Terence parecía a la defensiva.
—… ¿condiciones?
—Sí, condiciones. No pensaste que retroceder en el tiempo no tendría ningún costo, ¿o si?
—Liena, en su caso, ¿no retrocediste en el tiempo sin ninguna condición?
—En el caso de esa niña, en el momento en que fue seleccionada como apóstol, estaba agonizando, así que retrocedí en el tiempo y acepté lo que me fue dado.
—¿Mi caso es diferente?
—Como puedes ver, estás rechazando el papel que te fue asignado y le estás pidiendo a Dios que retroceda el tiempo. Realmente no me gusta eso.
—………
—Además, te di una opción al principio. «¿Debería darte la oportunidad de destruir el mundo?» Tú eres quien aceptó ese papel y luego lo desechó.
Terence cerró los ojos en silencio.
Se mantuvo decidido incluso en la presencia de Dios, e incluso en situaciones en las que no sabía qué le pediría Dios a cambio.
No, creo que «no tiene más remedio que ser decidido» sería una expresión más precisa.
No es que no pueda dañarlo porque sea fuerte, sino que le es indiferente porque ya no hay nada que desgastar.
¿Cuánto ha pasado desde que perdió a Ethel hasta convertirse en apóstol del dios maligno y destruir el palacio imperial?
Su rostro, reflejado en el espejo colgado en un rincón del templo, mostraba una depresión y fatiga eternas.
Finalmente, Terence abrió los ojos y dijo.
—Dime cuál es el precio. Daré todo lo que pueda. Si tan sólo pudiera volver al pasado.
—Me llevaré tus recuerdos.
—… ¿qué?
—Pero ten la seguridad. Si te robo todos tus recuerdos de esta vida, nada cambiará. Si no sabes nada, actuarás de la misma manera que lo hiciste en el pasado, y es obvio que los resultados serán los mismos que ahora.
—¿Entonces?
—Te daré recuerdos para reemplazar los tuyos. Este es el recuerdo de otra persona, pero puedes usarlo para obtener información antes de regresar.
En ese momento. Miella levantó la voz como si se le hubiera ocurrido una idea brillante.
—Espera un momento, ¿y si ese recuerdo tomara una forma diferente? No importa cómo se mire, tener los recuerdos de otra persona no es natural. Habrá una gran confusión acerca de tu identidad. En el mejor de los casos, regresaste en el tiempo, pero sería difícil si esas preocupaciones te detuvieran.
—Oye…
—¡Bueno, lo tengo! ¿Qué tal una novela? Puedes pensar en los recuerdos de otra persona como el contenido de una novela, por lo que, naturalmente, te considerarás un personaje de la novela.
—¡Espera!
Terence, que no había sido sacudido ni siquiera hace un momento, perdió la compostura.
—¡A la mierda la novela y todo! ¡No mis recuerdos! ¡Si tiene que haber un precio, toma otra cosa!
—¿Qué? ¿Por qué estás tan exaltado?
—¿Alguien acogería con agrado la idea de ser reconocido como alguien distinto a sí mismo?
—¿Es así? Es extraño. Por lo que sé de ti… eres una persona que arriesgaría cualquier cosa si pudieras salvar a esa mujer.
—… Di otra cosa que quieras.
—¿Esa es la verdadera razón? ¿Tienes miedo de no poder conocer a Ethel?
—……..
—Olvidando todos los momentos que tuviste con Ethel, regresas al pasado con solo los recuerdos de alguien más. Por supuesto, una vez con los recuerdos de otra persona actuarás de manera diferente a como lo hiciste en esta vida. No hay garantía de que puedas volver a encontrarte con Ethel como lo hiciste en esta vida. Tienes miedo de no poder conocer a Ethel, de no poder amar a Ethel y de no poder proteger a Ethel.
Terence confirmó las palabras de Miella con silencio.
—Por supuesto. La única razón por la que estoy retrocediendo en el tiempo es por Ethel, entonces, ¿cómo puedo aceptar olvidarme de ella y tener la incertidumbre de si nos volveremos a encontrar?
—Pero los recuerdos que te daré son los recuerdos de Liena. Solo con esto, puedes ver claramente cómo actuará Liena y la abrumará por completo. También es posible robar los logros de Liena. Te convertirás en un héroe que salvará al mundo y disfrutarás de fama y fortuna.
—No lo quiero. Si mantengo mis recuerdos, puedo manejarlo con mis propias manos.
—Bien por ti. ¿Pero qué debo hacer con esto? El precio ya está decidido.
—¡Dije que no!
—No tienes derecho a negarte.
—¡Maldita sea! ¡Si hay que pagar por ello, puedes tomar vida o cualquier otra cosa! ¡Preferiría quitarme la vida!
—Piénsalo detenidamente. No es una recompensa, es un precio. No hay manera de que haga lo que quieres.
Por un momento, Terence miró al altar con una mirada feroz, como si fuera a matarlo en cualquier momento.
Pero desafortunadamente, como él también era un simple ser humano, no era una amenaza para Dios.
La Diosa Miella dijo en voz baja.
—No pienses demasiado negativamente. No está confirmado que no puedan reunirse en absoluto, ¿no es así? ¿Cómo sabes si Ethel volverá a tu mansión para pedirte trabajo como sirvienta como lo hizo esta vez?
—… ¿Cómo puedo garantizar eso? La razón por la que Ethel vino a la residencia Freeheiden entre tantas familias nobles fue por mis acciones.
—Mmm.
