—Él bebe de Irene, aún es muy pequeña, pero se nota que es muy parecida a ella, no saco casi ningún rasgo de su padre, aparte de tener el cabello rizado. —Lidia recordaba aquella pequeña beba que Irene le había presentado meses después de haber dado a luz.
—Sí, tienes razón, el doctor tiene un cabello bastante rozado. Irene estaba muy feliz cuando supo de su embarazo, pero el doctor lo estaba aún más, se decía que él estaba pendiente de Irene las veinticuatro horas, cuidaba desde sus alimentos hasta cuantas horas debía dormir al día. Claro, también puede ser por lo que le sucedió en el pasado… Da algo de lástima al saber que perdió a su primera esposa en el parto hace ocho años. —Dijo Camila.
—Sí, es entendible que él cuidara de esa manera de Irene después de haber perdido a su primera esposa de esa manera. —Agrego Lidia al pensar en lo que debía de haber sufrido aquel hombre.
Cuando el sol comenzaba a caer y el cielo se volvía rojizo por el atardecer, Alice salió del baño recién bañada, Cion había llenado la tina del baño con agua y esta había disfrutado de varios minutos de baño. Lidia sirvió la comida en la mesa y llamo a todos para sentarse a comer. Óscar y Ethan abrieron la puerta de la habitación y se dirigieron al comedor mientras charlaban de los libros que habían leído, mientras que Lucia, recién cambiada de ropa, corría a sentarse junto a su padre para comer. Al estar todos en la mesa, comenzaron a comer alegremente todos juntos.
—Cion, ¿no has reflexionado sobre volver a los caballeros? —Hablo Camila mientras cortaba un trozo de carne y se lo llevaba a la boca.
—Camila ya lo hemos hablado, no tengo pensado volver a ese lugar, sé que las leyes entre los escuadrones de caballeros han cambiado bastante, ya no hay tanta discriminación como antes, incluso si llega haber un poco esto es castigado rápidamente, pero, aun así, no volveré Camila, ahora estoy tranquilo, tengo mi familia y vivimos pacíficamente aquí. —Dijo Cion mientras miraba a Lidia con una sonrisa y sujetaba su mano.
—Lo sé, lo sé, pero bueno, no pierdo nada en intentar convencerte nuevamente, es solo que… Últimamente, las cosas están bastante inquietas en el palacio. Esto de haber traído a la princesa de Vhiter para el compromiso es muy estresante para todos, aunque, es primera vez que veo al príncipe conversar con alguien tan cómodamente como lo he visto con ella, parece que se llevaran bien en el futuro. —Camila, que trabajaba en el palacio principal, sabía muy bien la obsesión que había tenido el príncipe con Lidia en el pasado.
El príncipe después de que la diosa Daki les devolvió el libre albedrío a los humanos, este comenzó a olvidarse gradualmente de Lidia, la tan desesperada obsesión que tenía por verla y tenerla cerca se hizo cada vez menor y después de un tiempo, perdió completamente el interés por ella. El príncipe ahora se encontraba comprometido con la princesa del reino vecino, la cual se encontraba en el palacio, ocupando la habitación de princesa heredera, puesto que querían que ella se adaptara antes de la boda.
—Sí, bueno, cambiando de tema, ya tenemos ordenado el cuarto para que descansen. —Agrego Cion.
Camila sonrió mirando a su hijo viendo como este observaba a Alice y extendía su mano entregándole una servilleta, “Este pequeño, dice que no le gusta Alice porque es inquieta, pero siempre que venimos está pendiente a ella” pensó Camila mirando a su hijo. A la mañana siguiente llegaron los demás amigos de Lidia, Irene venía acompañada con su hija y su esposo, trayendo con ella varias cosas para compartir (alimentos, bebidas, postres y juguetes para los niños). Lidia les dio la bienvenida llevándolos al segundo piso de la casa, donde ya tenía preparada una habitación para ellos, el lugar parecía algo pequeño, pero todos los amigos se adaptaban perfectamente en él para poder pasar así todos juntos un momento agradable.
—La última vez que vine recién estaban ampliando la casa, es increíble que pudieran hacer tanto en tan poco tiempo. —Dijo Irene mientras miraba la cama en la que se quedaría.
—Sí, bueno, aún me queda algo de dinero de lo que me dio la reina de recompensa, de todas formas, ganamos suficiente con la venta de pieles y colmillos, aparte últimamente decidimos comenzar a generar pociones curativas, la demanda es bastante alta en el pueblo cercano. En ellos no tienen médicos, nuestros precios, para las pociones son bastante accesibles para los plebeyos, así que tenemos una demanda bastante alta. También estoy sanando a algunas personas y a cambio nos dan verduras, carne o harina, así que, se puede decir que nos está yendo bastante bien. —Respondió Lidia mientras acomodaba las cosas de Irene en el cuarto.
Mientras bajaban al comedor, se dieron cuenta de que Cristian ya había llegado, este estaba aferrado a Camila abrazándola cariñosamente, mientras que Ethan miraba a sus padres avergonzados. Cion entro por la puerta cargando a Alice y Óscar en brazos, mientras que el esposo de Irene ayudaba a poner las delicias en la mesa donde todos compartieran una rica comida juntos “Es increíble, llegue a este mundo hace varios años, siempre quise tener una vida normal, como cualquier otra persona. Quería poder disfrutar de la naturaleza y de las sensaciones de vivir, y Cion, Cion me enseño todo eso, junto a mis amigos, quienes ahora están aquí, junto a mí, ellos jamás me abandonaron, siempre cuidaron de mí, siempre han estado a mi lado. No podría pedir más, soy realmente feliz” Pensó Lidia mientras veía a todos sonriendo en el comedor, compartiendo animadamente.
—Gracias a todos por venir hoy, en mi cumpleaños. —Dijo Lidia con una sonrisa, mientras que Cion caminaba hacia ella y besaba su frente con ternura.
Lidia observó a sus amigos y todos la miraban con una gran sonrisa en sus labios, felices por poder compartir otro año más, juntos todos como amigos.
Fin.
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