Me di cuenta de esto en el momento en que vi esos ojos serios que no flaqueaban ni un centímetro.
Terence no se apresuró a verme porque algo andaba mal, ni me reprendió por faltar a nuestra cita para cenar.
—Terence…
De ahora en adelante, podría decir qué tipo de palabras saldrían de esa boca. Simplemente lo sabía.
Tenía sentimientos encontrados. A veces quería escuchar esas palabras y otras no quería escucharlas.
Pero antes de que pudiera siquiera decidir qué hacer.
—Me gustas.
Esas palabras consumieron todos mis pensamientos.
Gusta de mí. Pensé aturdida.
—Pensé que sería mejor seguir siendo amigos en lugar de desear demasiado algo y luego distanciarnos. Pensé que sería mejor acercarme a ti lentamente.
Su agarre en mi mano se hizo más fuerte. Podía sentir los nudillos gruesos aún mejor a través de los guantes.
—Era un cobarde que pretendía ser racional. Tú…
Los ojos rojos adquirieron un suave brillo por un momento.
—Puedes desaparecer como humo frente a mí cuando quieras.
¿Puedo desaparecer? Añadió algo a mi expresión de desconcierto.
—Lo sé. No eres ese tipo de persona. Fue sólo mi ansiedad.
Tomó mi mano, que todavía sostenía, y se la llevó a la boca.
—Esa ansiedad me hizo tomar una decisión.
Sus labios descansaron silenciosamente en el dorso de mi mano. Era más suave y cálido de lo que esperaba.
El beso no fue largo. A diferencia de los sentimientos sinceros que expresó hace un momento, la sensación en el dorso de su mano desapareció rápidamente.
—Ethel.
Me llamó, inclinándose por un momento para besar el dorso de mi mano.
Sin embargo, esa mirada en sus ojos no fue tan refrescante ni tan ligera como un beso.
Dijo Terence, moviendo lentamente sus labios.
—Me gustas.
Una vez más dijo.
Aunque era algo que ya no podía descartarse como una broma ni ignorarse, fue extremadamente minucioso.
Tenía que decir algo rápidamente.
—Terence.
Pero mi cabeza se puso en blanco y no tenía idea de qué decir.
—Yo…
Traaaaank. Entonces un fuerte ruido se interpuso entre nosotros.
Se trataba de la bocina del tren que entraba en la estación.
—Lo siento mucho.
Vinetta hizo un puchero.
—Dicen que el próximo tren no llegará en cinco horas. Ya reservé un billete para ese tren. ¿Qué debo hacer?
Terence respondió primero a la pregunta de Vinetta.
—Volveremos en ese tren.
Luego volvió la cabeza hacia mí.
—No estoy pidiendo una respuesta de inmediato. Simplemente expresé mis sentimientos libremente.
Dijo, muy lentamente soltando mi mano.
—Es tarde en la noche, así que regresemos.
No estoy segura de cómo pasó el tiempo desde entonces.
No, recordé haber regresado a la capital en tren, haberme bajado del tren y haber viajado en un carruaje hasta el palacio
imperial, pero no estaba claro por qué.
Cuando recobré el sentido, me encontré frente al anexo.
—Ethel, ¿te encuentras bien?
Vinetta me miró así y dijo.
—¿Qué? ¿Qué dijiste?
—Te pregunté si estabas bien. Parecías un poco aturdida antes.
Sólo entonces me sentí un poco avergonzada.
A Vinetta debió resultarle extraño que yo estuviera constantemente inquieta en el tren y en el carruaje.
—Lo siento. Me perdí un poco, ¿no?
—No es algo por lo que debas sentir lástima, pero me preocupa que no te encuentres bien.
Oh, Dios. Incluso cuando estaba atrapada en la mina de piedras mágicas, Vinetta permaneció tranquila y en silencio.
—Estabas murmurando algo mientras mirabas por la ventana, y repetidamente te sentaste y te levantaste, tal vez son secuelas de tu colapso en el orfanato…
—¡No! No tiene ninguna relación.
Mirando hacia atrás, me di cuenta de que mi condición era tan extraña que Vinetta estaba preocupada.
«Pero cada vez que pienso en lo que pasó con Terence, es difícil quedarme quieta.»
Afortunadamente, él y yo estábamos sentados separados en el tren, por lo que evitamos la situación de vernos cara a cara.
Pero cada vez que veía la nuca de Terence sentada frente a mí, no podía calmarme en absoluto.
Apenas pude resistir el impulso de salir corriendo, temiendo que viniera a hablarme en cualquier momento.
El problema era que no estaba segura de por qué quería huir.
Recibí una confesión. Si siente lo mismo, puede aceptarlo, o si no, puede rechazarlo.
«Es así de simple…. Entonces, ¡¿por qué?!»
En el momento en que comencé a sostenerme la cabeza mientras pensaba profundamente.
—Ethel.
Vino la persona que me dio este problema.
—Como lo solicitaste, le dije a Jack que envíe a la persona llamada Ángela a una de mis casas seguras.
—¡Ah, gracias! Es algo que se supone que debo hacer, pero me siento avergonzada por ello. Es difícil preparar un lugar adecuado de inmediato…
No podía dejar que Ángela durmiera en cualquier lado porque estaba ansiosa porque alguien la estaba mirando.
—Jaja, supongo que también debería preparar dos o tres casas seguras donde pueda esconderme cuando llegue el momento.
—Sí. No estaría mal.
Terence respondió hábilmente, mientras me encontraba nerviosa sin saber qué decir.
—¿Pero quién es ella?
Sus ojos se volvieron algo más agudos.
