—… Me alegra que parezcan llevarse bien.
Al cabo de un rato, respondió el duque.
Gabby se enojó por la reacción gentil del duque.
—Si estás celoso, ¡dílo!
—A tu madre le habría encantado verlo. La relación entre hermanos es muy buena.
—¡Ja! ¡Mira a este viejo cobarde! ¿Por qué estás hablando de mi madre?
Gabby dejó de hablar y empezó a tirar de su cabello.
Mmm.
Parece que Gabby acaba de perder contra el Duque. Llegué a una conclusión en mi cabeza.
Gabby, que instantáneamente perdió toda voluntad de luchar, mantuvo la boca cerrada y miró por la ventana.
Teniendo en cuenta la personalidad de Gabby… Era sorprendente que tuviera tan buenos sentimientos hacia su difunta madre.
¿Qué puedo decir?
Si nos fijamos en la forma en que trata al duque, es un niño inmoral.
¿Qué clase de persona era la madre de Isabella?
Ella también es descendiente de Daphne y Ethan….
De repente pensé que quería ver viva a la duquesa muerta con mis propios ojos.
En cierto modo, no era completamente imposible…
Esto se debe a que el poder de contrato que poseo puede cambiar la tasa de causalidad siempre que el precio se pague adecuadamente.
Pero pronto no tuve más remedio que negar con la cabeza.
El precio que hay que pagar por torcer la ley causal es mayor de lo que se puede imaginar.
Es un precio que ni siquiera yo puedo soportar. Entonces, la causalidad sólo ha cambiado una vez hasta ahora.
Cuando pienso en el precio que pagué en aquel entonces…
De todos modos, no soy tan estúpida como para revivir a un humano que ni siquiera conozco.
Sin embargo, al mismo tiempo, fue decepcionante.
«La madre de Gabby e Isabella… Definitivamente creo que es una persona inusual.»
Mientras estaba perdida en mis pensamientos, el carruaje partió hacia el palacio imperial.
***
Finalmente cerca del palacio imperial.
El carruaje giró casi frente a la puerta principal y entró en el bosque justo al lado.
Cuando entré al bosque, me sentí incómoda.
Este lugar… Ha sido un largo tiempo.
La última vez que vine al palacio imperial, no entré al bosque, así que me olvidé por completo de su existencia.
Aquí yo…
La sensación de la espada siendo apuñalada en mi corazón de repente volvió a mí y me estremecí sin darme cuenta.
—Oye, ¿qué le pasa a tu cutis?
Dijo Gabby, mirándome preocupada.
—Simplemente…
¿Cómo debería decir esto? Dudé, incapaz de responder.
Entonces, Gabby debió malinterpretar mi expresión y dijo algo inesperado.
—¿Tienes miedo de no recibir mi presa como regalo? Oye, no te preocupes. ¿A quién se lo daría si no a ti?
—¿Presa?
—Originalmente, en los concursos de caza es tradición que los jóvenes solteros ofrezcan su caza a la dama que les gusta. Oye, nunca has asistido a una competencia de caza, ¿verdad? Entonces no lo sabías.
Sólo los nobles mayores de edad podían participar en la competencia de caza imperial.
Poco después de que Isabella alcanzara la mayoría de edad, ésta fue su primera competencia de caza.
¿Pero por qué le das la caza que atrapaste a otra persona?
Atrapé una presa, y tú no. ¡Oye, ¿puedes verlo?! ¡Toma esto y vete!
¿Se supone que esto es una burla?
Mientras inclinaba la cabeza, Gabby continuó hablando.
—Incluso los miembros de la familia suelen intercambiar presas. Este hermano mayor los atrapará para ti.
Me reí a carcajadas ante su apariencia jactanciosa.
Puede que no haya sido su intención, pero gracias a que Gabby habló conmigo, pude deshacerme rápidamente de la extraña sensación que acababa de sentir.
En ese momento, el duque, que estaba mirando los documentos, dijo con expresión de disgusto.
