Si eso sucede, Terence desconfiará mucho de mí.
La razón por la que puede ser tan amable conmigo es porque cree que no conozco su identidad.
Para Terence, su nacimiento ha sido un grillete desde que nació.
Los hijos ilegítimos del emperador, nacidos antes que sus hijos legítimos, eran un tema muy interesante.
No todos podían hablar abiertamente porque se trataba de la familia real, pero siempre susurraban en secreto.
Marqués de Friheiden.
Un noble sólo de nombre con un título sin ningún feudo, e hijo de la prometida del emperador a quien una vez amó apasionadamente.
Aunque su madre falleció hace mucho tiempo, el emperador todavía visita a su hijo de vez en cuando.
¿Esperarán y simplemente verán lo que sucede la emperatriz y el duque Birod?
Por eso, como marqués de Friheiden, no realiza actividades externas y se queda en casa.
«Sólo espera y mira. Terence pronto entrará en el palacio imperial con gran pompa.»
En ese momento, ya será demasiado tarde para arrepentirse de haber hablado mal. Por alguna razón, estaba jadeando de emoción a pesar de que era la situación de otra persona, y pronto me di cuenta de la realidad.
Mi nariz ahora mide ocho centímetros de ancho.
(N/T: Esto significa que no tienes tiempo para ayudar a los demás porque tu situación o el problema que necesitas resolver es tan urgente que no tienes tiempo para limpiarte la nariz.)
Si no se da cuenta de la eficacia de un té como éste, se acabó todo.
Para ser honesta, no me sorprendería en absoluto si Terence de repente dijera que estaba harto de esto y se fuera mañana.
Con toda probabilidad, pretender ser mi escolta probablemente sea sólo un capricho momentáneo.
Apoyé la barbilla y reflexioné.
«¿Podría ser que la proporción de mezcla de los ingredientes sea incorrecta?»
Agregué todas las hierbas y agua bendita como se describe en la novela.
…¿Realmente lo hice correctamente?
Tal vez sea porque mi confianza ha caído en picada, pero también me siento ansiosa.
Necesito comprobar el contenido de la novela nuevamente.
Miré hacia delante y vi a Terence durmiendo mientras estaba sentado.
Ayer le pregunté si la cama del hotel era incómoda y me respondió con una sonrisa extraña:
«No sé si la cama es cómoda o no porque nunca la he usado correctamente.»
Me sentí culpable.
Parece que el alojamiento era demasiado barato para que lo usara un noble.
Lamenté hacerlo dormir en un lugar como este porque no tenía suficiente dinero.
De todos modos, esto no es importante.
Ahora que Terence se estaba quedando dormido, era una oportunidad para comprobar el contenido de la novela.
Saqué un libro de mi bolso… En lugar de leer, cerré los ojos como si imitara a la persona que tenía delante.
Imaginé un libro en mi cabeza.
La portada está cubierta de pétalos de rosa sobre un fondo blanco.
Un libro con las palabras «Regresa y camina sólo por el sendero de las flores» escritas en una fuente simple y algo tosca en el centro.
Pasé las páginas del libro en mi imaginación.
La parte que estaba buscando es la parte en la que Liena logró preparar un té medicinal adecuado por primera vez.
Siempre encuentro exactamente lo que quiero sin perderme. Con el tiempo, me llegaron decenas y cientos de palabras.
«Hyuk.»
Desperté de mi imaginación con la sensación de que mi cabeza daba vueltas.
Parecía que habían pasado treinta minutos, pero cuando revisé el viejo reloj que colgaba en una pared de la casa de té, había pasado menos de un minuto.
Como era de esperar, lo preparé correctamente.
Incluso una gota de agua bendita y una cucharada de polvo de hierbas son iguales que en la novela que acabo de leer.
Esta es una habilidad especial que tengo.
Por conveniencia, era un poder que solo yo llamaba «leer la historia original».
No conozco el principio, pero puedo releer <Regresa y camina solo por el sendero de las flores> desde el momento en que transmigré por primera vez.
