Cuando se le preguntó qué quería, Deborah tardó mucho en responder.
«¿Por qué finges preocuparte por eso?»
El duque de Seymour tenía curiosidad.
Deborah, que estaba luchando con algo, pronto abrió la boca.
—Entonces … Por favor, invierta en mi negocio.
—¿Eh?
El duque de Seymour tuvo que dudar de sus oídos esta vez, no de sus ojos.
Por supuesto, pensó que ella le pediría que pujara por el diamante rosa que estará en subasta en tres días, pero no podía creer que ella le estuviera pidiendo que invirtiera.
—¿Quieres decir que quieres hacer algún negocio y quieres que yo lo financie?
—Sí.
—Eso es absurdo. ¿Por qué de repente estás pensando en eso?
—Se me ocurrió una buena idea de negocio mientras estaba en confinamiento.
—… Mmm.
El duque no creyó las palabras de Deborah.
Los nobles azuteanos tenían la tendencia a menospreciar el comercio. Esto se debió a que generalmente eran los nobles con herencias insuficientes los que optaban por esto como una forma alternativa de mantener sus finanzas.
El hecho de que Deborah, que estaba familiarizada con la forma de pensar aristocrática, de repente decidiera hacer negocios, hizo que el duque sospechara mucho.
—Entonces, ¿cuánto necesitas?
Aunque sospechaba, prometió cumplir con cualquier solicitud. Entonces, él no la interrogó y solo preguntó al respecto.
En lugar de responder, Deborah escribió un número en un papel y se lo entregó al duque.
Tan pronto como vio la cantidad escrita en el papel, inclinó levemente la cabeza.
«¿Quizás se perdió uno cero?»
Esta cantidad era menos de lo que solía tratar con el incidente que Deborah tuvo con el anciano de la Asociación de Hechicería cuando era niña.
—¿Hacer negocios, con tanto?
… Como era de esperar, es sospechoso.
Pero al mirar su expresión seria, parecía tener su propio significado, por lo que el duque no lo cuestionó.
Recientemente descubrió que su hija no es una idiota indefensa, sino una niña con un lado meticuloso.
Entonces, pensó que esperaría y vería por ahora.
—Muy bien, le diré al administrador que te envíe la cantidad de monedas de oro que deseas.
—Gracias. Padre.
Los ojos de Deborah brillaron como si estuviera feliz.
Ahora que lo pienso, tenía esos ojos brillantes cuando él derretía la nieve helada con magia de fuego.
Esos ojos estimularon solo un poco el amor paternal del duque. ¿Debería decir que quiere darle más …?
«Creo que estoy en problemas.»
Ante el pensamiento inusual, el duque tosió ruidosamente y se levantó de su asiento.
—Tengo algo que hacer, así que me pondré en marcha. Dame la carta la próxima vez.
—Sí.
—No necesitas verme, vuelve a tus estudios.
Fue incómodo incluso decir eso. Deborah está estudiando por iniciativa propia.
«Siento que ella está creciendo …»
Mientras caminaba hacia su oficina de un humor indescriptible, el duque se detuvo de repente.
Porque finalmente se había dado cuenta de por qué su hija de repente estaba hablando de hacer negocios y pedir monedas de oro.
«Veo. Ella realmente está creciendo».
Si se le ocurría una buena razón para que la inversión empresarial cumpliera con su exigencia de decir lo que quería, entonces tenía sentido.
«No puedo creer que estés aliviando la carga de mi corazón de esa manera.»
El duque dijo que nunca compraría el diamante rosa para su hija, y lo expresó varias veces frente a los vasallos.
Deborah cambió intencionalmente su atención a los negocios en lugar de a las joyas.
Incluso aliviando la carga financiera estableciendo deliberadamente una baja inversión empresarial.
«Estoy impresionado.»
Pensó que sería una idiota por el resto de su vida, pero de hecho hay niños que crecen tardíamente.
El duque de Seymour, que exageró y sobrestimó las acciones de su hija, llamó a su ayudante con rostro decidido.
En este punto, parecía que tenía que darle la joya, sin importar lo difícil que fuera.
No, él quería.
—Ese diamante rosa, haz todo lo que puedas para ganar la subasta.
¿No debería demostrar que, como padre, es más generoso que sus hijos?