—No sólo la están persiguiendo, sino que su comportamiento parece bastante sospechoso, así que creo que sería mejor tener cuidado.
—No tienes que preocuparte. Ella fue la maestra a la que seguí como a una madre cuando era joven.
—No es de extrañar. Me dio una muy buena impresión.
¿Eh? ¿No cambió repentinamente sus palabras?
De todos modos, le expliqué sobre Ángela.
—Creo que está en alerta máxima porque ha pasado por muchas dificultades durante mucho tiempo.
—La llevaré a un lugar tranquilo, para que gradualmente se sienta mejor.
—Realmente espero eso.
—Te daré la dirección para que puedas visitarla más tarde.
—Gracias por tu cuidadosa consideración.
—De nada.
—……..
—……..
Cuando surgió un silencio anormal, la incomodidad inmediatamente se apoderó de mí.
«¡No puedo hacerlo!»
Mientras hablaba con Terence como antes, seguí pensando en lo que pasó en la estación de tren desierta.
Especialmente si miras esos ojos y labios rojos que son tan vívidos incluso en la oscuridad de la noche…
«¡No! ¡¿En qué estoy pensando?!»
Después de intentar deshacerme de pensamientos inútiles, despedí a Terence.
—Debes estar cansado, así que entra.
—… Si, tu también.
Justo cuando sentí que la voz sonaba arrepentida, sucedió algo inesperado.
Grrrrrrr. Mi estómago gruñó.
Mi cara se calentó de vergüenza.
—Eso es porque aún no he cenado.
No tuve mucho tiempo libre porque viajé de un lado a otro en el tren, y después de enterarme del impactante pasado de Ethel y Liena, no sentí apetito.
—Solo comí una vez hoy…
Terence, que me vio murmurar impotente, sonrió con la boca torcida.
—Tampoco he cenado. Si te parece bien, ¿te gustaría comer algo rápido juntos?
—¿Sí?
—Cómo aún no hemos cenado.
Entonces, actualmente estaba sentado frente a Terence en la mesa.
La ubicación es la terraza del anexo. Vine aquí después de que me invitó a tomar una copa en la terraza como lo hicimos anteriormente en la villa secreta de Terence.
«Ahora que lo pienso, algo así sucedió.»
Antes de divorciarme, chocamos copas de vino y hablamos sobre nuestros planes de vida.
Fue hace sólo unos meses, pero de alguna manera parecía que había pasado mucho tiempo.
Desde entonces hasta ahora. Las cosas que había vivido y los momentos que habían pasado pasaron por mi cabeza uno tras otro.
«…. En realidad, lo sabía.»
Finalmente lo admito. Había estado vislumbrando los sentimientos de Terence hacia mí desde hacía algún tiempo.
Me llamó su amiga, pero cuando me invitó a bailar frente a tanta gente en la fiesta de cumpleaños del emperador, surgieron dudas en el fondo de mi mente.
Después, incluso cuando unimos fuerzas para acabar con Iver y lidiar con Elliot, él siempre me escuchó y no me culpó en absoluto a pesar de que estuvo en peligro en la mina.
[—Estoy bien, así que Vinetta y tú pueden ir primero.]
Incluso en el momento en que su vida se estaba desvaneciendo, en realidad se preocupó por mí.
¿Cómo podría ser posible no saber sus sentimientos?
Pero fingí no saberlo. Puse la excusa de que no podía hacerlo porque no lo dijo directamente, pero la verdadera razón era que tenía miedo.
Tenía miedo de distanciarme de Terence porque no podía aceptar sus sentimientos.
Tenía miedo de que mis sentimientos no fueran los mismos que los de él.
También me gustaba Terence. Pero no estaba segura de si este sentimiento era amor.
«Al igual que con Leandro. »
Como habíamos pasado tanto tiempo juntos, sabía muy bien que Terence era una persona diferente a Leandro.
Sin embargo, ya me había casado una vez con Leandro con la ilusión de que estaba enamorada de él, pero fracasó.
Aunque ya había superado el pasado, no quería volver a vivir algo así. Especialmente con Terence.
No había base, pero lo podía decir. Sé que si pasara algo similar con Terence, el impacto en mí sería incomparable a lo que me pasó con Leandro.
Si tienes tiempo puedes superar cualquier dolor, pero ¿cuánto tiempo lleva realmente?
Se llamó a sí mismo cobarde, pero la verdadera cobarde era yo.
«Además, Terence es un príncipe que aspira al trono.»
Aunque soy dueña de una mina de piedras mágicas de primer nivel, tengo muchas desventajas sobre ella en muchos sentidos.
Estuve casada una vez y, aunque me enteré ayer, también era huérfana.
Incluso Liena, que no tiene antecedentes de matrimonio y ha vivido como la princesa Cassius durante más de una década, se encuentra en una situación en la que la gente habla sobre ella por salir con Mikhail, entonces, ¿cómo podría salir con Terence?
Sólo de pensarlo sentía dolor de cabeza.
—Ethel.
Entonces escuché la voz de Terence.
—… ¿Aún te sientes incómoda conmigo?
Cuando lo vi preguntándome cuidadosamente mientras me miraba a la cara, sentí algo dentro de mí.
«Soy realmente patética.»
Él se preocupa por mí incluso en este momento, pero siempre he pensado en otras cosas además de él. Cosas como los golpes que podría sufrir y la atención del público.
—Terence, tengo algo que decirte.
Tenía que entrar en razón y decir toda mi verdad.
—Esto puede parecer una locura, pero escúchame.
Para hacer eso, primero tenía que contar mi secreto.
—En realidad, no soy de este mundo.
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