No hay necesidad de ningún preparativo, puedo hacerlo cuando quiera.
¿Es esta la mínima consideración que me dio el ser que arbitrariamente me arrojó a este mundo? No tengo forma de saber si es Dios o no.
Personalmente, supongo que podría ser la diosa Miella.
La base es Liena.
Liena, si se lo propone, también es capaz de recordar vívidamente sus recuerdos antes de regresar como si acabara de experimentarlos.
No sólo Liena sino que yo también me beneficié mucho de esta habilidad.
De lo contrario, ¿cómo recordaría la identidad disfrazada del enemigo de Tara, Chiléan? No soy un genio.
Aunque esta es una habilidad muy conveniente, tiene un inconveniente…
«¡Estoy tan cansada!»
Lo único que hice al despertar fue desayunar y tomar té, pero me sentía débil.
Si lee la historia original, será así.
No quiere pensar en nada, ni siquiera quiere pensar, por lo que su pensamiento se vuelve más simple.
Se recuperará al cabo de unas horas, pero el límite es, en el mejor de los casos, dos veces al día.
—… ¿Hiciste algo de ejercicio mientras dormía?
Unos diez minutos más tarde, Terence se despertó completamente de su somnolencia y me preguntó cuando me vio.
Agité mis brazos impotente.
—No. ¿Volvemos a nuestro dormitorio por hoy?
—Parece muy cansada.
Mis miembros pesan como algodón mojado.
—Sí un poco. Tay, si tienes algo que hacer, ve. Está bien simplemente tomar un poco de aire.
—No puedo hacer eso. ¿De qué sirve un escolta si no está apegado a su empleador?
—Oye, está bien. Hay otros huéspedes en el hotel, entonces, ¿qué puede hacer mi esposo si viene de visita?
—La falta de atención siempre conduce a la ira. No hay nada de malo en tener cuidado…
Después de tener esa conversación, salimos de la tienda de té y nos dirigimos de regreso al hotel.
Un hombre que deambulaba frente al hotel miró hacia allí y levantó la mano.
—Oh, Marqués…
Una mirada a la mirada punzante de Terence hizo que el rostro del hombre palideciera.
El culpable que hizo temblar al pobre me dedicó una sonrisa caballerosa.
—Es un colega mercenario. Parece que tiene algo que decirme.
¿Un mercenario? Con solo mirar su atuendo, parece que proviene de una familia noble.
Sin embargo, estaba dispuesto a dejarme engañar y asentí con calma.
«Por el momento.»
Pero entonces un pensamiento pasó por mi cabeza. Fingí no escuchar, pero esa persona claramente llamó a Terence, Marqués.
Esta es mi oportunidad. ¡Puede ser entonces cuando descubrí la verdadera identidad de Terence!
Este es el escenario que me vino a la cabeza en este momento.
Yo, que era lo suficientemente ingenua como para creer que el escolta era un mercenario ordinario, comencé a sospechar de su identidad después de escuchar las palabras del sirviente hace un momento.
Mirando hacia atrás, su comportamiento fue extremadamente noble, lo que me hizo darme cuenta de que era un noble de alto rango y, como si buscara un clavo ardiendo, le pedí que hiciera un trato para ayudarme con mi divorcio.
El precio, por supuesto, es la receta del té medicinal. Está claro que se hizo correctamente, por lo que Terence probablemente ya esté sintiendo los efectos del té medicinal.
Es sólo que todavía tiene dudas, así que es reticente a decir nada.
«Bien. ¡Si sigo así, puedo ocultar el hecho de que adopté un enfoque planificado!»
Para solicitar un intercambio, no tenía más remedio que demostrar que conocía su identidad, así que me preguntaba cómo fingir que lo sabía.
Tenía un plan aparte en mente, pero con la aparición de ese asistente, la excusa se volvió más natural.
—Yo entraré primero, así que por favor habla despacio.
Con una sonrisa de satisfacción en mi rostro, pasé junto a los dos hombres e intenté entrar por la entrada del hotel.
Pero antes de que mis pasos llegaran siquiera a la entrada del hotel.