—Escribe un precio que sea incondicionalmente más alto que el del hijo mayor de la familia Montes. No importa cuánto.
—Sí, excelencia.
Tres días después. La casa de subastas se volvió al revés por los resultados inesperados.
No solo por la oferta ganadora sin precedentes, sino también porque el dueño de la joyería que causó revuelo en la sociedad era Seymour y no Montes.
***
Mientras esperaba las monedas de oro enviadas por el duque, garabateé en el cuaderno.
Hay tres razones por las que le pedí al Duque una inversión comercial.
Primero, no necesito joyas, por lo que parece mucho más plausible que simplemente pedir dinero.
En segundo lugar, estar inmerso en un negocio puede ser un buen pretexto para retrasar el matrimonio.
«Porque en todo el mundo, es más común ser difícil para los desempleados que para los ocupados».
Sobre todo, como llevo 24 años luchando como esclavo de una sociedad capitalista, decidí que si entraba en un negocio sería bastante competitiva.
Debo ahorrar algo de capital también; y mientras pasaba tiempo planificando elementos comerciales, el administrador trajo una caja grande.
«¡Monedas de oro! ¡Han llegado las monedas de oro!»
Apenas mantuve mi cara de póquer y abrí la caja.
«Es refrescante ver monedas de oro después de ver solo joyas «.
Mientras miraba la bolsa llena de monedas de oro, en éxtasis, descubrí un lujoso estuche de terciopelo enterrado en un lado de la caja.
¿Qué es ésto?
Tan pronto como abrí la caja de terciopelo, confundido, casi me desmayo.
Porque dentro de la caja cubierta con tela negra había un collar de diamantes en forma de corazón, que emitía un brillo rosa brillante.
Dejé de respirar cuando vi el collar representado en la novela por el que Philap había ganado la licitación.
«Esto, ¿por qué está esto aquí?»
En la obra original, se trataba de una joya que estaba en manos de la heroína porque Philap había ganado la subasta.
Esto no es falso, ¿no es así?
Parpadeando lentamente, nerviosa, encontré una garantía y la carta del Duque dentro del estuche.
[Deborah. Con mucho gusto aceptaré tu consideración por mí. Sin embargo, seguí preocupándome por darte solo una pequeña cantidad de dinero como recompensa por las preciosas cartas… Sé exactamente lo que quiere mi hija, así que no es razonable fingir que no … (…)]
Tan pronto como leí la carta, sentí que mi presión arterial aumentaba.
—¿Aproximadamente 40 millones de wones en dinero coreano es una cantidad pequeña?
(N/T: 40 millones de won son aproximadamente unos 30 mil dólares.)
¿Y qué quiere decir con «consideración»?
De ninguna manera, pensó que pediría mil millones, pero como pedí solo 40 millones, ¿estaba siendo considerado?
«Ser una villana es mucho mejor».
Murmuré, de un humor ridículo.
Cuando era Yoon Do Hee, era natural ser siempre considerada; entonces, si cometía un error, solo me criticaban.
Pero acá, me alaban por ser considerada debido al sentido común de que solía ser una persona malvada.
He estado viviendo mi vida mal.
Al tener algún tipo de sentimientos encontrados frente a las joyas caras ese día, descubrí una pista inesperada.
Mucho más valiosa que las monedas de oro.
«Esto…»
***
3.-Mujer sospechosa
—Maestro, se dice que el diamante rosa subastado hoy fue el de mayor precio entre los artículos de la casa de subastas. Felicidades.
Gerard, líder del gremio «Blanchia», que había regresado con información de la feroz casa de subastas, le dijo al Maestro del Gremio la buena noticia.
Obtuvo una ganancia que superó los costos operativos del gremio durante un año, pero el Maestro solo acarició el pelaje dorado de una bestia gigante, sin agitación.
No sé lo que está pensando.
El hombre era relativamente joven para ser el maestro del gremio.
Sin embargo, debido a la expresión de la máscara, no podía leerlo más que el maestro anterior, que era como un viejo zorro.
Era lo mismo que las habilidades de este maestro, tampoco podían medirse.
Desde principios del año pasado, el Maestro de Blanchia ha invertido en secreto en una alquimia extraordinaria que cambia el color de los minerales.
Aunque los pasos del Maestro en esta extraña investigación fueron insatisfactorios, las dudas de Gerard se resolvieron rápidamente.
