Agarré el brazo de Terence, pensando que tenía que separarlos rápidamente.
—¿Dijiste que tenemos que irnos de inmediato? Vámonos rápido.
—Por supuesto. Entonces discúlpame primero.
Terence sonrió inusualmente feliz y se despidió de Isaac y Roland.
* * *
—Está bien, ¿qué piensas?
Después de que los dos se fueron, Roland, que permaneció en la habitación del hospital, miró a su hijo en la cama del hospital junto a él y preguntó.
—¿Qué?
—¿Crees que existe la posibilidad de que las cosas salgan bien con la vizcondesa?
—¿No puedes saberlo cuando lo ves? En primer lugar, ella no siente nada por mí y la otra persona también es un enemigo muy fuerte.
—… Bueno, eso es cierto.
—Honestamente, la vizcondesa es una persona atractiva. Casi me hace desear haberla conocida antes que Leandro.
Sin embargo, Isaac negó con la cabeza mientras decía esto.
—No soy el tipo de persona que arriesga su vida en una relación. Padre, por favor ríndete.
Roland hizo un sonido como si estuviera decepcionado.
—Leandro debería haber aprovechado si tenía una buena esposa. No había razón para divorciarse.
—Bueno, no te preocupes demasiado. Nuestro mayor objetivo se ha logrado.
Isaac se levantó, encontró una copa de vino vacía y se la entregó a su padre.
—Simplemente miraremos desde aquí. Cómo cae Liena por atreverse a jugar con nuestros sentimientos.
Incluso trajo una botella de alcohol y llenó el vaso vacío de Roland con alcohol, sonriendo.
—Para decirlo sin rodeos, es injusto. Si tan solo hubiera una buena persona como Edman que te protegiera incluso si conoce tus errores.
Las comisuras de la boca de Roland también se relajaron.
—Sí, el equilibrio del mundo sólo se logra cuando hay personas como nosotros que intentan destruirlo por cualquier medio necesario.
Tintin. Los dos, padre e hijo, que se parecían, chocaron sus vasos y compartieron una sonrisa secreta.
* * *
—Ugh…
Dentro de la sala de interrogatorios, Liena lloró amargamente.
—Oye, ¿piensas seguir llorando así?
Debido a esto, la investigación no avanzaba, por lo que el investigador se quejó, pero las lágrimas de Liena no cesaron.
No importa cuánto tiempo esperó Liena, el duque Cassius no regresó.
Fue lo mismo sin noticias de sus dos hermanos.
Al principio esperaba que el duque se arrepintiera de sus errores y cambiara de opinión, o que Leandro y Leheim pudieran persuadir a su padre.
Sin embargo, con el paso del tiempo, esas expectativas poco a poco se fueron desvaneciendo y Liena tuvo que aceptar la realidad.
Fue abandonada por su amada familia.
En el pasado, correrían y dirían que no dejarían que nadie tocara a Liena, pero ahora la dejaron aquí.
Le dolía mucho el corazón. Por mucho que Liena amaba a su clan y a su familia, era doloroso.
Fue una familia por la que incluso traicionó a Ethel, su única amiga en su vida anterior.
¿Pero romper relaciones? Esas palabras pesaron mucho en el corazón de Liena.
En su vida anterior, Liena había sido abandonada una vez porque no les agradaba a sus padres adoptivos.
Luego, la pareja de eruditos que adoptó a Liena también se distanció de ella después del nacimiento de su hijo biológico, por lo que fue prácticamente como abandonarla.
Así que esta fue la tercera vez.
—Liena, mi amada hija. Si hay algo que te gustaría tener, por favor dímelo. Si lo deseas, te daré no sólo este Cassius, sino todo el continente.
—¡Un hermano mayor protege a su hermana menor! No te preocupes, te protegeré para siempre.
—¡Yo te protegeré, él no! ¡Liena, no te cases y vive con nosotros!
