Joshua, hubo un rostro que apareció vagamente en la memoria de Liena cuando escuchó ese nombre.
Ahora que lo piensa, había un niño así. El pequeño hijo tranquilo y tímido del mayordomo.
Solo lo había visto una vez cuando era joven, pero no podía recordar los detalles porque ya habían pasado casi diez años.
El duque Cassius frunció el ceño.
—¿Por qué mencionaste a tu hijo de repente? Dime por qué me traicionaste.
—¡Papá! Incluso si dices lo mismo, es mejor decirlo con suavidad.
Liena intentó disuadir a su padre, que estaba haciendo el ambiente desagradable como si fuera una costumbre arraigada. En momentos como estos, ella siempre era quien controlaba la situación y lograba un mejor resultado.
—Tío Kayden, lo recuerdo. Cuando yo era joven, Joshua vino a la mansión.
Liena charló alegremente como siempre.
—Sin embargo… ¿le sucedió algo a Joshua? ¿Es por eso que nos dejaste?
Al observar la expresión del mayordomo, pareció ser la respuesta correcta.
—¿Qué sucede? Dime por favor. Haré todo lo posible para ayudarte lo mejor que pueda.
—… Joshua está enfermo.
—¡Oh, cielos! ¿Está muy enfermo? ¿Qué tipo de enfermedad es?
¿Enfermo? Entonces, ¿dejó a Cassius y se unió a Ethel porque los costos del tratamiento eran enormes?
No tenía sentido. No hay manera de que Cassius no le diera el suficiente dinero como para pagar el tratamiento. Cassius no era una familia que tratara con dureza a sus empleados.
Mientras consolaba al mayordomo principal con una expresión preocupada, la cabeza de Liena estaba ocupada girando en la otra dirección.
Aunque las circunstancias personales del mayordomo ya habían sido investigadas, la información sobre Joshua era sorprendentemente clara. Como quien lleva mucho tiempo sin salir.
«Nunca pensé que estaría relacionado con Ethel, y mucho menos con su hijo.»
La atención se centró en la especulación de que se trataba de una operación detrás de escena llevada a cabo por la familia del Conde Creed cuando el mayordomo principal desapareció. Los Creeds eran actualmente la familia política más hostil a Cassius.
En cualquier caso, el mayordomo tuvo una gran influencia no sólo en el duque Cassius sino también en el resultado del juicio. Tenía que apaciguarlo tanto como fuera posible.
—Si puedo visitar el hospital, me gustaría ver a Joshua. ¿Cuán enfermo debe haber estado durante ese tiempo?
Liena estaba segura. No era nadie más que el mayordomo principal que la había observado de cerca durante más de diez años.
Aunque la actitud del mayordomo era tibia en comparación con la de los demás empleados, podía estar segura. El mayordomo principal también siente afecto por Liena.
Sin embargo, por alguna razón, cuanto más dulcemente hablaba Liena, más se nublaba la expresión del mayordomo principal.
—Como era de esperar, ninguno de ustedes tres se tomó en serio ese incidente.
Habló con calma y con una expresión triste en su rostro.
—El maestro Leandro, o incluso el duque, no serían diferentes.
El duque Cassius arqueó las cejas.
—¿Ese incidente?
Mientras Liena intentaba recordar qué era lo que podía llamarse incidente, algo pasó por su mente. Una pequeña conmoción que ocurrió el día que conoció a Joshua.
—Mi hijo todavía tiene pesadillas sobre ese día.
El mayordomo principal empezó a hablar.
La primera impresión de Liena después de enterarse del pasado que ella y su familia desconocían.
«No puedo creer que algo así haya sucedido…»
Fue sorprendente y desconcertante.
Fue sorprendente que el hijo del mayordomo no hubiera podido llevar una vida normal durante tanto tiempo, pero lo que fue aún más impactante fue que la causa fue una pequeña perturbación en ese momento.
«¿Eso lo lastimó tanto?»