Con la alquimia que cambia el color de los minerales, el Maestro dijo que presentaría «Diamantes de colores» como un producto representativo de la joyería dirigida por el gremio.
«Si un diamante es de color, ¿es un diamante? El maestro es muy extraño.»
Era el primer producto que salía al mercado, por lo que estaba muy preocupado por la respuesta, pero fue una preocupación infundada.
El Maestro, que se enteró por un informante del color de cabello de la mujer con la que Philap Montes estaba obsesionado, usó la alquimia para crear un diamante rosa, que tenía el mismo color que su cabello, y difundió en la ciudad el rumor de que era un objeto extraño.
Como era de esperar, Philap Montes, que buscaba el regalo para esa mujer, mordió el anzuelo; e incluso la hija del duque de Seymour, conocida por su vanidad, comenzó a codiciar el diamante rosa después de enterarse de que era el único en el Imperio.
A medida que se intensificaba la competencia entre las prestigiosas familias, la atención a las joyas aumentó sin saberlo, y más y más personas querían hacer una oferta exitosa.
Al final, el Maestro pudo vender el diamante en forma de corazón por cientos de veces más que el precio del diamante original.
Aunque el beneficio inmediato fue grande, fue muy alentador que el valor de los «Diamantes de colores» fuera muy valorado en el mercado.
Era obvio que el diamante de gota de agua azul cielo, que estaba programado para lanzarse después de esto, se vendería a un precio astronómico.
Las joyerías, que se dice que han monopolizado la distribución de joyas raras, también aumentarán su popularidad.
«Las habilidades comerciales del maestro están más allá de la imaginación».
Y no se trataba sólo de joyas.
Estaba convencido de que si fuera por dinero haría cualquier cosa. Como jugar a un juego.
Incluso hace cuatro meses, se hizo cargo de una panadería en quiebra y la transformó en una tienda de postres de clase alta que vende solo una cantidad limitada de dulces al día.
¿Quién hubiera pensado que una panadería sin clientes se convertiría en la tienda de postres representativa del distrito de Yones?
Gracias a eso, las monedas de oro se amontonaban como montañas en la bóveda de Blanchia.
—¿Por cuánto se vendió?
Gerard, cuyos ojos estaban asombrados, recobró el sentido ante la pregunta del Maestro.
—Aquí, puede comprobarlo.
Gerard colocó cuidadosamente los papeles sobre la mesa con la oferta ganadora final por el diamante rosa.
Mientras el hombre que examinaba los papeles fruncía el ceño, la enorme bestia a su lado gruñó, entrecerrando las pupilas.
Obtuvo una ganancia sin precedentes, pero Gerard se puso pálido mirando al Maestro aparentemente insatisfecho.
—El Duque Seymour lo tomó.
El Maestro dejó los papeles con expresión misteriosa.
El hecho de que el duque de Seymour ganara la joya significa que su hija, Deborah Seymour, se convirtió en la dueña del diamante rosa.
—Naturalmente, pensé que Mia Binoche se apoderaría de él.
Las predicciones del Maestro se equivocaron dos veces hoy.
Esperaba que la joya se vendiera a un precio inferior al de la oferta ganadora real, y estaba convencido de que el postor ganador sería Philap Montes.
¿Subestimé demasiado a Deborah Seymour?
Recordando la información recopilada por los miembros del gremio sobre Deborah Seymour, el hombre jugueteó con las monedas de oro apiladas como una torre sobre la mesa.
—Sabía que era hija del duque, pero … ¿me perdí algo?
El hombre de boca torcida lanzó una moneda al aire y la atrapó con el dorso de la mano.
Jugó con las manos hasta que aparecieron las caras de la moneda y de repente abrió la boca.
—Gerard.
—Sí. Maestro.
—¿No te pedí que vigilaras de cerca a los nobles de alto rango?
Mostrando su disgusto, el Maestro ordenó al informante a cargo de la familia Seymour que investigara a Deborah nuevamente.
Sin embargo, una semana después de dar tal orden, un cliente completamente inesperado apareció frente a él.
«¿Cómo diablos llegó Deborah Seymour aquí?»
Mientras miraba a Deborah Seymour, vestida con una capucha negra, el maestro del gremio de Blanchia, Isidor Visconti, se sintió avergonzado, en secreto.
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