Un carruaje se detuvo frente al hotel con el potente sonido de cascos de caballos.
El enorme carruaje negro, que parecía tener espacio para diez hombres, tenía pintadas dos cabras negras.
Un emblema especial exclusivo de Cassius que no se parece al de ninguna otra familia noble.
La joven que salió por la puerta del carruaje abierta por el cochero abrió la boca.
—¡Cuñada! ¡Mucho tiempo sin verte!
Era Liena Cassius.
* * *
En el vestíbulo del hotel.
Nos sentamos en una de las mesas dispuestas en un rincón del vestíbulo para los invitados.
Liena se retorció como si el asiento fuera incómodo.
Ese tiene que ser el caso.
¿Es posible llevar muebles de alta calidad a un hotel barato como este?
Rechacé la sugerencia de Liena de ir a un buen restaurante en algún lugar e insistí en ir aquí.
No tenía ganas de hablar con Liena hasta que cambié de asiento y, sinceramente, estaba tan cansada que no quería moverme.
Dos personas estaban detrás de Liena.
Tara y Matisse, respectivamente.
Tara parpadeó todo el tiempo, consciente de mí.
Parecía como si estuviera diciendo que lamentaba no poder avisarme con antelación que Liena vendría.
Hace tres días, Tara escribió en una carta que había seguido mis instrucciones y que Liena me visitaría algún día.
Sin embargo, parece que Liena decidió hacerlo hoy de repente.
«Está bien.»
Le di a Tara una señal con una mirada apropiada para tranquilizarla.
Afortunadamente, Terence estaba lejos de mí, charlando con su sirviente.
A los ojos de Liena, no parecía que él y yo estuviéramos involucrados.
Pronuncié mis primeras palabras, presionando mi dedo en el rabillo de mi ojo que seguía intentando cerrarse.
—Liena, ¿qué es lo que quieres?
La frente de Matisse se contrajo más que la de la persona involucrada ante mi tono frío.
El genio fiscal Matisse.
Al igual que Tara, él era una persona que Liena había reclutado para que le sirviera y, por alguna razón, a menudo me revelaba abiertamente su malestar.
—Ethel Wallace, ¿no es demasiado poco sincero tratar a la señorita que ha venido de visita después de tanto tiempo?
Míralo.
Tal vez sea porque sólo es leal a Liena y no a Cassiusl.
Desde que salí de casa ya no me llama pequeña señora.
«¿Hice algo mal que no sabía?»
De lo contrario, era una actitud de hostilidad que no podía entender.
—Matisse, no seas grosero con mi cuñada.
Dijo Liena con severidad.
—Mi lady…
—Es una orden.
—Seguiré sus órdenes. Me gustaría disculparme formalmente por el lenguaje irrespetuoso que acabo de utilizar.
La expresión de Matisse se arrugó y bajó profundamente la parte superior de su cuerpo.
—Me equivoqué. Le pido perdón. Señora Ethel.
—Deberías llamarla apropiadamente pequeña señora.
Cuando Matisse dudó y trató de pronunciar esas palabras.
—Esta bien. Ya no seré tu pequeña señora.
—Cuñada, ¿qué significa eso?
—Liena, tampoco deberías llamarme cuñada.
Liena está llorando.
Los ojos redondos se volvieron brillantes y los suaves labios rosados se cerraron con fuerza.
—… Estabas muy enojada, ¿verdad? Entiendo. Yo hubiera hecho lo mismo.
Tomó mi mano, que había dejado sobre la mesa.
—Lamento mucho el incidente de la mina Andala. Me disculparé en nombre de mi hermano mayor.
Me quedé en silencio, queriendo escuchar lo que diría.
—No puedo ni imaginar lo traicionada que se sintió mi cuñada cuando descubrió la verdad.
—…….
—Pero por favor deberías saber esto. Comenzó como la mina, pero nunca lo fue todo.
—……..
—No estoy segura de cómo explicarlo… En realidad, tengo un buen presentimiento al respecto.
Continuó su historia de manera vacilante.
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