Para ser honesta, era un pasado que Liena ni siquiera podía recordar. Es una verdad vergonzosa, pero la cantidad de personas del sexo opuesto que han expresado interés en ella ha sido incontable desde la infancia. Al igual que los que fueron castigados por su padre y sus hermanos.
No es raro que reciban amenazas verbales contra su vida y, de hecho, hay muchos casos en los que lo regañan con batirse en duelo con la familia Cassius. Mikhail, que actualmente sale con Liena, también tuvo que pasar por muchas dificultades.
Por lo tanto, la humillación que experimentó Joshua también entró en la misma categoría. A pesar de que la espada apuntaba a su cuello, al final no hubo una sola herida.
Liena no fue la única que pensó de esa manera.
—Me preguntaba de qué hablabas.
El duque Cassius pareció un poco avergonzado al principio, pero luego resopló.
—¿Me diste la espalda sólo por algo así, Kayden?
—¿Solo por algo así…?
—¿Por qué me culpas por la debilidad de tu hijo?
El rostro del mayordomo principal estaba pintado con sentimientos de resentimiento o conmoción.
De ninguna manera. De esta manera, el mayordomo principal no regresará con Cassius nunca más en esta vida.
—Papá, estás hablando con demasiada dureza.
—No des un paso adelante. Esta es una conversación entre Kayden y yo.
El duque rara vez no cedía a las palabras de su hija. Liena analizó fríamente el estado de su padre.
—Cuando tenía esa edad, entrenaba con una espada real.
Es peligroso. Ahora ha perdido el pensamiento racional. No quiero admitirlo. Pero es mi culpa.
—¿Pero desperdicias la mitad de tu vida en tu habitación solo porque te amenazaron? Pregunta a cualquiera que pase por la calle. ¿Es esa una reacción normal?
Incluso si fuera Liena, no tenía la confianza para detenerlo aquí. Pero una vez que se vaya, si lo persuade lentamente…
—¡Espera! Ambos están muy emocionados en este momento. Podemos hablar de esto más tarde.
Al final, el duque no tuvo más remedio que acceder a la petición de su hija. Porque siempre ha sido así.
—Hermana, regresemos cuando ambas partes se calmen…
—No te arrepentirás, ¿verdad?
Ethel no miró a Liena en absoluto. En cambio, le preguntó al duque.
—¿Estás seguro de que no te arrepentirás de lo que acabas de decir?
—No.
El mayordomo principal le habló a Ethel en tono resignado.
—Es suficiente. Fue una expectativa vana. Era algo que podía esperarse de él.
—¡Kayden!
—Duque, entonces es mi turno.
—¿Qué?
—También vine aquí porque tenía algunos negocios con usted.
El duque Cassius chasqueó la lengua.
—¿Qué? Habla sin rodeos y sal de mi casa.
Incluso ante las duras palabras, Ethel no se sintió intimidada y habló con calma.
—Terminemos el juicio ahora.
—¿Terminar?
—Le estoy pidiendo terminar el divorcio de común acuerdo. Entonces, el juicio de divorcio no tiene más remedio que terminar automáticamente.
—¿Por qué me dices eso? Ve y habla con tu marido, Leandro.
El duque se rió abiertamente de lo absurdo.
—Más que nada, si hubiera tenido la intención de simplemente divorciarse, ni siquiera la habría llevado a juicio.
—Supongo que sí. Pero las cosas son diferentes que antes. Lo comprobó ayer, ¿no?
Ethel se reclinó lentamente en el sofá.
—El hecho es que no podrás derrotarme fácilmente en el juicio.
—Te preparaste mucho a tu manera. ¿Y qué?
El duque miró duramente a su nuera.
—Somos Cassius. Si nos tomamos un tiempo y resistimos persistentemente, no será un problema destruir este asunto.
Esa fue la política que Liena le transmitió
al duque en la oficina antes de que llegaran Ethel y su grupo.
Liena se sintió aliviada. Aunque estaba un poco exaltado, siguió los deseos de su hija.
Ethel intentó persuadir al duque.
—Pero, Duque, ¿cuál es la ganancia? Si continuamos esta lucha fangosa durante demasiado tiempo, el honor de su hijo mayor sólo quedará empañado.