Cuando pensó que todo había terminado, los rostros de las tres personas que tanto extrañaba aparecieron en su mente.
Las lágrimas fluían sin parar de los ojos de Liena.
—Dijeron eso. Una vez dijeron que yo los salvé. Dijeron que me amaban…
El investigador, que tenía una expresión cansada en su rostro mientras observaba a Liena murmurar repetidamente, abrió la boca.
—Creo que hoy será difícil seguir investigando. Si quieres disminuir aunque sea un poco tu culpa, sería mejor cambiar de opinión y participar fielmente en la investigación.
Ordenó a sus subordinados que transportaran a Liena a una habitación designada.
De cara al alojamiento donde se alojaba, Liena miró alrededor de la habitación sin comprender.
—¿Qué es esto…?
Estaba completamente sumergida en un mar de tristeza, pero cuando se enfrentó a la absurda realidad, su frustración se apoderó de ella.
Las instalaciones eran extremadamente pobres. Aunque está en la misma prisión imperial, es incomparable a la prisión exclusiva para nobles en la que estuvo encarcelada hace unos meses.
Era estrecha, sucia y oscura. Incluso hacía frío al coincidir con la temporada de invierno.
¿No sabría esto Liena, que sufrió todo tipo de dificultades en el fondo de la sociedad antes de regresar? Era un entorno difícil de soportar para Liena, que había vivido como una flor de invernadero en Cassius durante más de una década.
Incluso la cama se sentía sucia, así que cuando Liena no pudo sentarse y solo estaba pisoteando, se abrió un agujero en la puerta y entró una bandeja.
—La comida.
Antes de que se diera cuenta, era la hora de cenar. Se formó saliva en la boca de Liena.
Después de salir de la mansión de Isaac, lo único que comió fue una galleta que le dio un guardia de seguridad en el carruaje para prisioneros, así que sentía mucha hambre.
Sin embargo, Liena, que rápidamente recogió la bandeja, no pudo ocultar su vergüenza.
—¿Por qué la comida es así…?
Una sopa aguada con sólo un pequeño trozo de pan duro como una piedra y dos rodajas de zanahoria.
No esperaba un festín sólo porque era Liena, pero esto fue demasiado.
¿Cómo puede ser diferente el tratamiento sólo porque fui expulsada de Cassius?
Aunque no era una princesa, Liena seguía siendo la mujer a quien Mikhail amaba, e incluso ahora, había muchas personas fuera del palacio imperial que decían ser sus fans.
Pensó que sería al menos tan bueno como la comida que Isaac le dio a Liena antes de que ella se declarara en huelga de hambre.
—¡Ey! ¡Espera un momento, ven aquí!
Liena metió la cara en el agujero y gritó.
—¿Qué?
Después de un tiempo, el gerente del servicio de alimentos regresó con una actitud amarga.
—¿Cómo se supone que voy a comer esto?
Liena volvió a sacar la bandeja por el agujero.
—¿No sabes quién soy? Soy Liena Cassi…
Liena, que estaba a punto de presentarse como Cassius por costumbre, cambió sus palabras a mitad de camino.
—Tengo una relación con Su Alteza el Príncipe Mikhail.
—¿Qué?
—No estoy mintiendo. Si me traes una comida mejor, el príncipe te lo agradecerá.
—Está bien, si no quieres comerlo, no lo comas.
La persona del servicio de comida resopló descaradamente y tomó la bandeja de comida.
Le dolió el orgullo usar un término tan respetuoso incluso con un cortesano de bajo rango, pero de todos modos, se encontraba en una posición lamentable en este momento.
Liena apenas logró controlar su temperamento y lo persuadió.
—¡Es verdad! Ve al palacio del príncipe y pregunta. Todos los cortesanos allí testificarán.
Mikhail no era el tipo de persona que abandonaría a su amante sólo porque la situación hubiera empeorado.
