todos para su propio beneficio.)
Recogí al caballo, recordando esa fuerte determinación.
Las fichas fueron y vinieron varias veces, y al final, el rey de mi padre quedó rodeado por mi Reina y mi caballo, y fue imposible moverse.
—Mate.
Pensó por un momento, moviendo su caballo de un lado a otro, y finalmente declaró la rendición.
—Renuncié al alfil a propósito para empujar al rey en esta dirección. Ni Enrique ni tú cuidaréis de este padre.
Murmuró lamentablemente y se apoyó en el suave respaldo.
Mientras jugaba, el sol se había puesto, el cielo estaba negro y la nieve estaba esparcida en la oscuridad.
En medio del silencio en la oficina. Los ojos plateados del duque Seymour se hundieron tenuemente.
No lo muestra frente a mí, pero después de que me emboscaran en la Biblioteca Real, ardía con una fuerte hostilidad.
Hasta cierto punto, movilizó a soldados privados para desempolvar incluso a un grupo de cultistas no relacionados con la magia negra en un día lluvioso, mordiendo al Marqués François con un caso de evasión de impuestos y bloqueando la línea financiera del lado de Mia.
Pero incluso el duque ya debe saber que cortar la cola, no la cabeza o el cuerpo, es inútil.
—Padre.
—Sí, dime.
—Este año, mi cumpleaños será más especial que cualquier otro como Princesa Seymour. Tuve el debutante más exitoso del imperio y me convertí en la reina de la competencia de caza, pero es aburrido si sigo en silencio, ¿no es así?
—.……
—Por supuesto, no tengo intención de invitar invitados a esta casa, obviamente.
Susurré como si contara un secreto.
— Voy a dar una fiesta a bordo.
—.… ¿Una fiesta a bordo?
Al escuchar mis palabras, levantó las cejas.
—Si. Recibí un bonito barco como regalo.
El remitente del regalo a escala asombrosa fue Isidor, un noble del sur con un gran puerto y con decenas de barcos.
«¿Es posible llevar ese gran barco a la capital?»
Después de hacer flotar el barco que recibí como regalo en el río Renee que fluye alrededor del distrito de Horun, decidí celebrar una fiesta a bordo.
—Tch….
Mientras chasqueaba la lengua, estrechó ligeramente la frente.
Esperaba que señalará mi vanidad y lujo, pero las palabras que salieron de su boca fueron sorprendentes.
—Como padre, aún no me he decidido por un regalo para ti, pero ya prepararon un barco como regalo. ¿A quién diablos se le ocurrió esa idea?
—……
—Pensé que era hora de buscar un par de joyas. ¿Cómo se le ocurrió semejante idea…?
—No esperaba que Isidor me regalará un barco.
El Duque de repente me pidió mi opinión con una expresión seria y solemne.
—…. Deborah. ¿Qué piensas de las minas donde se extraen rubíes?
—Es realmente, realmente increíble. Mi corazón simplemente se cayó.
—¿No es una mina mejor que un barco?
—Hmmmm. Después de todo, la tierra es lo mejor para la gente del Este.
No había otra razón para negarme a recibir un regalo caro, así que respondí con calma, y el duque aclaró su expresión dura y sonrió suavemente, acariciando mi cabello con su gran mano.
—Sí. Esta es mi hija.
Era un poco vago decir si fue un cumplido o un insulto, pero mi padre parecía estar disfrutándolo mucho, así que sonreí.
* * *
—¿Qué demonios es eso?
Sobre las marinas aguas del río Renee.
Aquellos que presenciaron amarrar un barco de última generación, de dos pisos y con una forma elegante, murmuraron con asombro.
El barco blanco que parecía ser cuatro o cinco veces más grande que un yate o un bote pequeño, llamó la atención de los transeúntes ya que era difícil de ignorar.
Y no pasó mucho tiempo antes de que la gente supiera quién era el dueño del elegante barco.
—Dijeron que el duque Visconti le dio el barco a la princesa Deborah.
—Para presentar un barco tan blanco y hermoso. Es tan romántico.
En las novelas románticas recientes, los señores del sur con cabello rubio estaban de moda.