—No hay muchas familias nobles que contratarían a alguien sin una carta de recomendación. En ese momento, con frecuencia enviaba sirvientes para excluir los espías plantados por la emperatriz. Escuchó el rumor de que mi mansión siempre sufría escasez de mano de obra, por lo que Ethel vino allí a propósito.
—¿Sin embargo?
—Si tengo recuerdos diferentes y mi comportamiento cambia, existe la posibilidad de que Ethel no venga de visita.
—También existe la posibilidad de que vuelvan a encontrarse de la misma manera.
—No basta con tener una posibilidad. Pase lo que pase, tengo que ver a Ethel. Tan pronto como la conozca, definitivamente me volveré a enamorar de ella. Te lo garantizo. Porque Ethel es alguien a quien no puedes evitar amar.
—Es realmente un amor conmovedor.
—Pero no tiene sentido si no podemos encontrarnos en absoluto. Tengo que darle felicidad a Ethel.
—Está bien, escuché tu historia de amor. Pero eso no me hizo cambiar de opinión. Ahora dile adiós a este mundo.
—¡Tú…!
—Y Terence, incluso si no puede conocerte, no hay forma de que Ethel se sienta infeliz.
Los ojos de Terence se abrieron mucho ante esas palabras.
—Si no puedo conocerte, no tendrá que tomar veneno y puedo tener un futuro en el que pueda llegar a conseguir otro trabajo decente y vivir feliz.
—………
—Inconscientemente pensaste que Ethel sólo sería feliz si te conocía y si la protegías, ¿no?
—Eso …
—En resumen, es tu error. Puedes encontrar la felicidad a tu manera y Ethel puede encontrar la felicidad a su manera.
—¡Espera un momento!
Justo cuando su visión estaba a punto de distorsionarse, Terence gritó.
—El precio ya ha sido decidido.
—No es eso. Aceptaré el precio.
—¿Oh?
—Sin embargo, también tengo una condición.
—¿Cuál es?
—La persona que volverá al pasado y recibirá los recuerdos de otra persona no soy yo, sino Ethel.
—¿Qué?
—Dale los recuerdos de Liena a Ethel. Dije una condición…, pero más que nada es una petición.
La diosa guardó silencio por un momento y luego se echó a reír.
—No puedo creer que la palabra petición haya salido de tu boca. Por cierto, ¿entiendes lo que dijiste?
—Sí.
—¿Quieres que Ethel regrese? Como habrás adivinado, si regresa, tienes la obligación de convertirte en mi apóstol como Liena. Hay más de uno, por lo que eres un candidato.
—Lo sé. Incluso teniendo eso en cuenta, espero que Ethel tenga los recuerdos de Liena.
—¿Por qué?
—Ethel es una persona fuerte que puede tragar veneno de una sola vez aunque sabe que morirá. Mucho más fuerte que yo. Si le das alas, podrá salvar el mundo.
—¿Son las alas los recuerdos de Liena?
—Sí, esos recuerdos le darán a Ethel la fuerza para escapar de la miserable familia Wallace.
—Los que mataste brutalmente.
—Y ella, tiene derecho a tener lo que disfrutaba esa mujer, Liena. La niña que Cassius intentó adoptar originalmente fue Ethel.
—Investigaste mucho.
—… Deja que regrese Ethel en lugar de mí.
—¿Está realmente bien? Si retrocedes, recibirás mi bendición y tu molesto dolor de cabeza desaparecerá. Sin embargo, si Ethel recibe la bendición, a menos que tengas la suerte de conocerla y hacerte amigo de ella, volverás a sufrir dolores de cabeza. Podrías volver a consumir las garras del diablo.
—No me importa. Me di cuenta de esto después de escuchar lo que dijiste hace un momento. Yo también quiero conocer a Ethel en la próxima vida. Quiero amarla. Quiero protegerla. Pero lo que más quiero es la felicidad de Ethel.
—Es divertido. No es una situación del todo inesperada, pero nunca pensé que tomarías esa decisión.
—……..
—Tú eras el que tenía más probabilidades de rebelarte contra mí hasta el final, incapaz de aceptar el precio. El hecho de que vivan una vida corta no significa que las cosas siempre salgan como espero. Por eso es divertido.
La diosa se rió e hizo una sugerencia.
—¿Hay algo que quieras dejarle a Ethel? Te permitiré sólo una oración como recompensa por hacerme feliz.
—¿Una oración?
—Sin embargo, Ethel no sabrá qué dijiste eso. Ni siquiera que existes. Sólo sabrá esas palabras. Algo como, «asegúrate de ver a Terence Freeheiden» no funcionará-.
Terence pensó seriamente.
Palabras como «Te amo» ,»Deberías ser feliz» , «Ten cuidado con Liena» y «Deja atrás a la familia Wallace rápidamente» aparecieron y desaparecieron entre sus labios.
No pasó mucho tiempo antes de que tomara su decisión.
—Cuando Ethel dejó mi mansión, me dejó una carta. Una de las frases escritas allí quedó especialmente grabada en mi memoria.
Sus labios eran suaves.
—Espero que el príncipe camine siempre por un camino de flores. Pensé que era una expresión bastante interesante. Ethel…
Llamó suavemente el nombre de Ethel y le habló como si ella realmente existiera aquí.
Hacia la persona que evitó deliberadamente en el pasado y que no conoció hasta el momento en que se fue.
—Regresa y camina por un sendero de flores.
Ese era el título que se le dio a los recuerdos de Liena que había leído, o mejor dicho, que hasta ahora sólo había pensado como una novela. La novela, <Regresa y camina por un sendero de flores>.
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