—Es curioso lo que dices cuando estigmatizaste directamente a mi hijo.
—Como dije, solo dije la verdad. Si se supiera la verdad y su reputación fuera dañada, sería porque hizo algo que podría dañar su reputación.
—Es un escándalo que de todos modos desaparecerá con el tiempo.
—¿No es el papel de los padres guiar a sus hijos por el camino correcto? Nuestro matrimonio fue una mala unión desde el principio.
—Entonces, ¿quieres que apruebe el divorcio?
—Sí, por favor persuada a su hijo si es posible. Incluso si eso fuera imposible, el duque puede influir en las relaciones matrimoniales de los miembros de la familia a través de su autoridad como patriarca de la familia, ¿no? Incluso si el interesado no lo desea.
Los jefes de varias familias meritorias tenían grandes derechos. A menudo utilizaban estos privilegios para obligar a sus hijos a contraer matrimonio por su propia voluntad.
—Depende completamente de él. Es inútil insistir. Un verdadero buen padre es aquel que respeta los deseos de sus hijos.
—Lo sabe, ¿no? Si está haciendo esto ahora, no está actuando por el bien de su hijo, simplemente está siendo un tonto.
Los músculos faciales del duque se contrajeron enormemente.
—El duque simplemente no quiere admitirlo. El error que cometió con Joshua y la realidad de que Kayden lo dejó por eso.
—Cierra la boca.
—¿Sientes que te robaron? No. El duque fue quien abandonó primero al señor Kayden.
—¡Te dije que te callaras!
¡Bam! El duque golpeó la mesa con tanta fuerza con el puño que ésta se partió en dos.
Liena, que los observaba desde un lado, no entendió a Ethel. Incluso si esas palabras fueran ciertas, o más bien, porque fueran ciertas, el duque no lo admitiría incluso si muriera.
La mayoría de la gente niega y racionaliza sus errores en lugar de afrontarlos. Por lo tanto, si provocas y presionas como Ethel está haciendo ahora…
«Ethel, desafortunadamente, elegiste el método de persuasión equivocado. Y papá nunca va en contra de mi voluntad.»
Esto también ha sido siempre así. Sólo hubo dos excepciones, una cuando Liena dijo que saltaría a algo peligroso y la otra… Bueno, de todos modos, ninguno de los dos era relevante para este caso.
Además, si Elliot también se uniera a este lado, de todos modos habría sido una victoria para Cassius y Liena.
Fue cuando Liena comenzó a sonreír por dentro.
—No le estoy pidiendo que escuche mi petición a cambio de nada.
Ethel realmente sonrió.
—Si acepta el divorcio de común acuerdo, le haré un regalo que hará muy feliz al Duque.
El duque Cassius abrió mucho los ojos por un momento y luego movió la comisura de la boca.
—Me pregunto de qué estás hablando. ¿Qué quieres decir?
—Esto es algo que el duque ha estado buscando y quería conseguir desesperadamente.
—Jaja, ¿estás pensando en darme una reliquia sagrada guardada en el Gran Templo? Es una lástima, pero ni siquiera quiero tanto un objeto sagrado.
La risa del duque se hizo más fuerte.
—Si tuviera que elegir un artículo que me gustaría tener, diría que sería un regalo de mi hija. No tengo ni el más mínimo interés en cualquier cosa que puedas darme.
—¿Ah, entonces es así? Entonces no se lo daré.
—Seguro.
—Me refiero a la cápsula del tiempo que dejó la duquesa.
De repente el duque dejó de reír.
—¿Qué acabas de decir?
—En realidad, lo descubrí. El lugar donde se encuentra la cápsula del tiempo dejada por la duquesa muerta.
Ethel inclinó la cabeza hacia un lado con expresión de decepción.
—Escuché que el duque ha estado buscando desesperadamente la cápsula durante más de diez años, pero al parecer era mentira. ¿Por qué hay tantas personas que dicen tonterías estos días?
Jajaja, Ethel se rió. Incluso en esta situación donde nadie podía sonreír excepto ella.
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