—¿No crees que sería genial ver la puesta de sol y la vista nocturna mientras sales en ese barco?
—Dicen que el barco se llamó ‘Debiho (號*)’ por el apodo de la princesa.
(N/T: sufijo de barco.)
Mientras todos envidiaban el regalo especial
de cumpleaños de la princesa Deborah, la noticia de que un diamante color lavanda había aparecido a la venta en la casa de subastas se volvió viral.
A diferencia de los diamantes rosas, de los que inicialmente había unos tres en stock, había un rumor de que el diamante de color lavanda era único.
—Un diamante lavanda está saliendo en este momento. Parece planeado.
—Mmm…… Si. Si es lavanda, inmediatamente me viene a la mente un rostro.
—Creo que sé quién es aunque no me lo digas. Es la persona de la que más se habla en el mundo social en este momento.
—La perspicacia comercial del distribuidor de joyas es inusual.
—Una vez que lo ves, no puedes quitar los ojos del misticismo de esa joya.
Un diamante lavanda con el misterio de la luz del amanecer.
Era como una joya para la princesa Deborah, y todos los que estaban pensando qué regalarle por su cumpleaños tenían pensamientos similares.
—Ese diamante lavanda…. No creo que sea un mal regalo para el cumpleaños de mi hermana, ¿verdad?
Belreck exclamó con un golpe.
—¿A quién en el Imperio le quedan tan bien las joyas moradas como a ella? Consigamos ese artículo de inmediato.
En ese momento, el duque Visconti había presentado un nuevo barco, y su padre le había regalado una mina, por lo que quedó fuera de nominación.
Valía bastante la pena hacerlo.
—Por cierto, Belreck-nim…
El vasallo abrió la boca con cuidado.
—¿Qué?
—Rosad-nim también expresó su intención de participar en la subasta de joyas. Antes de escribir el precio, creo que sería bueno saber el rango de precios que está considerando la otra parte.
—¡Maldición! ¡¿Por qué siempre piensa lo mismo que yo?!
No fue solo Rosad.
La familia Baslein, que se había beneficiado enormemente del negocio de los seguros, también participó en la oferta, y la noticia de que incluso la 5ª Princesa entró en la competencia sacudió el mundo social.
—Princesa. ¿Cuánto ofertó?
Thierry preguntó con expresión de curiosidad, y la 5ª Princesa entrecerró los ojos.
—Este espía. ¿Crees que no sé que tienes un pedazo de corazón negro por la princesa? Si es un precio razonable, ¿estás pensando en escribir un precio un poco más alto que el mío?
—No tengo dinero.
Thierry dijo con orgullo.
Era cierto que no tenía ni un centavo en la mano.
Pero en este caso, parecía que podía pedirle dinero prestado a su madre. Porque la princesa Deborah fue la benefactora que rescató a su madre de la grieta en el bosque del cielo.
—Hmm. Cierto, no debería haberme preocupado.
La 5ª princesa susurró el precio que había escrito para ganar la licitación con una expresión lastimera.
El precio era tan absurdo que Thierry ahogó una sonrisa.
—Como había planeado, el regalo de la princesa Deborah debería ser esa extraña raza de caballos criados en el territorio.
—Tampoco es un mal regalo.
—Es tan competitiva que ni siquiera me atrevo a confrontarla.
—Incluso yo no estoy segura de si podré ganar la subasta o no. Los gemelos Seymour están elevando los precios de manera competitiva.
Lo que es seguro es que la competencia detrás de escena es mucho más feroz ahora que en los días de los diamantes rosas.
Ahora los gemelos Seymour tienen la oferta más alta e incluso la empatan continuamente.
Por otro lado, Isidor, el propietario de los diamantes de colores y propietario de〈Diana〉, una empresa de distribución, estaba tomando té mientras miraba el estado del precio de las ofertas y la lista de participantes.
«Todos están trabajando duro».
Después de todo, la persona que ganaría la puja por la joya se había decidido desde el principio.
«¿Por qué todos piensan que el barco es el único regalo?
«…. ¿Me veo tan tacaño?»
Isidor hojeó la lista de aspirantes a la puja, pensando que sería absurdo si otros lo escucharan, y luego detuvo su mano.
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