—Es bueno cuidar de tu hermana menor, pero… Gabriel, creo que tú también necesitás una prometida.
—¿Estás loco? ¿Por qué debería comprometerme?
Gabby enfureció por el repentino cambio en el flujo de la conversación.
El duque siguió hablando con calma a pesar de la reacción de Gabby.
—Si no te casas, ¿qué piensas hacer con la sucesión? Si tomas el Ducado, necesitarás un sucesor legítimo.
—Eso es…
Gabby me miró y sacudió la cabeza.
—No. ¿Qué clase de hombre se la llevaría con este temperamento loco? Entonces…
Gabby miró al duque y dijo:
—Viejo, puedes concebir con alguien de afuera. Entonces, podré convertirlo en mi sucesor.
¡Cof, cof!
Mientras Gabby continuaba, tosí sin darme cuenta.
Acaba de decir algo que nadie diría ni siquiera en el mundo de los demonios.
Por supuesto, los demonios no pueden tener hijos, entonces no es que no digan cosas así, es que no pueden, pero en fin.
¿Fue alguna vez la cultura humana tan abierta?
—Gabriel… ¿No tienes vergüenza? ¿Cómo puedes decir algo así?
Me quedé asombrada y me di cuenta de que las siguientes palabras del duque fueron un malentendido.
No era la cultura humana la que estaba abierta, sino la forma de pensar de Gabby.
—No me voy a casar y no voy a tener hijos. Entonces sólo queda un camino.
Gabby se encogió de hombros con una expresión natural en su rostro.
Por cierto, ¿por qué Gabby sigue diciendo cosas como que Isabella nunca se casará?
Yo tampoco podía entender eso, y la actitud de Gabby hacia el Duque fue un poco…
«Sé que Gabby es una persona inmoral, pero parece un poco duro.»
No habría nadie, al menos en la residencia del Duque, que no supiera que el Duque todavía no puede olvidar a la Duquesa.
El duque miró a Gabby con ojos indescriptibles y luego comenzó a hablar lentamente.
—Desde que tu madre se fue, nunca la he olvidado.
Era una voz tan seria que podía conmover el corazón de la mayoría de los demonios.
Por supuesto, no soy uno de esos demonios, así que simplemente miré la escena con interés.
Gabby resopló y respondió a las palabras del duque.
—Ja. Pretendes tener integridad. Ni siquiera te quedaste al lado de mi madre cuando ella falleció.
—Eso-.
El duque estuvo a punto de decir algo pero se lo tragó.
¿Era por eso que Gabby tenía tanta hostilidad hacia el duque? ¿Por la traición que sintió por parte de su padre?
El duque se aclaró la voz y volvió a abrir la boca.
—Suficiente. Tendrás que tener un nuevo compromiso.
—Haz lo que quieras. De todas formas puedo romper el compromiso.
Gabby giró la cabeza y se limitó a mirar por la ventana.
La atmósfera en el carruaje de repente se volvió fría, me avergoncé y me rasqué la nuca.
Aunque no soy la verdadera Isabella, ¿por qué se llevan tan mal?
Pensé en eso por un tiempo…
«Tsk. El día en que pueda entender a los humanos nunca llegará.»
Después de organizar mis pensamientos, también miré por la ventana.
Nadie dijo una palabra en el carruaje hasta que llegamos a nuestro destino.
***
Las competencias de caza se celebran en cotos de caza propiedad de la familia imperial.
Las tiendas de campaña para los participantes se instalaron un poco alejadas del bosque, que era el coto de caza.
Bajé del carruaje y me arreglé la falda.
Nigel se bajó del carruaje que me seguía, se acercó a mí y me susurró al oído.
—¿Estás más cerca de Gabriel de lo que pensaba?
—Llámalo Gabby. Me enfado con solo escuchar el nombre Gabriel.
—… Gabby. Sí, Gabby. De todas formas, no sabía que Gabby y tú se llevaban tan bien.
