El príncipe se llevó las manos a la cabeza, frustrado al escuchar las palabras de Lidia al rechazarlo tan severamente.
— ¡Absurdo! No sabes lo que dices, no te conviene casarte con un simple plebeyo. Yo soy el futuro rey, y juntos, tú y yo podríamos gobernar juntos este gran reino cuando suba al trono. —El príncipe parecía frustrado al fruncir el ceño y mirar hacia el suelo con sus grandes ojos abiertos.
—Pero su alteza, el amor, no entiende de títulos ni riquezas. Mi corazón ya tiene dueño, y ese es Cion y no puedo cambiar lo que siento por él. —Concluyo Lidia mirando al príncipe a los ojos con valentía.
Lidia observó al príncipe e hizo una reverencia. Mientras que el príncipe la miraba frustrado al no poder comprender el porqué del rechazo de Lidia por él, “¿Cómo? No, no es posible, ella, ella me ama, se suponía que… Se suponía que ella me amaba a mí, entonces ¿Cómo es posible que me rechace y se quiera casar con Cion? Él es solo un plebeyo “El príncipe no podía comprender por qué Lidia no lo amaba, porque ella deseaba alejarse de él e ir con Cion.
—Bueno, su alteza, debo marcharme ahora, él, él debe de estar nervioso, y no quiero hacerlo esperar, así que espero que me disculpe esta vez. —Dijo Lidia volteando y dándole la espalda al príncipe para subir al carruaje.
El príncipe se quedó de pie frente al carruaje, mirando como este comenzaba a moverse nuevamente en dirección a donde se realizaría la boda “No, ella… Ella no puede, no… Ah, no entiendo” pensó el príncipe, fue entonces que este escucho el galope de un caballo acercándose, y cuando levanto la mirada vio a un extraño hombre con ropas extravagantes montado sobre un caballo blanco. El príncipe miró al hombre viendo como bajaba del caballo.
—Lamento lo que estás sintiendo, pero te aseguro que esto es lo mejor, pronto alguien llegara a ti y te darás cuenta de lo que es el amor verdadero, es más, quizás esa persona ha estado cerca de ti por mucho tiempo, pero no te has detenido a observar a tu alrededor. Abra los ojos, su alteza, mire con detenimiento, y le aseguro que verá la verdad. —Concluyo el hombre subiendo a su caballo y marchándose.
— ¿Quién? —El príncipe no fue capaz de decir ni una sola palabra al tener frente aquel extraño hombre.
La presencia de aquel hombre parecía tan intimidante que le hizo imposible al príncipe decir siquiera una palabra frente a él.
El carruaje se acercaba a la capilla e Irene aún se sentía algo nerviosa por lo que había sucedido en el camino, “Jamás hubiera imaginado que la obsesión del príncipe iría tan lejos, ahora entiendo mejor por qué Lidia parecía tan desesperada por escapar del palacio” pensaba Irene mientras miraba a Lidia mirar por la ventana y arreglar su vestido “Lidia ha sido tan valiente, ojalá yo pudiera ser como ella, conozco al príncipe desde nuestra infancia, antes cuando lo vi por primera vez, nuestros padres nos dijeron que seguramente yo me convertiría en la princesa heredera al ser amiga del príncipe, al principio pensé que podría ser así, bueno ¿Quién no soñaría a esa edad estar con su alteza? Pero luego, luego crecimos, y cuando entramos a la academia todo cambio, el príncipe se distanció de mí y luego de que me involucre en un conflicto con unas señoritas, todas comenzaron a hablar de mí, decían que yo era codiciosa, que intentaba monopolizar al príncipe, que no tenía vergüenza. Quienes estaban celosas de mi relación con el príncipe en la infancia, comenzaron a generar rumores sobre mí, y el príncipe las creyó tan fácilmente, eso fue lo más doloroso, yo… Yo pensaba que al ser amigos él creería en mí, pero, no fue así” Irene miro a Lidia que sacudía el borde de su vestido.
—Creo, creo que no se nota, ¿Qué piensa, señorita Irene? —Preguntó Lidia mostrándole una pequeña mancha del vestido a Irene.
—No, no se nota, no te preocupes, te ves muy hermosa Lidia, estoy segura de que Cion estará encantado con su apariencia. —Respondió Irene con una gran sonrisa en los labios, entonces Irene se cambió de asiento en el carruaje, quedando sentada justo al lado de Lidia y se recostó en su hombro.
Lidia sintió claramente que Irene parecía algo angustiada, fue por eso que tomo la mano de su amiga e intento indagar que le sucedía.
—Señorita Irene, ¿Qué sucede? ¿Se encuentra bien? Si tiene algún problema, ¿sabe que puede decirme lo que sea verdad?, yo siempre la apoyaré y estaré para usted señorita. —Dijo Lidia mientras sentía la calidez de la mano de Irene sujetar su mano.
—Señorita Lidia, usted… Usted es la primera amiga de verdad que he tenido, las demás señoritas con las que he estado, ellas siempre buscan algún beneficio al estar a mi lado, siempre buscan tener ayuda de mi familia o ganar influencia gracias a ser cercanas a mí. Pero usted, usted desde un principio me miro de una manera diferente, me vio como era yo misma, y no por mi apellido ni por la posición de mi familia. —Lidia escuchaba atentamente las palabras de Irene, mientras que esta parecía querer desahogarse junto a ella.
Lidia guardó silencio mientras escuchaba lo que Irene le decía, no quería interrumpir el momento donde Irene al fin se estaba abriendo y sincerando con ella “Veo que ha sido difícil para ella, pero aun así siempre ha sido fuerte, cuando leía de ella en la novela, siempre me sentía fascinada por su personalidad fuerte y decidida, era alguien que siempre avanzaba adelante sin miedos” Lidia miro el rostro de Irene y luego sonrió.
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