Liena, que había visto el devoto amor de Mikhail durante casi diez años, estaba segura.
—Si el príncipe regresa al palacio, definitivamente estará preocupado por mí y vendrá corriendo hacia mí. Puedes apostar.
El gerente del servicio de alimentos se fue con la bandeja de Liena sin más respuesta.
Esa noche, Liena esperó a que regresara, pero no fue hasta que volvió a salir el sol que consiguió una mejor comida.
—… oye. Ve al palacio del príncipe y pregunta. Lo que dije es cierto.
A la mañana siguiente, Liena le sollozó a la persona encargada de servir el desayuno.
Tenía tanta hambre que ya no tenía fuerzas para gritar.
—¿No quieres comer? Entonces no lo comas.
—No, no. Quiero comer. Déjame comer.
Temiendo volver a morir de hambre, Liena tuvo que pedir humildemente el desayuno.
Una humillación indescriptible se apoderó de ella.
Liena hizo una promesa cruel mientras comía la comida que no le habría dado a su perro.
No te dejaré solo. Tan pronto como Mikhail regrese, no dejaré en paz ni al desagradable gerente del servicio de alimentos ni a los demás que la pusieron aquí.
Ahora, la ira por haber sido traicionada es mayor que la tristeza por la pérdida de la adopción.
También resentía tanto a su padre como a sus hermanos.
«¿Qué? ¿Así me amas?»
Si realmente me amaras, no habrías roto la relación.
Ya veremos. Incluso si lloro y me arrepiento más tarde y busco a Liena, nunca volveré.
—¿Entonces todavía no tienes ganas de entregarte?
El investigador que conoció en la sala de interrogatorios después de comer era una persona diferente a la de ayer.
—¿No sigue investigando el mismo de ayer?
El nuevo investigador respondió brevemente.
—No.
—¡¿Por qué no?!
—¿Hay alguna razón por la que tengan que ser la misma persona?
—No, sólo tengo curiosidad…
—Liena, la investigación sobre ti está bajo órdenes de los superiores y debe ser realizada por varios investigadores en diferentes turnos.
—¿Por qué?
—Yo tampoco lo sé. Todos compartiremos la información de todos modos, así que absténgase de hacer preguntas innecesarias y simplemente siéntese y responda mis preguntas.
Liena se sentó y se mordió el labio.
¿Por qué estas instrucciones ineficientes fueron dadas desde arriba? La razón era tan clara como el fuego.
«¡Ethel!»
Esta fue una medida tomada para evitar que Liena aplicara la bendición de la diosa al investigador.
Y la única persona que podía sugerir tal solución era Ethel, quien tenía una bendición y conocía bien acerca de las bendiciones.
—¿Por qué cometió fraude en inversiones?
—¿Cuántas veces tengo que decir que no para que lo entiendas? No sé nada sobre eso. No tengo nada más que decir.
—… ¿No sabes en qué situación te encuentras ahora?
—Ejerzo mi derecho a guardar silencio. Si quiere hablar conmigo, llame a Su Alteza el Príncipe Mikhail.
Después de eso, Liena cerró la boca como una almeja.
Pero unas horas más tarde, Liena recibió buenas noticias, como si se tratara de una lluvia en época de sequía.
—Su Alteza Real el Príncipe Mikhail ha solicitado una reunión.
Finalmente Mikhail había llegado.
—¡Mikhail!
Cuando Liena vio a Mikhail entrar en la sala de interrogatorios, corrió a saludarlo.
—Da un paso atrás.
Pero algo era extraño. Mikhail detuvo su acercamiento con una cara fría.
Ni siquiera escuchó las palabras de Liena y simplemente dijo lo que quería decir.
—La razón por la que vine aquí hoy es para despedirme formalmente de ti.
Fue una historia similar a una tormenta.
* * *
(N/T: Esto es todo por esta semana, más actualizaciones en los próximos días.)
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