Miré para ver dónde estaban Gabby y el Duque.
Gabby estaba revisando su espada después de bajarse del carruaje.
El duque entró en la tienda asignada al ducado de Dunkeld.
Hablé con Nigel sólo después de estar segura de que estaban lo suficientemente lejos como para escucharme.
—Gabby es una persona divertida. No odio a la gente divertida.
Además, considerando que Gabby es descendiente de Daphne, es difícil que no me guste.
Le conté a Nigel un poco sobre mis verdaderos sentimientos.
—Para ser honesta, estoy celosa de Gabby.
—¿Tú? ¿Envidias a un humano?
—… Porque, a diferencia de mí, él tiene un padre.
No pude ocultar mis sentimientos de decepción al decir esas palabras.
El dios demonio estaba más cerca de nuestro creador que de nuestro padre.
Nunca pensé que me arrepentiría de la falta de conexión sanguínea, pero ver la relación entre Gabby y el Duque me hizo sentir así por primera vez.
Nigel debió interpretar mi expresión, pero en un instante, tenía una expresión solemne en su rostro.
—Oye, si lo pones así, tampoco es que yo tenga padres, ¿verdad? Aun así, vives bien y con valentía.
Nigel también era un hombre bestia, por lo que parecía no tener padres como yo.
Pero ¿qué quiere decir con valiente la persona que no ha podido dejar de lado un enamoramiento de 500 años?
Además, Nigel ahora entendió mis palabras de manera bastante distorsionada.
No hay forma de que extrañe a los padres que nunca existieron desde el principio. Envidiaba a Gabby por una razón diferente, una razón un poco más diabólica.
—Quiero cometer traición una vez.
—¿Es por esa razón?
Nigel me miró con ojos perplejos y dijo.
—Es bastante grosero menospreciar los sueños de otras personas.
—… Es un poco reconfortante que un demonio señale tu mala educación.
—Tienes una habilidad especial para recibir regaños por decir cosas que no deberías decir.
Por vergüenza, intenté pisar el pie de Nigel, pero Nigel se dio cuenta y rápidamente lo evitó.
Chasqueé la lengua y comencé a deambular por los terrenos de caza.
Como se esperaba de una competencia de caza organizada por el palacio imperial, el área alrededor de los cotos de caza estaba decorada de una manera muy inútil y extravagante.
—¿Por qué hay flores aquí? ¿Están planeando atraer a todos los monstruos del vecindario con ese terrible olor?
Mientras señalaba las decoraciones una por una, Nigel sacudió la cabeza.
—Por supuesto que no. Porque no hay monstruos en la capital.
—Mmm.
—Existe una fuerza de defensa de la capital, entonces, ¿cómo pueden los monstruos atravesar esa defensa e invadir el palacio imperial?
Levanté una ceja ante su tono confiado.
Si yo fuera un demonio sin nada que hacer… Habría liberado algunos monstruos en la capital y habría mirado entre risas mientras los humanos sorprendidos miraban.
Luego me encogí de hombros. ¿Qué clase de demonio haría algo infantil como eso con tanto tiempo libre?
Hay muy pocos demonios que odien tanto a los humanos.
Mientras deambulaba por el coto de caza, sentí innumerables ojos sobre mí.
No era de extrañar dado que Isabella probablemente era la persona de la que más se hablaba en el imperio en este momento.
Ignoré la mirada de la gente y miré a mi alrededor.
Y entonces.
—Bella-nim.
Me di vuelta al escuchar una voz familiar y vi que era el príncipe heredero.
Me alegré de verlo después de mucho tiempo.
¿Qué puedo decir?
También estaba bastante apegada al príncipe heredero aunque era un ser humano.
Entonces miré el rostro del príncipe y fruncí el ceño.
—Tu tez está cenicienta. Si esto fuera un cementerio, te habrían confundido con un cadáver reanimado.
No fue una exageración. Así de mal estaba el cutis del príncipe.
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