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(Novela) ¿Cómo terminar un contrato matrimonial de manera perfecta? Capítulo 103

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* * *

 

—…¿Hay alguna forma de vivir?

 

Gabriel no parecía muy contento con la pregunta de Charlotte.

 

No, estrictamente hablando, ¿desaprobaba la actitud de Charlotte ante la vida?

 

—Para ser justos, la señora ya debería haber muerto cuando se activó el hechizo. ¿No es afortunada de tener mucho más tiempo de vida?

 

—… sí. Yo también lo creo.

 

Charlotte asintió, incapaz de ocultar su sabor amargo.

 

—Pero la codicia no funciona como la gente quiere.

 

A medida que avanzaba, el tiempo que quedaba era tan precioso que tenía ganas de llorar.

 

Su vida es como arenas movedizas, por más que se aferre a ella, termina escapándose entre tus dedos.

 

Quería estar junto a Alfonso un poco más, aunque fuera un mes o incluso unos días.

 

Gabriel suspiró ante las palabras de Charlotte.

 

—Debería recordar que es un sacrificio en un ritual mágico. Para activar un hechizo, definitivamente se necesita la vida de alguien.

 

Sin embargo, uno no podía reemplazar a otra persona como sacrificio.

 

Porque esta era una técnica que concedía los deseos de la persona sacrificada.

 

Si la ofrenda ritual cambia, el deseo también cambiará.

 

O bien, el sacrificio también debe ser alguien que tenga el mismo deseo que Charlotte o que desee desesperadamente la vida de Charlotte.

 

—Señora, ¿puede encontrar a alguien así?

 

—… No.

 

Charlotte era una mujer malvada. No hay nadie dispuesto a sacrificarse por ella.

 

Era una vida en la que, para empezar, nadie se preocupaba por ella.

 

—Entonces, ¿realmente no hay manera?

 

—No. Y aunque exista, no hay razón para hacerlo.

 

—Sí, así es.

 

Charlotte pareció pensar en algo por un momento, pero luego su expresión cambió.

 

—Si no existe, no hay nada que podamos hacer. Entonces, ¿puede hacer que el deterioro del cuerpo no se muestre en el exterior? Pensé que mi marido se preocuparía si se enterara.

 

—Por supuesto que puedo hacerlo. También vine a echarle un vistazo.

 

Gabriel dijo que el hechizo estaba casi completo, y que era prácticamente un milagro que Charlotte no hubiera sido descubierta hasta el momento.

 

Si Charlotte no hubiera evaluado rápidamente su estado y no hubiera consumido medicamentos, hace mucho tiempo que se habría desplomado en algún lugar.

 

—Ahora no será revelado al exterior y no interferirá con su vida diaria.

 

—¿Quiere decir que mi cuerpo parecerá perfectamente sano?

 

—Al menos su salud no parecerá deteriorarse debido al hechizo. Pero tenga en cuenta que si se rompe este estado, no se podrá hacer nada más.

 

El hecho de que su salud empeorara sólo significaba una cosa.

 

La finalización del hechizo, su muerte.

 

—Si vuelve a sangrar, probablemente morirá dentro de tres días.

 

—Veo. Gracias por hacérmelo saber.

 

Si conoce las señales podrá alejarse, y al menos podrá evitar morir frente a Alfonso.

 

Charlotte agradeció a Gabriel por su trato y lo despidió.

 

Por supuesto, antes de regresar, le pidió su dirección para poder contactarlo nuevamente.

 

—Nunca más nos volveremos a encontrar. Ya dije que no tenía intención de aparecer aquí en primer lugar.

 

—Quería pedir que observe los efectos finales, pero es una pena.

 

—Una vez que su vida termine y se complete la ceremonia mágica, me iré nuevamente. No sé cómo será para usted, pero la capital no es mi hogar.

 

Espero que logre lo que desee.

 

Después de decir eso, Gabriel tomó la nota y el dinero de la recompensa de Charlotte y se fue.

 

Sus pasos eran tan fríos como cuando llegó, como si declarara que no tenía intención de volver a ver a Charlotte.

 

Sin embargo, hubo una cosa que Gabriel pasó por alto.

 

La notoriedad de la persona a quien lanzó el hechizo, Charlotte, no se debe simplemente a que sea cruel.

 

Sólo se revela como resultado.

 

El verdadero valor de Charlotte a menudo se revelaba en su tenacidad única y su capacidad para ver a través de las personas y aprovechar las situaciones.

 

«No hay forma de salvarme, já».

 

Dentro de la villa, donde Gabriel salió y solo se escuchaba el sonido de la lluvia cayendo.

 

Charlotte permaneció en la habitación vacía, se cruzó de brazos y reflexionó sobre la conversación.

 

Pronto, se escuchó el sonido de una risa.

 

—Si vas a hacer trampa, debes hacerlo después de ver a tu oponente, Gabriel.

 

 

* * *

 

 

Lo que dijo Gabriel fue definitivamente correcto.

 

Era imposible sustituir el sacrificio ritual, e incluso era imposible encontrar a alguien que lo hiciera.

 

Con solo mirar el contenido, parecía que realmente no había posibilidad de que Charlotte sobreviviera.

 

 

—Entonces, ¿realmente no hay manera?

 

—No. Y aunque exista, no hay razón para hacerlo.

 

 

Si tan solo no fuera por este comentario.

 

Charlotte leyó el conflicto que cruzó brevemente por el rostro de Gabriel justo antes de responder.

 

¿Habría habido alguna razón para que Gabriel usara la frase “y aunque exista” si realmente no hubiera habido ningún método en primer lugar?

 

«Debe haber una manera de sobrevivir».

 

Es solo que las condiciones son demasiado estrictas para usarlas o, como él dijo, no hay razón para usar tal hechizo con Charlotte.

 

La razón por la que Charlotte pudo hacer tal afirmación no fue simplemente por su instinto.

 

Fue por el apego que Gabriel tenía por su hermano muerto, Pascal.

 

«La razón por la que estudió estos hechizos y deambuló probablemente sea por Pascal».

 

Si ese es el caso, no hay forma de que no hubiera investigado una manera de salvar a Pascal.

 

Si tal hechizo existe, incluso si está incompleto, ¿no habría una manera de que Charlotte sobreviva?

 

Charlotte estaba segura.

 

Si profundiza un poco más en Gabriel, encontrará algo útil.

 

«Pero no puedo simplemente relajarme».

 

Gabriel, al igual que Charlotte, recordaba el pasado.

 

Entonces, si no lo permite, será difícil volver a verlo.

 

Es difícil volver a ver a Gabriel, entonces, ¿cómo puede encontrar la manera?

 

“Si me preguntas, no es que no haya manera, pero…”

 

No es diferente a una apuesta.

 

Precisamente por eso Charlotte pasó mucho tiempo pensando en la villa.

 

Y finalmente tomó una decisión y fue a ver a Alfonso.

 

No había ninguna razón especial.

 

Si Charlotte es una flor preciosa, Alfonso es como una roca.

 

Cuando miraba los pétalos de las flores que caían y estaba ansiosa por el día en que se marchitarían, el lado erguido y firme de Alfonso solía ser muy tranquilizador.

 

Cualquier ansiedad, cualquier desesperación y tristeza que solía ser tan grande como un maremoto, solo se siente como olas empapando tus tobillos cuando abraza a Alfonso.

 

«No importa cómo muera, él seguirá viviendo».

 

Incluso si retrocede en el tiempo y vuelve al pasado, o incluso si muere.

 

Incluso si pierde cada parte de ella, seguirá existiendo como un acantilado.

 

Ese pensamiento silencia mágicamente todas las emociones negativas.

 

Charlotte abrazó a Alfonso por un tiempo, luego se apartó y dijo.

 

—Alfonso. ¿Puedes prometerme una cosa?

 

—Haré cualquier cosa. Por favor, dime.

 

—No te sorprendas ni me culpes si muero delante de ti.

 

—…. ¿Qué?

 

Ante las palabras de Charlotte, el rostro de Alfonso, que había sido gentil, se volvió frío.

 

—Ahora, ¿de qué estás-?

 

—No significa nada. Uno nunca sabe qué puede pasar. Estos días, Quincy está un poco nervioso… De todos modos, ¿lo prometes?

 

—¿Charlotte? ¡Charlotte!

 

Alfonso intentó agarrarla con urgencia, pero Charlotte rápidamente abandonó el lugar.

 

Lo único que quedó fueron las palabras cuyo significado no pudo entender del todo.

 

 

* * *

 

Después de eso, Alfonso atrapó a Charlotte varias veces.

 

Y preguntó sobre el significado oculto detrás de esas siniestras palabras.

 

Pero la respuesta de Charlotte fue siempre la misma.

 

—Ya te dije. Uno nunca sabe qué puede pasar. Porque los humanos pueden morir incluso mañana. Lo dije por si acaso, así que no te preocupes demasiado.

 

—Por favor, deja de decir que no me preocupe. Esto ha ido demasiado lejos. Por favor sé honesta. ¿Dónde estás enferma?

 

—Alfonso, ¿parezco enferma?

 

Por supuesto que no. Las mejillas de Charlotte estaban sonrojadas y parecía estar cada día más saludable.

 

Pero esta vez, Alfonso no lo dejó pasar a la ligera.

 

Llamó a su médico y le pidió que examinara a Charlotte.

 

—Parece un poco débil, pero no es un problema porque sólo necesita descansar y cuidarse. La señora está sana.

 

Pero el resultado fue así, y Charlotte levantó su mentón y dijo: «¿no tenía razón?».

 

Alfonso era el único que sufría una ansiedad que no podía aliviar.

 

El tiempo pasó rápidamente y la competencia de lucha con espadas llegó a su fin.

 

La final estaba a la vuelta de la esquina.

 

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Chapter 103